viernes, 12 de marzo de 2010

TENGO NADA ENTRE MIS MANOS...

Tengo un corazón en ruinas, con la razón perdida, que se detuvo porque no le alcanza la vida que queda para seguir latiendo… Un corazón en ruinas que apenas se asoma entre los escombros y que a duras penas aun se llama corazón.


Tengo una vida menguando, que transcurre a través de los años en cuenta regresiva; una vida de cabellos blancos, de pasos lentos, de silencios que no son forzados, que lleva en su espalda tantos recuerdos, de caminos sin direcciones, de salidas que ya no sirven. Una vida que busca entre los escombros del corazón una razón para seguir viviendo.


Tengo un vacío donde tal vez hubo alma, un vacío que te extraña; que cree, jura, está convencido de que alguna vez estuviste aquí. Es un vacío sin medidas, que no se acostumbra a las soledades que se turnan y pasan por aquí, que se hace más profundo en el intento de entender por qué no estás aquí, que se pregunta sin un día pasarás, si acaso te detendrás, si tal vez mirarás y si por accidente o con intención te quedarás.



Es un vacío que reza y clama, que grita y ora, que sin ritos diseñados y sin rutinas controladas te busca y añora como un sediento al mar mientras las arenas del desierto le corta la piel. Sí, te añora como si tú ya hubieras pisado por los caminos que yo voy recorriendo.

Tengo mil verdades que se preguntan entre sí si es cierto, si es real lo que siento, si es seguridad o tormento… Tengo nada entre mis manos… Es que todo lo que soy es un espacio completo que jamás podría ocupar si permaneces lejos de mí…

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