lunes, 15 de marzo de 2010

SIN NADA ENTRE MIS MANOS...

Entre mis manos no tengo nada para darte… Pero si te detienes y observas el vacío donde estuvo alguna vez el alma encontrarás un millón de palabras en un lenguaje que te pertenece... Tal vez notes mi andar distraído producto del empeño de olvidar que te busco, mi voz degastada de tanto intentar darle algún tono a tu nombre que desconozco, mis manos horadadas por el esfuerzo de tocarte, mis ojos hundidos entre mares de confusiones por mi obstinada obsesión de mirarte…


Y es que voy caminando sin nada entre mis manos, no puedo sostener con ellas los recuerdos de aquello que una vez fueron buenos tiempos, recuerdos de los días en los que soñarte fue fácil, recuerdos que entre mis manos te ofrendaría y que en tus manos serían tal vez solo el eco del porvenir que resultaría a partir de nuestro encuentro… Sin nada entre mis manos, sin vacíos si quiera porque han quedado desnudos ante el frío de mis frustraciones, sin abismos, sin quejas… No hay nada de lo que tengo que pueda sostener para ofrecer…


Encontrarás palabras, símbolos de una eternidad oculta que te pertenece, que he custodiado... Encontrarás, si tan solo te detienes y observas, un sentimiento que ha llorado dos siglos por ti, que ha soñado contigo... Aquí sigo, avanzando por los senderos del tiempo, con un millón de dudas, pero aquí sigo esperando el encuentro...

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