lunes, 27 de abril de 2009

TE PIENSO...

Pienso en ti porque eres mi paz…

Fortaleza que me esconde, refugio que me libera…

Eres árbol que me da su sombra, sol que resplandece dentro de mí, luna que le da sentido a mis noches.

Eres veredas de mi niñez, donde aun existo, por las que corro hacia el hogar…

Eres brisa que me da su aroma y me guía a mi destino. Mar en el que me sumerjo con solo pensarte y donde mi alma se refresca…

Cuando te pienso soy azul como el cielo que esconde mis mejores recuerdos, recuerdos que me embriagan cuando pienso en ti; yo borracho, creo estarlos viviendo y hasta siento que te toco, que sonrío mientras creo estar haciéndolo, y te cuento de mis desaciertos en estos días, de cómo a veces me quedo en silencio y que ya no soy el mismo…

Algunas veces lloro mientras te pienso, y tú me dices que no sea tonto, que aun hay esperanza para mí. Y me duermo pensando en ti, escuchando tu voz.

Pienso en ti porque… lo admito… eres lo mejor que me ha pasado. Te pienso para volver a vivir, para respirar, porque eres aire puro que limpia mis pulmones… Te pienso para alimentarme de tu alegría y calmar la sed de mi alma que agoniza por tu ausencia… Cuando te pienso eres todo lo bueno que ya no tengo… Y en estos días no hay un minuto en el que no te piense.

lunes, 20 de abril de 2009

AUNQUE NO NOS DEJEN...

Ana tiene quince… Niña y se le vino un problemón…

No, no es la canción de Maná, no es la Ana que se enfrenta a un embarazo no deseado, no planificado y que frustrará su futuro…

Ana, era tan solo una bebita de cinco años cuando la conocí, de ojos vivos y sonrisa mágica. Creciendo entre escuelas dominicales y vida de congregación junto a su madre y su hermana que hoy ha escogido una ruta distinta. Pero Ana no; ella, adolescente y soñadora ha limitado sus sueños a las paredes de un templo. Ya de doce años, me dijo una vez que quería ser parte del “grupo de adoradores” de su congregación y lo haría con excelencia si le dieran la oportunidad. Creo que fue la última conversación que sostuve con ella hasta hace un mes cuando visité a su familia y me saludó sin ojos vivos ni sonrisa mágica, y con una mirada que refleja la ausencia de los sueños.

Fue Elena, su hermana, quien me contó lo sucedido con la furia que causan estas cosas en quienes odiamos a muerte la esclavitud religiosa.

A los trece años de edad, luego de aprobar los exámenes correspondientes, la directiva de su congregación consintió en bautizarla y aprobó también su solicitud de formar parte del grupo de adoradores. Al ser aceptada decidió inscribirse en una academia de canto. Ana era feliz, lo fue por dos años, viviendo su sueño, sintiéndose útil, satisfecha por la convicción de que agradaba a Dios.

Hace dos meses su felicidad fue rota. Su hermana Elena se casó. Su padre le había pedido a Ana que cantara junto a un mariachi en la reunión después de la ceremonia de la boda de Elena. Ana aceptó. Lo hizo porque no tenía corazón para negarse al deseo de su padre, porque lo ama, lo ama sin importarle que él no haya querido abrazar el cristianismo. Aun así Ana le rogaba a Dios que su padre se olvidara de su capricho y pudiera así ella librarse de su compromiso, pues no quería ir en contra de las normas de la congregación pues esto lo había asimilado ya, hace muchos años, como un pecado contra Dios, y también, como un golpe contra su sueño.

La noche después de la ceremonia, en el club donde se llevó a cabo la reunión, su padre subió al escenario y presentó al mariachi y le pidió a Anita, su hija, que cantara junto al mariachi: “Si nos dejan”. Anita subió al escenario y su padre la abrazó, ella le sonrió, al mirar al público posó sus ojos sobre las mesas donde estaban ubicados los pastores y directivos de la congregación y con su voz temblorosa y el llanto ahogado en su pecho entonó la canción. Apenas terminó de cantar se escucharon los aplausos y un grito de su padre orgulloso “¡Esa es mi hija!”.

Era sábado, y al día siguiente le esperaba una reunión con los pastores y directivos cuya sentencia ya era conocida por ella: Fue expulsada del grupo de adoradores y sometida a tres meses de observación.

Un mes le restaba cuando la vi aquella tarde y conversé con ella luego de escuchar el relato de su hermana. No era la misma Ana. Ya no valía la pena soñar, era presa de confusiones, las mismas que sufrí yo a mis diecisiete años de edad. A mi me han traído por la ruta correcta, a un mundo donde los sueños no son cadenas y donde la libertad es verdadera…

¡Ay Anita! ¡Ojala y encuentres la ruta correcta! ¡Ojala y mis palabras sean suficientes!

Yo quiero verte otra vez con los ojos vivos y tu sonrisa mágica…

Aunque no nos dejen, Anita… Aunque no nos dejen…

sábado, 18 de abril de 2009

PARA PORTADORES DE APELLIDOS FANTASTICOS Y "VERDADES EXCLUSIVAS", NO DEMOSTRABLES TEOLOGICAMENTE Y CARENTES DE SENTIDO LOGICO...

Hoy vengo de chismoso, resulta que he estado visitando algunos blogs muy interesantes y en uno de ellos escuché el eco de una conversación nocturna entre la Monja Guerrillera y Eliana Gilmartin, y me parece interesante y necesaria para quienes hemos creído en que un cristianismo verdadero es posible en estos tiempos, para quienes creemos necesaria la lucha contra los vicios de diferentes religiones que empañan el alma de algunos. Debo decir que la Monja Guerrillera es una mujer a quien admiro por su entrega en esta lucha, incansable y decisiva, por otro lado Eliana Gilmartin es también una mujer entregada al servicio en pro del cristianismo, interpreto yo que ambas luchan en terrenos distintos pero con una misma meta. Son las dos, entre algunas otras personas, un ejemplo a seguir y personalmente he recibido lecciones importantes a través de sus artículos.

Y si tengo que dedicar este artículo a alguien pues con gusto lo hago a los portadores de apellidos fantásticos que les acreditan de poseedores de verdades exclusivas que aun cuando no pueden ser demostradas teológicamente y carecen de sentido lógico son, según ellos, irrefutables.
Sin más nada que agregar por ahora les susurro la conversación que ellas han sostenido.

Monja: -Algunos perpetuadores de la mediocridad dicen: “Bueno, yo no soy historiador pero escribiré de Historia; que lo bueno lo haga el historiador, yo me ocupo de lo que apenas me preocupé de saber.” Igual pasa con los temas teológicos: “Yo no soy teólogo (en todo caso lo que se ve es que es un mal teólogo) pero hablaré y escribiré de teología, aunque no sepa de lo que hablo y aunque me contradiga de un párrafo a otro.” ¿Hay un ambiente conformista en el ámbito cristiano popular? ¿O es otra clase de fenómeno? ¿Por qué uno no puede decir “yo no soy médico pero abriré un consultorio para atender pacientes” y, sin embargo, puede decir “yo no sé nada y estoy contento por eso, pero en mi blog o en mi libro hablaré de lo que no sé ni quiero saber?

Eliana Gilmartin: -En realidad no creo que haya tanta humildad de parte de los que escriben “de teología” en sus blogs, páginas web, revistas o donde quiera que lo hagan, como para decir “que lo bueno lo haga el teólogo”, o como para darse cuenta de que lo que escriben se contradice de una línea a otra. Yo creo que los tales lo hacen convencidos de su idoneidad para la tarea. Quizás sea por aquello de que en el país de los ciegos el tuerto es rey. Efectivamente, hay un ambiente muy conformista en el cristianismo popular, de donde el que tiene la palabra (pastor, predicador, evangelista, apóstol, maestro o profeta) detenta un poder y una seducción sobre el resto que lo cualifica sin discusión para decir cualquier cosa y ser aceptado, celebrado y seguido por el rebaño (literalmente), que viene a buscar los domingos la comida procesada que no le dé el trabajo de masticar y digerir.

Quizás últimamente haya primado una compartimentación de la realidad entre lo que es “de la carne”, por un lado, y lo que es “del Espíritu”, por el otro, poniendo en el primer compartimiento las facultades intelectuales del individuo, y en el segundo las verdades insufladas por el Espíritu, directamente al corazón, sin pasar por la mente, que todo lo corrompe.

De esta forma, las “verdades espirituales” llegan por vía Espíritu-espíritu, sin participación del intelecto, al que se desprecia por estar corrompido luego de la caída. Este es el pensamiento, el sentir, y hasta la seguridad del cristiano promedio, que descansa en el hecho, no siempre comprobable, que el que tiene la palabra (logos) es el que sabe, por inspiración divina prescindente de las capacidades humanas.

Y ya que hablamos de la palabra, es necesario puntualizar que teología es todo hablar acerca de Dios, sea este hablar bueno, regular o malo. De modo que hace teología el teólogo profesional, el que predica aunque sea laico, el que canta sobre Dios o a Dios, y el que habla sencillamente de Dios sin ninguna pretensión. Como vemos, este es un asunto muy serio que haríamos bien en tomar en consideración cada vez que abrimos la boca o escribimos haciendo teología de la más paupérrima.

¿De verdad en esta iglesia posmoderna, saturada de verdades iluminadas, reveladas mágicamente a quien detenta el poder, no se dice “yo no soy médico, y por tanto no atenderé pacientes? Creo que a ese extremo también hemos llegado por la vía de una pobre actividad teológica de emisores y receptores, y tenemos “ministros” haciendo “sesiones” de sanidad del alma.

Para todos es notorio, como rasgo de época, que el emocionalismo, y el conocimiento intuitivo resultante, se ubican por sobre la racionalidad, en un mundo que ha quebrado su esperanza y su confianza en el progreso humano. La cristiandad no parece escapar a esta premisa, sea por su desconfianza en la razón por vía de la constatación empírica de que el proyecto iluminista ha fracasado, o sea por un pensamiento menos elaborado, simplemente por creer que la mente es de la carne.

Cualquiera puede decir lo que quiera si valida sus palabras con un “Dios me ha dicho”, y en tanto y en cuanto los que amamos la teología no hablemos proféticamente y en pleno ejercicio de nuestro intelecto, seguiremos permitiendo que esto ocurra, inexorablemente.

Monja: -Que el proyecto de todo el iluminismo -del cual me parece a mí más importante la Aufklärung- haya terminado con una crisis mayor a todas las crisis de las edades históricas anteriores ¿significa que haya desconfianza en lo racional? Digamos que lo racional es anterior al racionalismo. ¿Hay un eco tan fuerte de las Crisis de la Razón Pura hasta nuestros días como para meter en la misma bolsa de sospechas a una de las mejores cosas que tenemos los humanos que es el raciocinio? Dicho en formato teológico: ¿Por haber quedado huérfanos del logismo tenemos también que desafiliarnos del Logos?

Eliana Gilmartin: Creo que lo que se perdió no es la confianza en lo racional, sino la confianza en la omnipotencia de la razón, tal como se planteaba en la modernidad. Ese proyecto fracasó. El de las explicaciones omnicomprensivas del mundo (los metarrelatos de Lyotard, el pensamiento fuerte de Vattimo). El hombre moderno creía que con la razón iba a conseguir el progreso, y con el progreso la emancipación, y la historia le arrojó a la cara que por ese camino, lejos de lograr la emancipación, llegaba por otra vía a la esclavización – el hombre al servicio del progreso-. Con esa certeza en la mano llegamos al vacío de sentido y al nihilismo del siglo XX.

Y ya que hablamos de Aufklärung, (en una de las respuestas anteriores yo decía que la teología era cosa de hombres, y hombres europeos. Pensé en ese momento decir “alemanes”, y no lo dije. Lo digo ahora: los alemanes nos llevan varios cuerpos en cuanto al pensamiento, y eso está claro), fijate en la concepción de la religión que tenía Lessing, como ejemplo de la confianza ciega en el proyecto humano.

Ahora bien, la cristiandad no pudo sustraerse a esta corriente de época, que prioriza el sentimiento sobre la razón, y lo vemos a diario, no sólo en la cantidad de iglesias cristianas evangélicas que se mueven “a golpes de sentimentalismo”, sino también en la proliferación de nuevas corrientes religiosas, de una religiosidad popular que apunta directamente a la emoción, haciendo caso omiso de cualquier pensamiento racional (quizás aquí también exista el movimiento pendular que ubica a la razón y al sentimiento directamente como extremos y antagonistas).

Sin embargo, quiero aclarar porque sospecho hacia dónde va tu repregunta, esta es sólo una cara del fenómeno de la cristiandad actual (posmoderna): también ocurre, y cada vez más, una situación encubierta detrás del fracaso de la modernidad que explicábamos. Quizás las razones no sean tan lucidas ni haya que buscar sus fundamentos culturales o filosóficos. Lo cierto es que hay una comodidad en la chatura muy difícil de remover, y tal vez sea mucho más peligrosa hoy en día, porque viene envuelta en papel de “espiritualidad” más elevada.

Dicho esto, contesto: desafiliarnos del logos es y será desconocer al Logos, por más discursos espiritualistas que queramos componer.

Extraído sin permiso de Teología Confidencial.

viernes, 17 de abril de 2009

LA SUJECIÓN Y LAS PALABRAS MAGICAS...

Hace algunos días acepté la propuesta de compartir reflexiones de veinte minutos a través de un programa en una estación radial cristiana de mi ciudad. Intento centrar mis reflexiones en principios que se desprenden de la Biblia en oposición a los argumentos anticristianos que se transmiten como vicios en algunas congregaciones.

Ayer, apenas culminé la reflexión del día recibí una llamada de una mujer que apuntó mi número celular…

- Hola hermano, Dios le bendiga.

- Hola, buenas tardes, ¿quién me habla?

- Soy “X” y acabo de escucharle en la radio.

- Hola “X”, un placer, dime en qué puede servirte.

- Pues verá hermano, asisto a la iglesia y me convertí al evangelio hace un año, mi marido lo hizo hace seis meses. Vivíamos en concubinato y nos casamos hace un mes, para podernos bautizar, y preparamos todo para nuestra boda eclesiástica que celebraríamos el próximo domingo…

- ¡A qué bien! Felicitaciones “X”.

- Gracias hermano, lo que sucede es que la semana pasada mi marido tuvo una discusión con un vecino y le habló con groserías… El asunto llegó a oídos de mi pastor y en una reunión le dieron un mes de disciplina, así que ya no podremos casarnos este domingo porque el pastor nos dijo que en disciplina no puede celebrarse la boda eclesiástica… Me siento muy mal.

- Entiendo, “X”…- Ella me interrumpe antes de que yo pueda continuar…

- Yo sé que no puedo hacer nada, mucho menos quejarme, pues él es la autoridad y debo sujetarme.

En este punto me muerdo los labios para no confrontarla en una conversación telefónica que no dará para diez minutos más y con el tiempo insuficiente para asegurarme de que ella pueda entender, aun así me enciendo de cólera, pero mantengo la calma mientras le sugiero:

- Pero mira, por qué no intentas hablar con tu pastor y explicarle cómo te sientes y cuánto has esperado ese día, tal vez considere su decisión.

- No hermano, debo sujetarme, aun así no puedo dejar de sentirme mal.

Escucho su voz temblar y deduzco que llora… Ella continúa:

- Solo quería que usted me diera una palabra para no sentirme mal.

En este punto no sé si colgar o no. No sé cuál de sus vicios es más grave: su mansa entrega a la esclavitud de la sujeción o su esperanza en las palabras mágicas.

- Bien, “X”, la verdad es que es natural que te sientas mal y una palabra no podrá cambiar tus emociones y sentimientos. Solo puedo decirte que muchas de esas cosas no deberían ocurrir y no deberíamos permitirlas. Que todos fallamos y no debes permitirte nunca creer que una falla te hace inferior a otro. Y espero que puedas cumplir tu sueño de celebrar una boda eclesiástica.

- Gracias hermano, me siento mejor. Todo será para bendición.

Corto la llamada, asombrado del poder de los vicios sobre el alma y lamento por ella ese “todo será de bendición”. Pero la esclavitud ha sido su decisión y pienso que se necesitan más de veinte minutos diarios y más de un programa radial para educar a una población cristiana que tiene la necesidad de romper las ataduras impuestas por la religión y que no se permite disfrutar de la libertad que con agonía consumó el Hijo de Dios. Por un momento siento que tal vez es tonto mi esfuerzo, pero concluyo en que es mucho mejor ser un tonto esforzándose y no un esclavo manso ante los vicios transmitidos.

* Si eres uno de esos lideres, amantes de la sujeción a ti en nombre de una mal llamada “unción”, recapacita pues estas entre los soldados que juegan con el manto de Cristo agonizando por la humanidad.

* Las palabras en cursivas sugieren desarrollos de otros temas en próximos post.

miércoles, 15 de abril de 2009

¿DÓNDE Y POR QUÉ?

¿Dónde estas y por qué te escondes?


¿No ves acaso que arde el frío de la soledad?

¿No escuchas el miedo entre los latidos de mi corazón?

¿No sientes el temblor de mis pies al caminar?

¿No notas el sudor en mis manos mientras escribo?


¿Dónde estas y por qué te escondes?


No es igual la soledad sin ti…

No hay ritmo en mis latidos…

El miedo no tiene sentido…

El temblor no me lleva a ningún lado…

El sudor inutiliza mis manos…

martes, 14 de abril de 2009

NO SÈ SI SOY O QUISIERA SER...

Soy fuego que consume adentro… Que extingue la tranquilidad y quema la armonía.

Caos que estimula el desosiego, que amenaza con nuevos comienzos.

Soy verdugo implacable que azota a la satisfacción y origina la sed….

Volcán que destruye la conformidad…

Relámpago que señala nuevos senderos y enciende el temor a lo conocido…

Trueno que estalla el silencio.

Soy abismo profundo que penetra la superficie. La incertidumbre de las posibilidades.

Viento recio que arrasa la calma. Sol que irradia en la oscuridad. Lluvia que asesina la sequía.

Soy el dolor en la herida. Futuro que hace absurdo el pasado…

Intento que no se detiene…

miércoles, 8 de abril de 2009

A MI EDAD...

He estado navegando un rato y encontré una canción de Tiziano Ferro que me parece interesante, así que decidí compartir ocn ustedes la letra, espero que encuentren algo para llevar. Hasta el lunes.
A MI EDAD. TIZIANO FERRO...
Soy un gran falso mientras finjo la alegría, tú un gran desconfiado cuando finges simpatía como un terremoto en un desierto queque todo se derrumba y nadie ve que ya estoy muerto.

Lo saben todos que en caso de peligro se salva sólo quien sabe volar muy bien, pues excluyendo los pilotos, nubes, águilas, avionesy a los ángeles quedas túy yo me pregunto dime qué harás que ya nadie vendrá a salvarte mil cumplidos por la vida de campeón insultos por el rastro de un error

Y me siento como quien sabe llorar todavía a mi edady agradezco siempre a quien sabe llorar de noche a mi edady vida mía que me has dado tantodolor amor verdadero todomas gracias a quien sabe perdonar siempre la puerta a mi edad.

Cierto que fácil nunca, nunca ha sido, observaba la vida como la observa un ciego pues lo que se dice a veces daña mas lo que se escribe puede herir hasta morir.

Y me siento como quien sabe llorar todavía a mi edad y agradezco siempre a quien sabe llorar de noche a mi edad y vida mía que me has dado tanto dolor amor verdadero todo mas gracias a quien sabe perdonar siempre la puerta a mi edad

y que la vida te reserve lo que sirvas, pero que llorarás por cosas feas y cosas bellas y que... que sin rencor tu miedo se convierta en tu cura la alegría perdida regresa ahora y porque...porque solamente el caos de la retórica confunde y modifica la coherencia histórica y...y porque Dios me ha sugerido que te he perdonado y lo que dice él lo hago...de noche a mi edad...de noche a mi...

martes, 7 de abril de 2009

LIBERTAD, INCLUSIÓN Y HOMOSEXUALISMO...

Claudia Lama es una hábil escritora que publica en el blog Otro Angulo. A juzgar por sus artículos yo puedo decir que es una amante de la libertad. Lo comento porque hace algunos días respondió a uno de mis comentarios con una frase que me confrontó: "La misión de la iglesia no es la de portero que discrimina quién entra o quién no".

Presumiendo de conocer a Claudia he asumido que con “la misión de la iglesia” no se refiere al sentido que desnuda la organización dentro de un templo sino más bien a la posición a la cual hemos sido elevados todos aquellos que nos colgamos de la gracia divina esperanzados en el sacrificio de Cristo como medio de salvación. Me detengo aquí para destacar que tal posición no es delimitada por las líneas divisoras de las religiones, aunque muchos han querido enseñarlo así; pero no quiero extenderme en esto ya que el propósito de este artículo es compartir el resultado de la confrontación a la que he sido sometido el fin de semana pasado con la ilusión de que sirva como punto de reflexión para quienes se detengan aquí por un momento.

Pensé en mi amor por la libertad, que me ha llevado lejos de preceptos heredados, por el que he abandonados círculos que fueron parte de mi historia, por el que he sido señalado y criticado por algunos de los que en otros tiempos me llamaron hermano. Pero descubrí que mi amor por la libertad ha sido amor por mi libertad, y podría abrir un paréntesis para algunas salvedades pero serían argumentos para defenderme y seguir viendo la libertad a mi manera.

Iré directo al punto, presumir de no criticar y aceptar a quienes viven un cristianismo fuera de las paredes de un templo y de aceptar hasta cierto punto y según la honestidad e intenciones a quienes viven un cristianismo de templos no refleja mi amor a la libertad, sino más bien desnuda mis experiencias. Verán, he sido cristiano de templo y he visto que a esos lugares asisten personas sedientas de la verdad, he sido cristiano en veredas solitarias y entiendo que no te hace cristiano un aval o membresía sino caminar con la ilusión de seguir las huellas de Cristo. Es fácil no ser portero del cielo cuando uno se identifica con las vivencias de otros, es fácil justificar errores cuando son los mismos que hemos cometido y hablar de inclusión en terrenos donde hemos sido excluidos, y en este punto recibo una bofetada de la monja lecter de Argentina.

El asunto es que el hilo que me llevó al post de Claudia fue una parada en el blog de la Monja Lecter donde defiende su pasión por la inclusión (ver aquí el artículo de la Monja Lecter, el asunto de su pasión por la inclusión es interpretación mía). Y al llegar al post de Claudia me pregunté cuál es mi posición ante la inclusión de los homosexuales dentro del cristianismo y el término iglesia. Mi respuesta inmediata fue que yo podría aceptar tal inclusión de acuerdo al esfuerzo de tal individuo por definir su orientación sexual, ignorando el detalle de que ya lo ha hecho, ya ha definido su orientación sexual. Sin embargo el centro de mi reflexión no es el homosexualismo pero si hoy tuviera que emitir un comentario al respecto diría que no soy nadie para pretender la exclusión de un homosexual dentro del término iglesia, ni siquiera de los círculos autodenominados cristianos, que no debo levantar la voz para exigir un cambio de orientación sexual o conductual como condición para aceptarles en mi entorno y en algunos caso “avalar” su inclinación hacia el cristianismo, después de todo no he sido llamado ni autorizado para hacerlo.

Entiendo que algunos templos funcionan como club donde el ingreso es condicionado por una serie de normas (muchas de ellas me mantienen al margen de sus entradas), sin embargo hago un llamado a que consideren tal posición, ya que se hacen llamar “iglesias cristianas”, a que alineen sus normas al concepto del cristianismo entonces, y con más fuerza a que no insistan en adoctrinar a sus miembros con el vicio de que esas normas aplican a la entrada al cristianismo y son condiciones del amor de Dios.

Si amo la libertad no debo pretender encadenar a otros y encasillar el concepto de la libertad a mis gustos y normativas, si amo la libertad no debo condicionar la inclusión. En cuanto al tema de los homosexuales que pretenden y han abrazado el cristianismo por ahora no tengo mucho que decir pero citaré una frase de una conversación que sostuve con una amiga minutos antes de publicar este post:

“… la gente cristiana, en masa, en grupo, se equivoca sobre lo que es gracia. Se equivoca lo que es fe, y se equivoca lo que es santidad. A través de la santidad quiere llegar "al cielo", y no a través de la fe. Y a través de la fe condena a la gente…”

Y diré que por ahora no “conozco mucho sobre la doctrina de la sexualidad de las personas”, frase con la que recibí una bofetada de la misma amiga, la que yo interpreté como un “mejor no te digo ahora lo que pienso porque te enrollo”, actitud que agradezco por el momento. Pero seguiré reflexionando sobre este asunto, y mientras lo hago tendré presente que no soy un portero del cielo.

sábado, 4 de abril de 2009

ES UN LUGAR PARA TI

Ella se esconde entre la oscuridad de la noche y se pierde en medio de preguntas que azotan con vida propia y respuestas que no busca, pero llegan fundidas en burlas. Levanta muros que luego no puede derribar y corazas impenetrables, se protege de otros y se aleja de ella misma.

Su alma es un mar turbio, intranquilo e indomable. Su corazón un peregrino con sed de hogar y deseo de amar.

Se pregunta quién es, pero solo escucha el eco de su voz mientras transita por las veredas de la soledad.

Y es linda y llena de gracia, pero huye de los espejos que reflejan su imagen pues siente temor de recordarse, porque un día soñó y construyó una ilusión, porque una vez sonrió y fue eterna.

Hoy los sueños son laberintos de un mundo sin vida y la ilusión ruinas solemnes de un pasado que asusta, porque la sonrisa lloró frustrada y entendió la desdicha de la inmortalidad. Duelen los límites inclementes de la vida, lastiman las lágrimas que brotan pedazos del alma, pesan las ruinas sobre la espalda y confunden los laberintos inciertos.

Y es hábil y cálida, pero la imposibilita la renuncia, se detiene sin tiempo y el tiempo avanza sin ella; se cuelga en un vacío profundo y el espacio la extraña. No es sorda a las suplicas del espacio, pero intenta serlo.

Dime una cosa, linda y llena de gracia, (aunque no quieras recordarte es lo que eres, y somos lo que somos aunque nos neguemos a ello; no desaparecen las habilidades aunque renunciemos a ellas; no se congela el alma cálida por más que huyamos del calor), dime ¿dónde estarás esta noche?

Te invito a un lugar donde las preguntas se humillan y las respuestas no ríen, los muros caen y las corazas desvanecen, donde no es necesario protegerse ni alejarse, y el mar se calma. Tiene aroma a hogar y espera un amor, el eco no estorba. Puedes sentarte, sé que estas cansada, puedes escuchar la canción de un río místico que pronuncia tu nombre, puedes mirarte en sus aguas sin temor al reflejo; puedes contemplar los valles, los árboles guiaran tu vista evaporando el laberinto, ellos señalan el camino. Allí la brisa fresca se lleva las ruinas mientras una silenciosa llovizna muda tus lágrimas y refresca al alma. Allí los cerros elevan la mortalidad.

Allí estaré esta noche y espero encontrarte, tomaremos un café a la orilla del río y sostendremos una plática profunda y sin sentido, sonreiremos de tontos… No tardes, tal vez mañana no tendremos que escondernos.