PREGUNTÉ POR TI...

Pregunté por ti, a los vientos que vienen del sur moviendo la nada, alterando el vacío… Vientos que surgieron del tiempo, hijos del tiempo, que todo lo han visto…Pregunto por ti y ellos me hablan de tu andar de diosa, dicen que tus pasos son agraciados y envidian tu gracia, que a tu paso se rinde el sol y disminuye su furor ofreciendo su luz como ofrenda a ti, deseando tocar tu piel… Me dicen que tienes magia en tus manos, que puedes tocar los vientos y desorientar sus pasos, que tus caricias son descanso para las almas…


Le pregunté al mar por ti… Detuvo su ira, sus olas reposaron y la calma hizo eco en el cielo oscuro, la niebla huyó del vacío y en la oscuridad se mostró la luna, su piel plateada, su presencia cálida… El mar sonrió, sonrió de puro amor al ver la luna, y señalándola juró que eras como la luna, que inspiras la calma que le inspira la luna, esa que lo mueve a creer que un día no habrá gravedad entre ellos, y que sus aguas pasearán por la piel de la luna… Me miró con furor y supe que era pasión, me dijo que un día te encontraré y mi ira se inclinará ante la belleza de tu piel…


Platiqué con el amanecer, momentos antes del alba, en los últimos segundos de su reposo, se mostró intranquilo al pronunciar tu nombre, que eres hermosa, que tu mirada esconde el secreto del origen del tiempo; que fue en el primer amanecer cuando te encontró sonriendo, jugando con el tiempo, bailando con los vientos, sentada junto al mar, que la luna te miraba admirada y él pensó que tú eras el sueño de su reposo, que cantabas una canción y tu voz era como el rocío de las mañanas, como un susurro de lluvias tardías…


Le confesé que así te recuerdo, linda, con la eternidad en tu sonrisa, llena de gracia infinita, sentada junto al mar, acariciándolo con sus manos, dándole calma y promesas, la luna agradeciendo tus palabras, los vientos danzando junto a ti, jugando con el tiempo con las sombras justo al amanecer, que te recuerdo señalando un destino mientras cantabas, solo recuerdo fragmentos de esa canción de palabras antiguas… Sonrió de nuevo el amanecer, y su claridad cegó mis ojos por un momento… Y desperté, en silencio, tranquilo, sin lamentos, sé que estoy cerca, sé que estás cerca… Pronto volveré a ti con los fragmentos de aquella canción…