Veo que llueve allá afuera, y es medianoche, sobre mí las cargas de casi treinta años transcurridos, no son mucho, lo sé, pero mientras llueve y pienso voy sintiendo el peso de todo lo que he soltado en el camino…
Así es, hoy me pesan las cargas que no llevo. Y no sé si escribir me ayude, escribo casi a diario, intento plasmar con metáforas, con palabras simples y conocidas lo que desconozco aun conociendo, lo que en otro lenguaje siento y a veces veo… Le escribo a ella que no termina de llegar, a quien no termino de alcanzar… A ellos, mis hijos, que a veces lejos y otras cerca me tocan, con sus manos o con el recuerdo, con sus miradas o con los destellos que después de un día compartiendo siguen alcanzándome el alma, o despertando esas emociones que algunos dicen son la existencia del alma… Le escribo a ellos, amigos, amigas, que en el camino me tienden la mano, a veces con una simple sonrisa, otras con un abrazo, o con un par de letras: escritas o habladas… Le escribo a mis fracasos, les cambio sus nombres, intento sentarme con ellos mientras les escribo, intento reconciliarme con ellos… A los demonios que rodean mi espacio, que se levantan cuando quiero sentarme y me obligan a desvelarme, no sé si me vigilan ellos o los vigilo yo…
Me pesan las cargas que ya no llevo, unas las he soltado porque lo he decidido, para caminar ligero, otras se han ido sin decir adiós, y hay cargas que no quise soltar pero que fue necesario, al menos eso me digo a mi mismo y hoy lo escribo… No sé si sirva de algo, no siento que sirva, pero no sé hacer otra cosa esta noche, y la lluvia sigue cayendo, escucho cómo choca contra las ventanas, música tal vez, que despiertan mis manos, música sin letra y yo aquí voy cantando con mis manos… Canto la melancolía, que despierta también y observa mis manos, que sangran letras mudas, que no terminan de nacer, sigo siendo cobarde para decirlo todo, sigo siendo inútil para expresarme, sigo temiéndole a la mirada del vacío, esos ojos que son abismos, lagunas secas… Tal vez alguien me entienda, tal vez nadie me entienda… Tal vez yo pueda entender que la sangre no siempre es roja, a veces es negra y cae sobre un papel, a veces se llama letras, y fluye no sé de dónde, pero de dónde sea, ese lugar se desangra mientras las letras fluyen… Que las lágrimas no siempre salen de los ojos, a veces lloran las manos, y gota a gota las manos van perdiendo sentido, tal vez el cielo pierde sentido con cada gota de lluvia…
Nuevo comienzo me espera, lo sé, lo anuncia la lluvia, lo lloran mis manos… Es hora de cruzar la calle en este camino, y nuevas cargas hay que soltar… No me acostumbro aun, no sé si podré acostumbrarme, no entiendo por qué es necesario, no quiero entenderlo, no quiero soltar nada más en este camino; no sé por qué escribir que aun sin acostumbrarme, sin saber si podré, sin entender y sin querer terminaré soltando de nuevo más cargas…
Tal vez mañana caminaré sin quejas, pero sé que aquí estaré de nuevo otra noche, quizá sin lluvias, tal vez sin letras, pero estaré sentado una vez más extrañando un millón de cosas que no volverán a ser, así es, existirán estas noches mientras esté lejos de mi hogar, tal vez un día llegue allí, y estén mis amigos reunidos, también mis hijos, tal vez un día llegue y allí esté ella, espero llegar algún día y estar listo para reconocer que es mi hogar, y brindar, festejar… Es lo que quiero, no ser más forastero, sonreír, tal vez allí me esperen mis cargas, ¿habrá un lugar donde todo lo bueno que solté, donde todo lo bueno que me soltó, aun exista y esperen por mí? ¿Existirá un lugar donde las letras tristes que nadie entiende puedan hablar con tono feliz? A veces creo saber que si existe ese lugar, a veces todo es tan sencillo y fácil… Sigo siendo cobarde para escribirlo todo… Sigo temiéndole a la mirada del vacío…
Así es, hoy me pesan las cargas que no llevo. Y no sé si escribir me ayude, escribo casi a diario, intento plasmar con metáforas, con palabras simples y conocidas lo que desconozco aun conociendo, lo que en otro lenguaje siento y a veces veo… Le escribo a ella que no termina de llegar, a quien no termino de alcanzar… A ellos, mis hijos, que a veces lejos y otras cerca me tocan, con sus manos o con el recuerdo, con sus miradas o con los destellos que después de un día compartiendo siguen alcanzándome el alma, o despertando esas emociones que algunos dicen son la existencia del alma… Le escribo a ellos, amigos, amigas, que en el camino me tienden la mano, a veces con una simple sonrisa, otras con un abrazo, o con un par de letras: escritas o habladas… Le escribo a mis fracasos, les cambio sus nombres, intento sentarme con ellos mientras les escribo, intento reconciliarme con ellos… A los demonios que rodean mi espacio, que se levantan cuando quiero sentarme y me obligan a desvelarme, no sé si me vigilan ellos o los vigilo yo…
Me pesan las cargas que ya no llevo, unas las he soltado porque lo he decidido, para caminar ligero, otras se han ido sin decir adiós, y hay cargas que no quise soltar pero que fue necesario, al menos eso me digo a mi mismo y hoy lo escribo… No sé si sirva de algo, no siento que sirva, pero no sé hacer otra cosa esta noche, y la lluvia sigue cayendo, escucho cómo choca contra las ventanas, música tal vez, que despiertan mis manos, música sin letra y yo aquí voy cantando con mis manos… Canto la melancolía, que despierta también y observa mis manos, que sangran letras mudas, que no terminan de nacer, sigo siendo cobarde para decirlo todo, sigo siendo inútil para expresarme, sigo temiéndole a la mirada del vacío, esos ojos que son abismos, lagunas secas… Tal vez alguien me entienda, tal vez nadie me entienda… Tal vez yo pueda entender que la sangre no siempre es roja, a veces es negra y cae sobre un papel, a veces se llama letras, y fluye no sé de dónde, pero de dónde sea, ese lugar se desangra mientras las letras fluyen… Que las lágrimas no siempre salen de los ojos, a veces lloran las manos, y gota a gota las manos van perdiendo sentido, tal vez el cielo pierde sentido con cada gota de lluvia…
Nuevo comienzo me espera, lo sé, lo anuncia la lluvia, lo lloran mis manos… Es hora de cruzar la calle en este camino, y nuevas cargas hay que soltar… No me acostumbro aun, no sé si podré acostumbrarme, no entiendo por qué es necesario, no quiero entenderlo, no quiero soltar nada más en este camino; no sé por qué escribir que aun sin acostumbrarme, sin saber si podré, sin entender y sin querer terminaré soltando de nuevo más cargas…
Tal vez mañana caminaré sin quejas, pero sé que aquí estaré de nuevo otra noche, quizá sin lluvias, tal vez sin letras, pero estaré sentado una vez más extrañando un millón de cosas que no volverán a ser, así es, existirán estas noches mientras esté lejos de mi hogar, tal vez un día llegue allí, y estén mis amigos reunidos, también mis hijos, tal vez un día llegue y allí esté ella, espero llegar algún día y estar listo para reconocer que es mi hogar, y brindar, festejar… Es lo que quiero, no ser más forastero, sonreír, tal vez allí me esperen mis cargas, ¿habrá un lugar donde todo lo bueno que solté, donde todo lo bueno que me soltó, aun exista y esperen por mí? ¿Existirá un lugar donde las letras tristes que nadie entiende puedan hablar con tono feliz? A veces creo saber que si existe ese lugar, a veces todo es tan sencillo y fácil… Sigo siendo cobarde para escribirlo todo… Sigo temiéndole a la mirada del vacío…
6 comentarios:
Mil Bendiciones, y lo mejor de los exitos en tu blog, me parece muy interesante todo lo que escribes, Medium Salome. htttp://mediumsalome.blogspot.com
es como medio para abajo el tema este pero no sé por que a pesar del aire melancólico me dio esperanzas
saludos
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saludos
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similar in the past? Keep up the great work!
Saludos Medium, graias, te estarè visitando.
Bochamaker , fue escrito con mucha esperanza.
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