sábado, 24 de julio de 2010

QUE YA SIN TI...

Que ya sin ti no soy el mismo… O tal vez he vuelto a ser quien realmente soy… No sé, cómo asegurar cuando víctima de tu compañía creí haber encontrado mi identidad, y hoy victima de tu ausencia creo ser lo que hoy soy sin saber qué soy, sin saber quién soy…


Que ya sin ti la luna es solo una esfera suspendida en el cielo y el cielo un manto oscuro que no dice nada… La oscuridad es solo nada que me rodea, que rodea a la nada, porque nada soy yo sin ti… Y voy hundiéndome, decidiendo sin decidir la suerte que no tengo, teniendo sin tener las decisiones que no tomo, con la suerte de andar sin suerte por caminos que descienden… Descendiendo, sin nada, hacia la nada…


Dentro de mí nadan, contra aguas turbias, fragmentos del tiempo que no existen, y chocan para fundirse intentando existir… Y mientras la guerra avanza, mientras me hundo, y las aguas adentro se rebelan contra los vestigios de quietud que se muestran como imágenes de recuerdos perdidos, mientras el tiempo demuestra que no hay fragmentos, que es soberano, yo, ya sin ti, observo la esfera suspendida, y escucho el lamento, es que sin ti no soy el mismo…


Dentro de mí combaten, contra arenas de desiertos, imágenes de espacios que no existen, espacios en los que tú reinaste, espacios donde yo rendido a ti fui diferente, y diferente soy hoy, sin identidad, preguntándome sin alguna vez la tuve o si aquellos días fueron ilusiones con aliento, ilusiones vivas donde la vida, frágil y vulnerable, era vida real por ser ilusoria; hoy me pregunto si fue aquella vida real y si esto que hoy no tengo y hoy no soy es una ilusión…

Aguas turbias y arenas de desiertos se funden para crear un mundo en donde comienzo a existir, una vez más, consciente, despierto, es que lo sé, en cualquier mundo, bajo cualquier realidad, sin importar quien yo sea, sin ti ya no soy el mismo.

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