sábado, 24 de julio de 2010

DOSCIENTOS DEMONIOS...

Demonios danzan a mi lado mientras camino, sombras de otros mundos que siguen existiendo, no sé cómo ni dónde, espectros de otros tiempos que intentan desnudarse de pretensiones humanas para mostrarse en unidad y reflejar verdades que han sido olvidadas pero que siguen vivas y respiran a mi lado justo entre las danzas de los demonios que atormentan cantando a mi soledad y susurrando tus nombres enloquecen mi silencio.

Yo me niego a las treguas que ofrecen porque sus bondades hieren mi alma que lejos de mí se queja mientras avanzo entre sombras y espectros. Se hacen llamar pasados de un futuro que aguarda el momento para respirar una vez más el aire a través de nuestro encuentro que ya existió y que aun no he vivido.

Ellos ofrecen un fin que fue dibujado alguna vez y que marcó el comienzo de un juego que intento no entender para no descubrir lo que a veces sé.

Y es que a veces lo sé, porque lo dibujan los demonios mientras danzan, porque lo mencionan mientras cantan canciones de aquellos tiempos, porque cada uno de tus nombres lo esconde: que tú eres la razón por la que existen e insisten en caminar a mi lado, que tú eres la canción que le da vida a sus danzas, que eres tú la dueña de sus nombres, que en ti se reconcilian mis tiempos, que cada demonio es una vida sin ti, esperando por ti… Hoy me senté a contarlos mientras danzaban, ha sido larga la vida sin ti, han sido michos los anocheceres que invaden mi día sin ti…

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