miércoles, 7 de julio de 2010

PERDIDO...

Mi cielo son tus ojos, y sonrío cuando me miras, es que puedo ser sin miedos. Puedo ser sin preguntarme por qué, sin preocuparme por cómo, sin querer saber cuándo.


Tus ojos son la distancia desnuda de tiempos, son la cercanía despojada de espacios.


Puedo ver cuando tu mirada tropieza con mis caminos, y todo pierde sentido porque el sentido huye de la inocencia que esconde tus ojos. Inocencia que me habla de un origen perdido a donde voy, origen que soy, perdido que voy. Y entiendo el lenguaje del cielo cuando perdido tropiezo con la vida que no necesita del aire, que no justifica su vida, vida que sumergida en la oscuridad de tu mirada me invita a vivir.


Yo abrazo las sombras dibujadas en tu mirada, sombras que construyen los mundos, y no me escondo sino que me entrego al viaje, a ese viaje cuyos caminos son tuyos por ser mis caminos, a ese cuyo destino es mío por ser tu destino…


Tus ojos mi cielo, tu mirada me redime de lo que fui, lo que soy y seré y hoy agradezco haberme perdido, porque perdido tu cielo tropezó conmigo…

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