Las calles comentan tu ausencia, murmuran con dolor palabras que escucharon cuando tú fuiste mi compañía y tomando mi mano me guiabas, por los mismos caminos que hoy no tienen destinos, a los brazos de un mundo que hoy no consigo.
Las calles preguntan por ti mientras camino solitario y callado, y avanzo porque a mi edad ya no sé hacer otra cosa, pero avanzo sin fe, rodeado de dudas que no preguntan, que esperan el fin de mi silencio, pero mi silencio es eterno mientras tú lejos y perdida te llevas el fin y yo con mis manos extendidas pregunto por ti, en cada rincón, a cada dolor que toco por los caminos.
Camino perdido, con fuerzas prestadas que van cobrando intereses, arrancándome fragmentos del alma, hiriendo las heridas de los recuerdos que luchan por permanecer vivos mientras agonizando se niegan a la entrega de sus suertes que fueron anunciadas con la promesa de que después de la muerte un nuevo comienzo aguarda y un nuevo encuentro espera por ser esperado.
Camino perdido, con esperanzas que juegan, yo atado con hilos, movido por manos que desconozco y que me dicen que fueron mías siento desprecio por las esperanzas que insisten en mantener con aire el maldito juego del recorrido a ninguna parte, susurrando que mientras entiendo el tiempo que no se marca con el amanecer ni se despide al anochecer me acerco al momento en que juntos enseñemos otro lenguaje a estas calles y le encontremos sentido a estos caminos.
Las calles preguntan por ti mientras camino solitario y callado, y avanzo porque a mi edad ya no sé hacer otra cosa, pero avanzo sin fe, rodeado de dudas que no preguntan, que esperan el fin de mi silencio, pero mi silencio es eterno mientras tú lejos y perdida te llevas el fin y yo con mis manos extendidas pregunto por ti, en cada rincón, a cada dolor que toco por los caminos.
Camino perdido, con fuerzas prestadas que van cobrando intereses, arrancándome fragmentos del alma, hiriendo las heridas de los recuerdos que luchan por permanecer vivos mientras agonizando se niegan a la entrega de sus suertes que fueron anunciadas con la promesa de que después de la muerte un nuevo comienzo aguarda y un nuevo encuentro espera por ser esperado.
Camino perdido, con esperanzas que juegan, yo atado con hilos, movido por manos que desconozco y que me dicen que fueron mías siento desprecio por las esperanzas que insisten en mantener con aire el maldito juego del recorrido a ninguna parte, susurrando que mientras entiendo el tiempo que no se marca con el amanecer ni se despide al anochecer me acerco al momento en que juntos enseñemos otro lenguaje a estas calles y le encontremos sentido a estos caminos.
1 comentario:
Hola, me llamo Mabel Lora. Me encontre tu blog por casualidad. Me gusta lo que escribes, me recuerda un poco a mi forma de narrar. Si quieres puedes visitar mi blog. http://mabel-diaro-de-una-adolescente.blogspot.com/
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