miércoles, 19 de agosto de 2009

CONFESIONES DE AGOSTO...

Tengo un par de manos vacías, sedientas, cansadas. Que tiemblan en las noches frías, que escriben en las madrugadas muertas, que quieren componer canciones en las tardes soleadas, que lloran cuando te extrañan, que intentan dibujarte cuando es de día, Manos inútiles porque no estas.

Tengo un par de pies ancianos, que caminan insatisfechos, que buscan nuevos senderos, que quieren llegar a ti. Ellos aun viven por la esperanza y anhelan tu compañía. Piensan que tú eres reposo, agua de manantial que refresca los pasos, que eres destino escrito en lo profundo del mar. Pies ancianos con alma de niño, que se niegan a la quietud y el descanso. Pies infructíferos porque no estás.

Tengo un par de ojos trasnochados, marcados por la oscuridad y confusión, heridos por la claridad de tu ausencia. Que cazan historias en las miradas, que construyen imágenes de ti mientras te buscan, que sienten el peso de la vida sin ti, que se inclinan dolidos ante el deseo de ti, ellos quieren mirar el sonido de tu voz. Ojos ciegos porque no estás.

Tengo un par de oídos fracasados, afligidos, solitarios. Que piensan en ti a diario, que lamentan tu silencio, ellos se quejan de las multitudes. Oídos que le temen a la muerte y se mantienen alerta. Mueren por escucharte, confían en la magia escondida en ti. A veces duermen ilusos, queriendo encontrarte en mis sueños, te buscan entre canciones, creen poder leerte el alma y descubrir en ella el secreto de una vida larga. Oídos sordos porque no estas.

Tengo un par de labios cargados, llevan el peso de la soledad sobre sus espaldas, y agotados aun respira, labios tontos con tinta ilusión. Que no se doblegan ante la realidad, que me obligan a creer que tu eres la realidad, que contradicen mis argumentos con sus sentimientos, que guardan palabras para ti. Labios sellados porque no estás.

Tengo un alma hecha pedazos, esparcida por los rincones dentro de mí, vencida por los años pero dispuesta a renacer. Alma turbia por las contradicciones silenciosas, que jura haber vivido junto a ti, que se cree incompleta cuando te extraña, que jura sentirte sin que la toques. Alma que se desvanece a diario pero que permanece viva, creyendo que un día vendrás, y reunirás sus pedazos esparcidos y con tu dulzura los unirás a tu alma, tengo toda una parte de mí, incompleta, esperando que un día vengas a darle sentido a todo lo que soy.

3 comentarios:

Jenny dijo...

Muy bueno. Se que un dia pasara todo eso, un dia llegara y unira esos pedazos. Hay desiertos inmensos, profundos, de años,pero tambien hay manantiales esperandonos, espero puedas refrescarte pronto en uno. Un abrazo, sigo por aqui

GUSMAR SOSA dijo...

Así es Jenny, gracias por pasar.

amor que soy dijo...

a veces solo en el sufrimiento nos damos cuenta de que somos capaces de amar