Si pasas por aquí detente un momento que escribo para ti… He lanzado mis letras al azar porque no me quedan recursos y he hecho una tregua con la suerte, si me conocieras sabrías que es una ironía: nunca antes colgué mis guantes ante la suerte. Y sonrío al pensar que no soy el mismo.
Detente un momento que nunca escribí con tanta ilusión, han de ser estos días lluviosos que se llevan mi terquedad y fatalismo. Y no creo que sea tarde, después de todo nunca fui puntual, y a juzgar por mi pasado el tiempo es una quimera y tiemblo al pensar que apenas comienza a correr; aun así yo no correré, y es que mis fuerzas no son las mismas, tampoco mi ritmo al caminar.
Detente y tal vez notes que mi andar es distraído, antes no fue así, pero es que ahora suelo olvidar mis obsesiones, y debo admitirlo, es mas ligera la vida, tanto que comienzo a rendirme y sospecho que rendirme es solo el inicio. Si me conocieras sabrías que es una burla contra mi historia: he perdido un millón de batallas, pero las he perdido luchando. Y suspiro al pensar que he perdido el control sobre mi destino.
Si pasas por aquí detente y escucha mi esperanza que se asoma, tímida y lastimada por los años, pero dispuesta a embriagarte si te detienes, han de ser estos vientos recios que borran las huellas que los años van dejando sobre la arena. Y no creo que sea corto el tiempo que me resta, después de todo nunca he calculado mis pasos, y a juzgar por mi presente el futuro es siempre incierto; aun así no me obsesionaré por descifrarlo, y es que mis habilidades no son las mismas.
Si llegas hasta aquí sé que te has detenido, si conocieras mi pasado ya sabrías que no soy el mismo, que comienzo a creer que el azar te a traído, que mi esperanza te detuvo y que mi ilusión es la misma que tu has soñado y la razón por la que hoy, rendida, distraída y entregada a la bondad de la suerte pasaste por aquí.
Detente un momento que nunca escribí con tanta ilusión, han de ser estos días lluviosos que se llevan mi terquedad y fatalismo. Y no creo que sea tarde, después de todo nunca fui puntual, y a juzgar por mi pasado el tiempo es una quimera y tiemblo al pensar que apenas comienza a correr; aun así yo no correré, y es que mis fuerzas no son las mismas, tampoco mi ritmo al caminar.
Detente y tal vez notes que mi andar es distraído, antes no fue así, pero es que ahora suelo olvidar mis obsesiones, y debo admitirlo, es mas ligera la vida, tanto que comienzo a rendirme y sospecho que rendirme es solo el inicio. Si me conocieras sabrías que es una burla contra mi historia: he perdido un millón de batallas, pero las he perdido luchando. Y suspiro al pensar que he perdido el control sobre mi destino.
Si pasas por aquí detente y escucha mi esperanza que se asoma, tímida y lastimada por los años, pero dispuesta a embriagarte si te detienes, han de ser estos vientos recios que borran las huellas que los años van dejando sobre la arena. Y no creo que sea corto el tiempo que me resta, después de todo nunca he calculado mis pasos, y a juzgar por mi presente el futuro es siempre incierto; aun así no me obsesionaré por descifrarlo, y es que mis habilidades no son las mismas.
Si llegas hasta aquí sé que te has detenido, si conocieras mi pasado ya sabrías que no soy el mismo, que comienzo a creer que el azar te a traído, que mi esperanza te detuvo y que mi ilusión es la misma que tu has soñado y la razón por la que hoy, rendida, distraída y entregada a la bondad de la suerte pasaste por aquí.
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