A veces, cuando es necesario dentro de lo innecesario, digo que soy un ex cristiano intentando seguir a Jesucristo. Y no soy el primero ni el único que lo dice. Me sorprendió haber leído hace algunos meses un artículo escrito al respecto escrito por Claudia Lama, a quien considero mi amiga. Y siempre que digo que soy un ex cristiano intentando seguir a Jesucristo siento la motivación de recomendar el blog de mi amiga.
Lo menciono hoy porque el cristianismo ha reclamado, y así lo ha declarado, tener la razón en cuanto a toda cuestión de ¿Dios? El cristianismo se ha autodefinido como un movimiento fundado por el Cristo, teniendo en cuenta que ese Cristo es el Hijo de Dios y el movimiento dice “seguir al Cristo Hijo de Dios”. Si le preguntas a una persona que ha sido formada dentro del cristianismo por qué sigue al Cristo Hijo de Dios te responderá de la forma más natural: “porque es la salvación”.
Aclaro, el presente artículo no tiene como objetivo atacar a ninguna de las denominaciones o representantes del cristianismo en general, sino mostrar un defecto que ya no debe ignorarse más y que deforma en el hombre la imagen del Creador y lo reduce a la posición de un ¿Dios? más. Entiendo que algunas personas en el lugar de “cristianismo” leerán con la figura de ¿Dios? en sus mentes, y sentirán que mis argumentos atacan al ¿Dios? del cristianismo. El ¿Dios? del cristianismo parece estar ligado y dependiendo del cristianismo mismo, así que atacar al cristianismo y mostrar sus defectos es ciertamente demostrar que la imagen que han dibujado de ese ¿Dios? es una distorsión “grosera” del “Yo Soy” que inspiró las Escrituras y que además se hizo hombre.
El cristianismo ha venido a ser un sistema del que se desprenden doctrinas, dogmas, o más bien doctrinas dogmaticas, ideas, principios y una serie de “artículos” más que rigen directa o indirectamente a todo aquel que se encierra dentro de ese sistema en el que nada puede ser cuestionado aun cuando todo es cuestionable. Es un sistema opresivo, una vez dentro el individuo interna una serie de argumentos prefabricados y éste siente la necesidad de mantenerse dentro del sistema para continuar con vida y agradar al ¿Dios? del sistema. Yo he llamado a ese sistema “mundo de cristal”, y en mi blog personal hablo en algunos artículos con más detalles sobre las razones por las que debe ser considerado un mundo de cristal.
El mayor de los problemas, y es el que me motiva a escribir este capítulo, es que las doctrinas, dogmas, ideas, principios y todo el conjunto de “artículos” dentro del cristianismo han sido creados para resguardar la imagen de un ¿Dios? moldeado al sistema, así el sistema se divorcia de la necesidad de encontrar al Verdadero y Único y abraza más bien la oportunidad de presentar al ¿Dios? que se han creado, cuya imagen les ayuda a mantener vivo el sistema.
La salvación es dentro del cristianismo la idea central y la herramienta más útil para el adoctrinamiento. El individuo acepta como cierto e incuestionable todo el conjunto de “artículos” creados porque estos aseguran la garantía de la salvación. El ¿Dios? del sistema es entonces un ser cuyo único valor es “salvación”. Y como los artículos vendidos dentro del cristianismo son presentados como extraídos del “corazón de su ¿Dios?” todo lo que éste ¿Dios? ha generado ha sido para cumplir su única razón de ser: la salvación.
La salvación garantiza la vida eterna. Y así ¿Dios? pasa a segundo o cualquier otro lugar. Todo cuanto el individuo debe hacer, lo debe hacer pensando en la salvación y vida eterna. Dentro de ese sistema la Escritura inspirada ha sido inspirada por supuesto por el ¿Dios? del sistema y es un laberinto que lleva a la salvación y por lo tanto a la vida eterna. Salvación y vida eterna dentro de ese sistema son elementos externos a ¿Dios? Entiendo que por esta razón la gracia se hace insuficiente o modificable. Pues de ser suficiente o de ser tal y como es el sistema perdería su sentido y su ¿Dios? también. Así la gracia, cualidad del Verdadero y Vivo, es contradictoria dentro del cristianismo.
Todo esto nos lleva a formular una pregunta: ¿Es necesario seguir a Cristo en nuestra búsqueda y necesidad de conocer al Creador? Es necesario seguirlo, y para seguirlo no es necesario “hacerse cristiano”. Es necesario seguirle entendiendo en primer lugar que seguirle es intentar conocerle, es iniciar y mantener una relación. Es necesario seguirle entendiendo en segundo lugar que Jesucristo es el “Yo Soy” que se le presentó a Moisés. Y así al someter al ¿Dios? de sistemas ante la persona de Jesucristo encontraremos que tal ¿Dios? es un ¿Dios? muerto, de ficción. Este Jesucristo, el “yo Soy” hecho hombre, nos da el sentido correcto de la Escritura e incluso de la “salvación y vida eterna” y ese sentido rompe con el empeño del ser humano de crear sistemas para alcanzar “salvación y vida eterna”. Jesucristo dice: “Escudriñad las escrituras porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna y ellas son las que dan testimonios de mi”.
No sé si pueden notarlo, pero esas palabras colocan todo en su orden. El asunto de la salvación y vida eterna que es considerado un elemento externo a ¿Dios? que debe alcanzarse mediante el cumplimiento de una serie de requisitos que forman parte de un supuesto plan es colocado aquí dentro de Jesucristo que es el Creador hecho hombre. Es decir, Jesucristo no niega que en ellas (Escrituras) está la vida eterna, aun cuando aclara “a vosotros os parece”, pero aun así afirma y concluye en que “ellas son las que dan testimonio de él”. Si en ellas hay salvación y vida eterna es porque hablan de él. Él es el tema central de la Escritura. La salvación y vida eterna es parte de su atractivo, por lo tanto la forma de hallarlas está en él, no en sistema ni en ningunos de sus “artículos”. Está en su ser, así como la gracia misma está en él y no se desprende de él.
El Creador no es un ¿Dios? de sistemas, y ni la persona de Cristo ni la Escritura inspirada fueron intentos por crear sistemas, por lo tanto aceptar que para conocerle es indispensable y extremadamente necesario “ser cristiano” es desde ese momento salir al encuentro de un ¿Dios? hecho por hombres.
Lo menciono hoy porque el cristianismo ha reclamado, y así lo ha declarado, tener la razón en cuanto a toda cuestión de ¿Dios? El cristianismo se ha autodefinido como un movimiento fundado por el Cristo, teniendo en cuenta que ese Cristo es el Hijo de Dios y el movimiento dice “seguir al Cristo Hijo de Dios”. Si le preguntas a una persona que ha sido formada dentro del cristianismo por qué sigue al Cristo Hijo de Dios te responderá de la forma más natural: “porque es la salvación”.
Aclaro, el presente artículo no tiene como objetivo atacar a ninguna de las denominaciones o representantes del cristianismo en general, sino mostrar un defecto que ya no debe ignorarse más y que deforma en el hombre la imagen del Creador y lo reduce a la posición de un ¿Dios? más. Entiendo que algunas personas en el lugar de “cristianismo” leerán con la figura de ¿Dios? en sus mentes, y sentirán que mis argumentos atacan al ¿Dios? del cristianismo. El ¿Dios? del cristianismo parece estar ligado y dependiendo del cristianismo mismo, así que atacar al cristianismo y mostrar sus defectos es ciertamente demostrar que la imagen que han dibujado de ese ¿Dios? es una distorsión “grosera” del “Yo Soy” que inspiró las Escrituras y que además se hizo hombre.
El cristianismo ha venido a ser un sistema del que se desprenden doctrinas, dogmas, o más bien doctrinas dogmaticas, ideas, principios y una serie de “artículos” más que rigen directa o indirectamente a todo aquel que se encierra dentro de ese sistema en el que nada puede ser cuestionado aun cuando todo es cuestionable. Es un sistema opresivo, una vez dentro el individuo interna una serie de argumentos prefabricados y éste siente la necesidad de mantenerse dentro del sistema para continuar con vida y agradar al ¿Dios? del sistema. Yo he llamado a ese sistema “mundo de cristal”, y en mi blog personal hablo en algunos artículos con más detalles sobre las razones por las que debe ser considerado un mundo de cristal.
El mayor de los problemas, y es el que me motiva a escribir este capítulo, es que las doctrinas, dogmas, ideas, principios y todo el conjunto de “artículos” dentro del cristianismo han sido creados para resguardar la imagen de un ¿Dios? moldeado al sistema, así el sistema se divorcia de la necesidad de encontrar al Verdadero y Único y abraza más bien la oportunidad de presentar al ¿Dios? que se han creado, cuya imagen les ayuda a mantener vivo el sistema.
La salvación es dentro del cristianismo la idea central y la herramienta más útil para el adoctrinamiento. El individuo acepta como cierto e incuestionable todo el conjunto de “artículos” creados porque estos aseguran la garantía de la salvación. El ¿Dios? del sistema es entonces un ser cuyo único valor es “salvación”. Y como los artículos vendidos dentro del cristianismo son presentados como extraídos del “corazón de su ¿Dios?” todo lo que éste ¿Dios? ha generado ha sido para cumplir su única razón de ser: la salvación.
La salvación garantiza la vida eterna. Y así ¿Dios? pasa a segundo o cualquier otro lugar. Todo cuanto el individuo debe hacer, lo debe hacer pensando en la salvación y vida eterna. Dentro de ese sistema la Escritura inspirada ha sido inspirada por supuesto por el ¿Dios? del sistema y es un laberinto que lleva a la salvación y por lo tanto a la vida eterna. Salvación y vida eterna dentro de ese sistema son elementos externos a ¿Dios? Entiendo que por esta razón la gracia se hace insuficiente o modificable. Pues de ser suficiente o de ser tal y como es el sistema perdería su sentido y su ¿Dios? también. Así la gracia, cualidad del Verdadero y Vivo, es contradictoria dentro del cristianismo.
Todo esto nos lleva a formular una pregunta: ¿Es necesario seguir a Cristo en nuestra búsqueda y necesidad de conocer al Creador? Es necesario seguirlo, y para seguirlo no es necesario “hacerse cristiano”. Es necesario seguirle entendiendo en primer lugar que seguirle es intentar conocerle, es iniciar y mantener una relación. Es necesario seguirle entendiendo en segundo lugar que Jesucristo es el “Yo Soy” que se le presentó a Moisés. Y así al someter al ¿Dios? de sistemas ante la persona de Jesucristo encontraremos que tal ¿Dios? es un ¿Dios? muerto, de ficción. Este Jesucristo, el “yo Soy” hecho hombre, nos da el sentido correcto de la Escritura e incluso de la “salvación y vida eterna” y ese sentido rompe con el empeño del ser humano de crear sistemas para alcanzar “salvación y vida eterna”. Jesucristo dice: “Escudriñad las escrituras porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna y ellas son las que dan testimonios de mi”.
No sé si pueden notarlo, pero esas palabras colocan todo en su orden. El asunto de la salvación y vida eterna que es considerado un elemento externo a ¿Dios? que debe alcanzarse mediante el cumplimiento de una serie de requisitos que forman parte de un supuesto plan es colocado aquí dentro de Jesucristo que es el Creador hecho hombre. Es decir, Jesucristo no niega que en ellas (Escrituras) está la vida eterna, aun cuando aclara “a vosotros os parece”, pero aun así afirma y concluye en que “ellas son las que dan testimonio de él”. Si en ellas hay salvación y vida eterna es porque hablan de él. Él es el tema central de la Escritura. La salvación y vida eterna es parte de su atractivo, por lo tanto la forma de hallarlas está en él, no en sistema ni en ningunos de sus “artículos”. Está en su ser, así como la gracia misma está en él y no se desprende de él.
El Creador no es un ¿Dios? de sistemas, y ni la persona de Cristo ni la Escritura inspirada fueron intentos por crear sistemas, por lo tanto aceptar que para conocerle es indispensable y extremadamente necesario “ser cristiano” es desde ese momento salir al encuentro de un ¿Dios? hecho por hombres.
2 comentarios:
Huyo de sistemas y normas, al fin y al cabo eso sólo son construcciones humanas que desgraciadamente poco tienen que ver con Dios.
El calificativo excristiano, aunque me identifique con él, no me gusta como tal, de forma literal, aunque coincida completamente con Claudia Lama en su interpretación del mismo. Y no adopto la palabra "excristiano" porque realmente los primeros seguidores de Cristo eran llamados cristianos, se identificaban con ese Cristo y tampoco tenían nada que ver con los de ahora. Así que como homenaje a esos primeros cristianos que iban por los caminos, yo prefiero autodominarme Cristiana sin apellidos, simplemente Cristiana. No necesito de ninguna acreditación más, ni de apellidos, ni de instituciones, ni de sistemas; esta es mi opción libre y autónoma.
Besos gusmar.
El problema, es que TODAS LAS RELIGIONES ,son SISTEMAS, y lo han sido siempre...desde el antiguo Israel hasta el día de hoy...
es todo un tema hay que salir del sueño, en que nos han sumergido,y recordar quienes somos en realidad, sólo eso-
Luego de este paso nuestra relación con el Altísimo, será real y basada en las leyes del Universo, no en las de hombres tan terrenales y carnales que basan sus principios y prohibiciones en la carne y las consecuencias sobre ésta, disfrazándolas de eternidad...
reflexiona y no te ciegues, eres espiritual pero inteligente y por algo Dios te dio esa cualidad, para que seas libre y no esclavo de ningún sistema...
un abrazo.
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