Hoy cierro mis ojos mientras escribo, es que quiero encontrarte y ya estoy casado…
De nada sirven mis sentidos, inútiles mis habilidades, tontas mis pretensiones, ilusa mi alma, terco mi espíritu, cortos mis pasos, débil mi esperanza, vacías mis manos.
Pero quiero encontrarte aquí, ahora, cansado sigo buscándote, te quiero junto a mi para respirar tu aire y purificar mis emociones, para bautizarme en tu aliento y darle vida a mis sentimientos muertos que quieren vivir dos siglos más junto a ti y borrar así las marcas de haber vivido dos siglos sin ti, dos siglos trágicos e incoherentes.
Hoy cierro mis ojos, ya no quiero ver el tiempo transcurrir, ya no quiero sentir el espacio hondo que alguna vez ocupaste y que hoy reclama tu presencia.
Infelices mis palabras, mártires mis pasiones, grises mis historias, oscuros mis senderos, vulnerable mi existencia.
Pero quiero encontrarte aquí, ahora, sin tiempo ni espacios; y solo tengo de ti un segundo, un destello de luz en la oscura y larga línea de mi vida, un segundo que inmortalizo cuando cierro mis ojos y anclo lo que soy en tu sonrisa. Tu sonrisa: prueba única de tu existencia, evidencia suficiente de un futuro mejor, llama que arde, que quema aquí adentro; aquí adentro: donde un nuevo mundo es posible; mundo de sueño y deseos, donde nada es necesario porque tu eres suficiente…
Hoy cierro mis ojos, creyendo que me escuchas, creyendo que me sientes, y desde aquí necesito decirte que todo lo que quiero está en ti y de ti solo tengo tu sonrisa, y la tengo cuando cierro mis ojos.
De nada sirven mis sentidos, inútiles mis habilidades, tontas mis pretensiones, ilusa mi alma, terco mi espíritu, cortos mis pasos, débil mi esperanza, vacías mis manos.
Pero quiero encontrarte aquí, ahora, cansado sigo buscándote, te quiero junto a mi para respirar tu aire y purificar mis emociones, para bautizarme en tu aliento y darle vida a mis sentimientos muertos que quieren vivir dos siglos más junto a ti y borrar así las marcas de haber vivido dos siglos sin ti, dos siglos trágicos e incoherentes.
Hoy cierro mis ojos, ya no quiero ver el tiempo transcurrir, ya no quiero sentir el espacio hondo que alguna vez ocupaste y que hoy reclama tu presencia.
Infelices mis palabras, mártires mis pasiones, grises mis historias, oscuros mis senderos, vulnerable mi existencia.
Pero quiero encontrarte aquí, ahora, sin tiempo ni espacios; y solo tengo de ti un segundo, un destello de luz en la oscura y larga línea de mi vida, un segundo que inmortalizo cuando cierro mis ojos y anclo lo que soy en tu sonrisa. Tu sonrisa: prueba única de tu existencia, evidencia suficiente de un futuro mejor, llama que arde, que quema aquí adentro; aquí adentro: donde un nuevo mundo es posible; mundo de sueño y deseos, donde nada es necesario porque tu eres suficiente…
Hoy cierro mis ojos, creyendo que me escuchas, creyendo que me sientes, y desde aquí necesito decirte que todo lo que quiero está en ti y de ti solo tengo tu sonrisa, y la tengo cuando cierro mis ojos.
1 comentario:
Es lindo escribir con los ojos cerrados, es una muy buena práctica. Cuando cierras los ojos y libres tus dedos sobre el teclado, los sentimientos más profundos salen al exterior, es como dejar hablar al corazón, o a ese niño de nueve años que llevas dentro.
Besos.
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