martes, 11 de agosto de 2009

DOS SIGLOS...

Ella lo miró directo a los ojos e intentó descubrir los por qué de un misterio, y él estaba seguro que jamás lo descubriría. Él no esquivó su mirada, su alma: impenetrable y sin miedo.

Pensó que antes de poder descubrirlo ella tendría que enfrentar mil huracanes, atravesar un millón de desiertos, sufrir tempestades, ser víctima de la sequía. Y en un minuto definitivamente ella no podría saberlo. Mientras cruzaban su mirada él sí pudo ver dentro del alma de ella, conocer sus secretos, secretos que solo una criatura de dos siglos podía descubrir en un minuto.

Ella confusa preguntó por qué. Y él sonrió antes de responderle. Y tras una pausa, luego de acariciarle el rostro le dijo:

-Tendrías que vivir dos siglos.

Ella esquivó su mirada. Él lo lamentó, y sin sospecharlo la escuchó decir mientras la veía levantar el rostro y mirarlo de nuevo a los ojos:

-Viviré dos siglos.

Su alma se hizo vulnerable y sintió el alivio de un miedo que jamás, en dos siglos, había sentido.