martes, 1 de diciembre de 2009

DE NOCHE DUERMEN MIS DÍAS...

Quiero romper el silencio hoy. Y que se lean mis palabras como un grito desesperado.
He tratado de esconderme entre estructuras y distraerme entre las telarañas de la historia. He deseado un mejor escenario, y descifrar el trayecto que señala el futuro para marcar un comienzo. En mis pretensiones he querido beber agua de un río inédito para pagar mi sed.


Pero en mis intentos anochece, y hasta hoy no he hablado de mis noches. No sabes aun de las batallas que libro en cada anochecer, no sabes que te busco a ti, que anhelo tu compañía en mi empeño, que sueño con lo fácil que sería junto a ti. Sueño, de noche, con un mundo nuestro, donde tú me tocas con tus manos y me enseñas lo dulce de la vida, un mundo donde tú eres suficiente, porque así te creo: todo lo abarcas, todo lo llenas.


Un mundo en el que tú borras las fronteras que pudieran de nuevo separarnos y construyes una isla en cada mar, tú pintas en nuestro cielo nubes que señalan tu silueta. Y yo le doy nombre a nuestro mundo: tu nombre. Y lo pronuncio en silencio y lo protejo como un secreto, tuyo y mío. Sueño con ese mundo en el que tus ojos son mi sol, tu sonrisa mi luna, tu mirada mi horizonte: amplio, interminable. Y junto a ti espero mil amaneceres.


Si me vieras cada noche, soy un niño que grita, que llora, que se alegra. Si vinieras una noche, yo no querría crecer al amanecer…

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