Veredas y calles preguntan por ti, buen amigo. Confundidas te buscan, queriendo sentir tus pasos, deseando escuchar tu voz…
Me ven solitario los barrios, una vez más; me ven silencioso los intentos… Preguntan por ti las dudas y el coraje que desafía todo lo que algunos dan por cierto…. Y yo me siento con los recuerdos a discutir, intentando encontrar respuestas, dejando escapar mis dudas…
Pregunta por ti la sangre que hierve de ira, las respuestas tontas, las sombras siniestras…
Veredas y calles extrañan tus pasos y mis recorridos levantan la mirada para encontrarte. Voces dicen que te has ido, amigo mío, voces reclaman tu presencia… Y a las voces se unen las almas, y a las almas nosotros que aun te extrañamos como si fuera ayer que tu buen humor nos alcanzó y tus pasos nos dieron lecciones de vida…
Recuerdos sienten vacíos y confundidos extienden sus manos para saludarte mientras te disipas entre la nada.
Los bancos de estas plazas aun guardan lugar para ti, la brisa de la mañana guarda el eco de tus palabras… Hay escenarios que esconden huellas tuyas y a veces me siento a observarlas y sonrío, es que tenías razón amigo, podemos ser eternos, pero no me culpes si a veces lloro tu eternidad. Es la costumbre, ya lo sabías, vicios de la vida, es que a veces no sabemos, no queremos saber qué es la vida.
Yo de pendejo de vez en cuando me pierdo, a veces olvido, a veces lloro, tú de pendejo siempre ganando, llegando primero.
Veredas y calles aun escuchan tu nombre… Yo les digo que aun estás aquí, cuando el sol se oculta entre las nubes y aun es de día, cuando las nubes se oscurecen y no es de noche, sigue tu asombro vivo entre nosotros cuando la lluvia cae y te recordamos, sonriendo, bailando bajo la lluvia, desafiando la vida, dándole vida a las calles…
Me ven solitario los barrios, una vez más; me ven silencioso los intentos… Preguntan por ti las dudas y el coraje que desafía todo lo que algunos dan por cierto…. Y yo me siento con los recuerdos a discutir, intentando encontrar respuestas, dejando escapar mis dudas…
Pregunta por ti la sangre que hierve de ira, las respuestas tontas, las sombras siniestras…
Veredas y calles extrañan tus pasos y mis recorridos levantan la mirada para encontrarte. Voces dicen que te has ido, amigo mío, voces reclaman tu presencia… Y a las voces se unen las almas, y a las almas nosotros que aun te extrañamos como si fuera ayer que tu buen humor nos alcanzó y tus pasos nos dieron lecciones de vida…
Recuerdos sienten vacíos y confundidos extienden sus manos para saludarte mientras te disipas entre la nada.
Los bancos de estas plazas aun guardan lugar para ti, la brisa de la mañana guarda el eco de tus palabras… Hay escenarios que esconden huellas tuyas y a veces me siento a observarlas y sonrío, es que tenías razón amigo, podemos ser eternos, pero no me culpes si a veces lloro tu eternidad. Es la costumbre, ya lo sabías, vicios de la vida, es que a veces no sabemos, no queremos saber qué es la vida.
Yo de pendejo de vez en cuando me pierdo, a veces olvido, a veces lloro, tú de pendejo siempre ganando, llegando primero.
Veredas y calles aun escuchan tu nombre… Yo les digo que aun estás aquí, cuando el sol se oculta entre las nubes y aun es de día, cuando las nubes se oscurecen y no es de noche, sigue tu asombro vivo entre nosotros cuando la lluvia cae y te recordamos, sonriendo, bailando bajo la lluvia, desafiando la vida, dándole vida a las calles…
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