viernes, 25 de marzo de 2011

PENUMBRAS QUE SE EXTIENDEN...

La ciudad despierta intranquila, ruidosa, agitada... La brisa pasea inquieta, buscando refugio, descanso... El sol abre sus ojos con ira, y mirando a su alrededor extraña aquellos días. Y yo, como la ciudad y la brisa, como el sol, esperando el momento de nuestro encuentro…

Y yo te extraño a ti, que no estás aquí y solo me pregunto por qué, aunque sé que no hay respuesta que pueda ahogar la agonía de tu estar ausente, porque estás solo que sin estar, porque estoy solo por estar, para no perderme de la ciudad donde debimos encontrarnos para siempre, para no perder el momento que no debió morir, que debe perdurar, que debe volver para no irse nunca más…

Y tú, ¿acaso no preguntas por mí? ¿No hablan los recuerdos? ¿O no recuerdas que hay recuerdos? ¿O es que has dejado de existir y quedo solo?

No sé qué pensar ya en estos laberintos… Duda e incertidumbres me observan y se sientan a apostar mi suerte, no sé si entregarme al olvido y vivir sin sentido, dejarme llevar por las corrientes y no ser más alguien que busca… No sé, tal vez mi suerte ya no es suerte, y es solo un camino hacia la penumbra de las soledades que sin ser eternas se extienden a través de los tiempos…

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