Es diferente mi sinceridad, hoy que no estas. Es diferente porque no estas, no es que soy menos sincero o más sincero, soy y es suficiente, soy y la vida sin ti es insuficiente.
Si tú estuvieras aquí la vida tendría colores, colores que pueden mezclarse y con ellos dibujar paisajes grandes, de altas montañas para escalar, de mares profundos para nadar y llegar a nuevas islas, de arenas vírgenes, de árboles que hablan y te cuentan historias antiguas. Con tus colores yo dibujaría paisajes con tres soles, uno radiante que puede contemplarse al amanecer con los ojos cerrados y saber que los días serán buenos; uno de potente esplendor, que se siente al mediodía y te recuerda que estás vivo y otro que puede tocarse al atardecer, mientras se oculta recordando que un nuevo día vendrá.
Si estuvieras aquí diría que la vida tiene tres tiempos, delimitados, definidos, inconfundibles. Diría que tiene un pasado, que se recuerda sonriendo, que no pesa ni espanta, que apunta sin disparar, que se ubica en un lugar sin moverse y se conforma a su lugar; que tiene un presente constante, grato, feliz, que baila al ritmo de una alegría inmortal; que tiene un futuro fácil de calcular, bastaría recordar el pasado y multiplicarlo con el presente.
Pero no estás, y sigo siendo sincero, las montañas han desaparecido y me escondo en una isla fantasma, sin colores, de arenas calientes que queman mis pasos, sin soles, oscura. No hay presentes ni futuros, y en lugar del pasado, lamentos y quejas. Solo algo conservo de aquellos días, cuando fuiste mucho más que ausencia, cuando fuiste deseo cumplido. Solo algo y es la esperanza, que es diferente también, pero es esperanza sincera e inédita, esperanza de que un día vendrás con el color de tus ojos, con la magia de tu mirada que sujeta los tiempos, con el esplendor de tu sonrisa y escucharé de tus labios las palabras con las que construiré una isla para los dos.
Si tú estuvieras aquí la vida tendría colores, colores que pueden mezclarse y con ellos dibujar paisajes grandes, de altas montañas para escalar, de mares profundos para nadar y llegar a nuevas islas, de arenas vírgenes, de árboles que hablan y te cuentan historias antiguas. Con tus colores yo dibujaría paisajes con tres soles, uno radiante que puede contemplarse al amanecer con los ojos cerrados y saber que los días serán buenos; uno de potente esplendor, que se siente al mediodía y te recuerda que estás vivo y otro que puede tocarse al atardecer, mientras se oculta recordando que un nuevo día vendrá.
Si estuvieras aquí diría que la vida tiene tres tiempos, delimitados, definidos, inconfundibles. Diría que tiene un pasado, que se recuerda sonriendo, que no pesa ni espanta, que apunta sin disparar, que se ubica en un lugar sin moverse y se conforma a su lugar; que tiene un presente constante, grato, feliz, que baila al ritmo de una alegría inmortal; que tiene un futuro fácil de calcular, bastaría recordar el pasado y multiplicarlo con el presente.
Pero no estás, y sigo siendo sincero, las montañas han desaparecido y me escondo en una isla fantasma, sin colores, de arenas calientes que queman mis pasos, sin soles, oscura. No hay presentes ni futuros, y en lugar del pasado, lamentos y quejas. Solo algo conservo de aquellos días, cuando fuiste mucho más que ausencia, cuando fuiste deseo cumplido. Solo algo y es la esperanza, que es diferente también, pero es esperanza sincera e inédita, esperanza de que un día vendrás con el color de tus ojos, con la magia de tu mirada que sujeta los tiempos, con el esplendor de tu sonrisa y escucharé de tus labios las palabras con las que construiré una isla para los dos.
4 comentarios:
La sinceridad no debe de faltar nunca en una relación..
Un beso muy cálido
Muy bueno, sinceramente
Paz
Gus
Hola Calida Sirena, que bueno saber que de nuevo andas por aquí, lo digo con sinceridad.
Gracias Gustavo, saludos.
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