Al final de cada vida veo el horizonte abrazar mis mundos, entonces observo las nubes preguntándome dónde andarás y cómo sin mí. A veces, creo encontrar tu mirada y sentir esa magia que nace más allá de tus ojos, donde llaman alma, y tu magia me inspira, me pierde, me lleva fuera de mis realidades, donde tu me abrazas como un día creímos, donde sonríes con ese encanto que rompe las cadenas de la melancolía.
Tu sonrisa fue esa nube en la que me colgué las tardes soleadas y permanecí hasta los fríos anocheceres que m abrigaban. Hoy las tardes son frías y las noches soleadas, y busco la magia con la que mi mundo tenía sentido, que me hacía fuerte y ágil, que le daban a mis manos el aliento para vivir.
Ya sabes dónde estoy yo, entre mil caminos espinados, tropezando con mil piedras, nadando entre mares muertos, golpeando la nada. Y no es necesario que te diga cómo estoy yo sin ti. Sin ti es suficiente para explicarlo, sin ti es vacío, es desorden, sin sentido, incompleto que sin ti es sr nada. Sin ti es mirar las nubes y sentir la esperanza de que un día m colgaré de nuevo en tu sonrisa y te lo juro: jamás me soltaré.
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