A continuación presento un resumen de un cuento que dedico a mi héroe, mi único numero dos y mi niña…Y a todos aquellos que tienen la virtud de ser adultos con corazón de niños…
En tiempos antiguos existió un pueblo llamado NIRBEHT. Sus fundadores lo construyeron a fuerza de esperanzas y sueños, convencidos de que el único propósito de vida que tenían era forjar las bases para el destino de sus descendientes…
Cada mañana se levantaban y después de agradecer a Dios por el día que comenzaba susurraban al viento sus más profundos deseos para sus descendientes, el viento los recogía como profecías y danzaba por toda la tierra al ritmo de aquellos deseos. Luego de este ritual cada habitante se ocupaba de sus tareas, las cuales realizaban con esfuerzo y la mentalidad de que cada obra de sus manos sería trascendental…
Por las noches una tímida lluvia rociaba la tierra anunciando paz para el siguiente día, el cual iniciaba con la presencia de un astro siempre frente al pueblo, que proyectaba su luz ubicando las sombras a espalda de ellos…
Pero un día, nadie recuerda el día exacto… Una bruja se apoderó del pueblo, ocultándolo entre densas tinieblas, no era el manto de la noche, pues la luna no volvió a verse. Eran tinieblas de confusión… Los habitantes olvidaron a sus ancestros y las historias y profecías que habían sobrevivido en las danzas del viento, que no volvió. Olvidaron también el amor convirtiéndose en esclavos del odio y el egoísmo…
Así transcurrieron los años y un día nació un niño a quien sus padres llamaron Moghara. Este niño pertenecía al linaje de Ramshug, pero los habitantes habían olvidado sus linajes…Sin embargo la bruja escondía el libro de los linajes y el de las profecías que el viento había contado a cada generación. Solo la bruja conocía el destino del niño y por temor a su destino lo convirtió en un dragón… Los habitantes del niño tomaron al dragón y lo echaron al mar pensando que el mar acabaría con la criatura, pero el mar lo arrulló con sus olas y lo llevó al otro lado, a un bosque en donde vivió por muchos años…
El dragón olvidó que fue un niño, olvidó también que había vivido en Nirbeht… A cierta edad decidió no volver a la orilla del mar, pues junto a ella se sentía extraño. Le parecía que el mar intentaba hablarle, le hablaba en un lenguaje que no podía entender… Lo mismo le sucedía con la brisa de la mañana y la lluvia por las noches… En ocasiones su corazón ardía y sentía que le hablaba en el mismo lenguaje del mar, del viento y la lluvia, cuando esto sucedía el dragón respiraba profundo y con toda su fuerza expulsaba las palabras del corazón por su boca, las que salían en forma de fuego, de esa forma lograba callarlo y evitaba sentir el molesto calor que las palabras del corazón generaban en su interior.
Lo más cercano a un hogar era su cueva, allí permanecía de noche para no ser tocado por la lluvia y salía al mediodía después que el viento danzaba por el bosque.
Mientras Moghara permanecía en su cueva por las noches, una linda princesa se paraba frente al mar para escuchar su canto y sentir la lluvia… Su nombre era Newhra… Ella vivió en Nirbeht hasta la adolescencia. La bruja decidió desterrarla al bosque porque ella tenía la capacidad de entender el lenguaje de la naturaleza… En el bosque Newhra pasaba todas las mañanas frente a la cueva del dragón, sin sospechar que estaba habitada.
Una mañana Newhra observó una luz dentro de la cueva. La luz era producida por las llamas que el dragón botaba de por su boca intentando callar nuevamente su corazón. Y por primera vez ella decidió entrar a la cueva. El dragón sintió su presencia en la cueva y en segundos ella estaba frente a Moghara.
En tiempos antiguos existió un pueblo llamado NIRBEHT. Sus fundadores lo construyeron a fuerza de esperanzas y sueños, convencidos de que el único propósito de vida que tenían era forjar las bases para el destino de sus descendientes…
Cada mañana se levantaban y después de agradecer a Dios por el día que comenzaba susurraban al viento sus más profundos deseos para sus descendientes, el viento los recogía como profecías y danzaba por toda la tierra al ritmo de aquellos deseos. Luego de este ritual cada habitante se ocupaba de sus tareas, las cuales realizaban con esfuerzo y la mentalidad de que cada obra de sus manos sería trascendental…
Por las noches una tímida lluvia rociaba la tierra anunciando paz para el siguiente día, el cual iniciaba con la presencia de un astro siempre frente al pueblo, que proyectaba su luz ubicando las sombras a espalda de ellos…
Pero un día, nadie recuerda el día exacto… Una bruja se apoderó del pueblo, ocultándolo entre densas tinieblas, no era el manto de la noche, pues la luna no volvió a verse. Eran tinieblas de confusión… Los habitantes olvidaron a sus ancestros y las historias y profecías que habían sobrevivido en las danzas del viento, que no volvió. Olvidaron también el amor convirtiéndose en esclavos del odio y el egoísmo…
Así transcurrieron los años y un día nació un niño a quien sus padres llamaron Moghara. Este niño pertenecía al linaje de Ramshug, pero los habitantes habían olvidado sus linajes…Sin embargo la bruja escondía el libro de los linajes y el de las profecías que el viento había contado a cada generación. Solo la bruja conocía el destino del niño y por temor a su destino lo convirtió en un dragón… Los habitantes del niño tomaron al dragón y lo echaron al mar pensando que el mar acabaría con la criatura, pero el mar lo arrulló con sus olas y lo llevó al otro lado, a un bosque en donde vivió por muchos años…
El dragón olvidó que fue un niño, olvidó también que había vivido en Nirbeht… A cierta edad decidió no volver a la orilla del mar, pues junto a ella se sentía extraño. Le parecía que el mar intentaba hablarle, le hablaba en un lenguaje que no podía entender… Lo mismo le sucedía con la brisa de la mañana y la lluvia por las noches… En ocasiones su corazón ardía y sentía que le hablaba en el mismo lenguaje del mar, del viento y la lluvia, cuando esto sucedía el dragón respiraba profundo y con toda su fuerza expulsaba las palabras del corazón por su boca, las que salían en forma de fuego, de esa forma lograba callarlo y evitaba sentir el molesto calor que las palabras del corazón generaban en su interior.
Lo más cercano a un hogar era su cueva, allí permanecía de noche para no ser tocado por la lluvia y salía al mediodía después que el viento danzaba por el bosque.
Mientras Moghara permanecía en su cueva por las noches, una linda princesa se paraba frente al mar para escuchar su canto y sentir la lluvia… Su nombre era Newhra… Ella vivió en Nirbeht hasta la adolescencia. La bruja decidió desterrarla al bosque porque ella tenía la capacidad de entender el lenguaje de la naturaleza… En el bosque Newhra pasaba todas las mañanas frente a la cueva del dragón, sin sospechar que estaba habitada.
Una mañana Newhra observó una luz dentro de la cueva. La luz era producida por las llamas que el dragón botaba de por su boca intentando callar nuevamente su corazón. Y por primera vez ella decidió entrar a la cueva. El dragón sintió su presencia en la cueva y en segundos ella estaba frente a Moghara.
Él la observó un poco asustado, ella era una criatura extraña, creyó que jamás había visto nada igual, pues no recordaba que una vez fue un niño, los ojos de la criatura frente a él lograron llamar su atención y los observó fijamente, eran como un retrato del bosque… Ella también estaba sorprendida frente a él, y Moghara pudo notarlo, pensó que era por su horrenda apariencia… Sin embargo, ella estaba sorprendida por no poder creer lo que estaba viendo
-Eres real…- Dijo ella, y el dragón no pudo entender el lenguaje de la princesa, era el mismo que hablaba el mar, el viento y la lluvia, el mismo de su corazón.
-Todas las noches- continuó diciendo-el mar me habla de ti… Me cuenta que un día te tuvo entre sus olas y te trajo a este bosque, la brisa de la mañana me ha contado que un hace siglos Ramshug uno de los fundadores de Nirbeht le habló de ti, de tu nacimiento y propósito… Tu no eres un dragón… Eres un príncipe…
Estas últimas palabras despertaron el corazón del dragón, quien comenzó a sentir una llama dentro de él. Pero no quería expulsar fuego por su boca, no delante de aquella hermosa princesa.
Ella llevó su mano derecha al pecho del dragón y le dijo:
-No sigas callando tu corazón, escúchalo, tu conoces su lenguaje… Tú tienes un destino… No naciste para vivir en una cueva… Del otro lado del mar hay un pueblo que espera por ti… Por nosotros… Tienes un nombre…
La princesa mantuvo su mano derecha en el pecho del dragón y con su mano izquierda acarició el rostro de él y él sentía que su corazón estallaría en fuego en cualquier momento… Y ella con dulzura susurró su nombre al oído:
-Tú eres Moghara…
El dragón cerró sus ojos para soportar el calor que ahora era más intenso… Al abrir sus ojos ya no tenía el aspecto de un dragón, era un príncipe, un ser humano… Al instante recuperó su memoria… Recordó su corta niñez en Nirbeht, recordó cada rincón del pueblo…
Moghara y Newhra se tomaron de la mano y salieron de la cueva… Una brisa los recibió y escucharon juntos las profecías que los unían desde tiempos antiguos… Caminaron a la orilla del mar y al llegar el mar rindió sus olas a los pies de los príncipes y cantó la misma canción con la que arrolló años atrás a Moghara, él la escuchó con sus ojos cerrados:
-Eres real…- Dijo ella, y el dragón no pudo entender el lenguaje de la princesa, era el mismo que hablaba el mar, el viento y la lluvia, el mismo de su corazón.
-Todas las noches- continuó diciendo-el mar me habla de ti… Me cuenta que un día te tuvo entre sus olas y te trajo a este bosque, la brisa de la mañana me ha contado que un hace siglos Ramshug uno de los fundadores de Nirbeht le habló de ti, de tu nacimiento y propósito… Tu no eres un dragón… Eres un príncipe…
Estas últimas palabras despertaron el corazón del dragón, quien comenzó a sentir una llama dentro de él. Pero no quería expulsar fuego por su boca, no delante de aquella hermosa princesa.
Ella llevó su mano derecha al pecho del dragón y le dijo:
-No sigas callando tu corazón, escúchalo, tu conoces su lenguaje… Tú tienes un destino… No naciste para vivir en una cueva… Del otro lado del mar hay un pueblo que espera por ti… Por nosotros… Tienes un nombre…
La princesa mantuvo su mano derecha en el pecho del dragón y con su mano izquierda acarició el rostro de él y él sentía que su corazón estallaría en fuego en cualquier momento… Y ella con dulzura susurró su nombre al oído:
-Tú eres Moghara…
El dragón cerró sus ojos para soportar el calor que ahora era más intenso… Al abrir sus ojos ya no tenía el aspecto de un dragón, era un príncipe, un ser humano… Al instante recuperó su memoria… Recordó su corta niñez en Nirbeht, recordó cada rincón del pueblo…
Moghara y Newhra se tomaron de la mano y salieron de la cueva… Una brisa los recibió y escucharon juntos las profecías que los unían desde tiempos antiguos… Caminaron a la orilla del mar y al llegar el mar rindió sus olas a los pies de los príncipes y cantó la misma canción con la que arrolló años atrás a Moghara, él la escuchó con sus ojos cerrados:
“Eres un príncipe, aunque hoy parezcas un dragón… Nadie podrá separarte de tu destino, un día abriré para ti el camino, y volverás a Nirbeht… volverás porque eres un príncipe aunque hoy parezcas un dragón… Volverás de mano de Newhra… No llores Nirbeht… Aun hay esperanza… El niño volverá… Porque él es un principe…”
Al abrir sus ojos el mar se había separado abriendo un sendero entre sus aguas, por el cual Moghara y Newhra caminaron sonriendo… El sol iba frente a ellos proyectando las sombras a sus espaldas… Al pisar la orilla de Nirbeht el sol permanecía frente a ellos y el pueblo se iluminó… Una brisa sopló y paseó por las calles del pueblo abriendo las ventanas de cada aldea y entrando en cada una de ellas, así todos los habitantes iban escuchando las profecías de sus antecesores para ellos… Las cadenas del odio y el egoísmo cayeron. Al instante la bruja apareció frente a los príncipes y una luz salió de sus manos unidas… Era la fuerza del amor… Aquella luz la arropó y la bruja desapareció frente a ellos.
El pueblo se reunió frente a los príncipes y cada uno pudo entender que una nueva era comenzaba para el pueblo… Juntos cerraron sus ojos y susurraron palabras al viento que ya iniciaba su danza. Ese día después de muchos años la noche calló sobre Nirbeht… No eran tinieblas, era el manto de la noche que los cubría… Esa noche todas las miradas se encontraron en la luna, las miradas de los habitantes del pueblo, las miradas de sus príncipes, y la de sus antepasados… Mientras una tímida lluvia anunciaba paz para el siguiente día…
17 comentarios:
sencillamente me enmudecen tus palabras y me llena de alegria pensar en lo que se volvió ese dragon cuando creyó que realmente era un principe...¿pasa eso en la vida real mi poeta??
Claro que pasa... Es una historia que se repite a diario, en muchos lugares, con muchos dragones...
Seguro que muchos disfrutaremos más historias de tu pluma (más bien, teclado, je, je).
Uf, eso de que "eres príncipe, aunque hoy parezcas un dragón", tan cierto, tan real, tan común.
Hola Keila, pues seguro que sí, por allí viene una de un pirata...Saludos.
Me ha gustado, has dado en el clavo, soy mujer con alma de niña, pero no le digas a nadieeeeeeeeeeeeeeee.
Claudia.
hola claudia, pues tranquila, ya lo sabìa, tengo una lista de hombres y mujeres con alma de niños con quienes sè que puedo jugar sin temor a ser prejuiciado... Y tu ya estabas en esa lista...Espero que el segundo cuento te guste tambièn... Pronto lo publico...Saludos
Estupendo!!!
Que bueno que te guste...
Hola Principe Gusmar, tus letras como siempre delatan tu corazon lleno de cosas lindas e historias hermosas.
Ya ando de vuelta =)
jajajaja!!!
Hola!!!
Que bueno tenerte de vuelta...
Pasando tarde pero pasando. Lindo tu post hermano. Cada día te superas ¡felicidades!.Hermoso post.
Un fuerte abrazo.
Gracias Isa, abrazo recibido, y compartido con los mìos... Saludos.
Ando con retraso, pero acá estoy, tratando de ponerme al día :)
Realmente bello Gusmar!
Ey Guille, pues sì ya se te extrañaba por acà, tranquilo yo tambièn he estado ocupado, espero que al menos te estè dando tiempo para las siestas de niño... Por allì viene un cuento ideal para estas siestas... Saludos
Gusmar,
Recién ahora comento, pero ya había leído la historia hace unos días. Me encantó! Tienes muchísimo talento. Aprovecho para decirte que el post dedicado a Keila (no la conozco, pero bueno) casi me hace llorar. Tienes una sensibilidad increíble y necesaria tantas veces para sobrevivir en esta selva de concreto...
Un abrazo
Hola Celeste!!!
"Selva de concreto", seguimos robando botin!!!
Saludos buena amiga y cuidate mucho...
Publicar un comentario