Mis pies cansados llegaron a ti, mi punto de partida y mi regreso. Mi memoria desgastada despertó y te reconocí al instante y en ti me desconocí.
¿Quién soy? Pregunté al verme desnudo.
El viaje ha sido largo y en tu presencia sospecho que aun me falta mucho.
Una vez más fuiste mi punto de partida, y algún día volveré a ti. Pero no será como este día. Será una mañana de noviembre, para mí será noviembre.
He guardado tu voz en mi equipaje, esta vez he retratado el destino que vi en tus ojos. No quiero olvidar tan hermoso destino.
Atrapé en mis manos lo que me permitiste tocar y el sudor que provocan los días calurosos en el desierto no podrá borrar lo que he tocado.
Ese día en tu presencia un ave me enseñó una canción que mi corazón no olvida, y yo canto junto a mi corazón las noches de frío, mientras mi mirada reposa en la luna, esa luna que dibujaste para mí, esa luna que refleja la luz de tu mirada. Un ángel me dijo un día que miran la luna los enamorados, sonrío mientras la miro porque descubro que me has enamorado porque eres mi destino.
Inventé mil caminos para volver a ti, y en ti descubrí que solo necesito quedar sin caminos.
¿Se puede ser peregrino sin caminos?
“Se puede”, me dijo el viento que no deja rastro, ni conoce veredas. “Se puede” hoy me recuerda… “Solo es peregrino quien no tiene caminos… Aquel que partió de un lugar que es su destino…” Y descubro que un día el viento partió de tu presencia y la busca incansablemente por cada rincón de la tierra. He decidido callar los días de viento recio, he aprendido a escuchar en él las voces de los peregrinos que anduvieron por aquí. Y cuando el viento pasea tranquilo a mi lado le cuento mis andanzas… Tal vez un día alguien las escuche.
En tu presencia respiré tu aroma, y sigue siendo real… Aun respiro tu aroma cuando el cielo anuncia la lluvia, tú perfumas la tierra, y luego te siento mientras la lluvia cae, mi sed por ti aumenta en esos días.
En tu presencia mi corazón ardía, hoy entiendo que ardía porque hablaba contigo, y siento que mi corazón se quema las madrugadas silenciosas… Ese silencio despierta mi corazón porque es tu ausencia que le habla… Por eso los valles no me detienen, en ellos se esconde el eco de tus silencios… Tus silencios más antiguos… Y no siento temor en ellos.
Al mediodía el sol no me fatiga, no puede quemarme, mi alma te recuerda sonriendo al mediodía… Recuerda el calor de tu presencia, con el que me arropaste depositando en mi alma el dulce sabor del hogar… Tú eres mi hogar… Por eso, donde esté, seré un extranjero. Un mediodía una semilla me contó que no importa la tierra en la que sea sembrada, ella saldrá buscando el calor del sol y apuntará hacia su hogar. Cuando camino por los bosques solitarios veo los árboles… Ellos me recuerdan dónde está mi hogar y entiendo por qué bailan cuando el viento pasa entre ellos… El viento les canta tu canción… La misma que me enseñó aquella ave... “Aun hay esperanza...” canto mientras camino…
Y entiendo que la esperanza es el ángel de todo peregrino… Un día mi ángel abrirá una puerta y cruzaré por ella para encontrarte de nuevo… Esta vez para siempre… Mientras llega el momento seguiré caminando… Seguiré cantando… Escuchando el viento… Mirando la luna… Sintiendo el calor del mediodía… Observando los árboles… Y un día en ti no seré más peregrino… Tendré un nombre… Serás mi regreso y no habrá más partidas…
Anhelo ese día, cuando mi identidad escondida en ti será grabada en mí… Mientras tanto sigo siendo peregrino…
¿Quién soy? Pregunté al verme desnudo.
El viaje ha sido largo y en tu presencia sospecho que aun me falta mucho.
Una vez más fuiste mi punto de partida, y algún día volveré a ti. Pero no será como este día. Será una mañana de noviembre, para mí será noviembre.
He guardado tu voz en mi equipaje, esta vez he retratado el destino que vi en tus ojos. No quiero olvidar tan hermoso destino.
Atrapé en mis manos lo que me permitiste tocar y el sudor que provocan los días calurosos en el desierto no podrá borrar lo que he tocado.
Ese día en tu presencia un ave me enseñó una canción que mi corazón no olvida, y yo canto junto a mi corazón las noches de frío, mientras mi mirada reposa en la luna, esa luna que dibujaste para mí, esa luna que refleja la luz de tu mirada. Un ángel me dijo un día que miran la luna los enamorados, sonrío mientras la miro porque descubro que me has enamorado porque eres mi destino.
Inventé mil caminos para volver a ti, y en ti descubrí que solo necesito quedar sin caminos.
¿Se puede ser peregrino sin caminos?
“Se puede”, me dijo el viento que no deja rastro, ni conoce veredas. “Se puede” hoy me recuerda… “Solo es peregrino quien no tiene caminos… Aquel que partió de un lugar que es su destino…” Y descubro que un día el viento partió de tu presencia y la busca incansablemente por cada rincón de la tierra. He decidido callar los días de viento recio, he aprendido a escuchar en él las voces de los peregrinos que anduvieron por aquí. Y cuando el viento pasea tranquilo a mi lado le cuento mis andanzas… Tal vez un día alguien las escuche.
En tu presencia respiré tu aroma, y sigue siendo real… Aun respiro tu aroma cuando el cielo anuncia la lluvia, tú perfumas la tierra, y luego te siento mientras la lluvia cae, mi sed por ti aumenta en esos días.
En tu presencia mi corazón ardía, hoy entiendo que ardía porque hablaba contigo, y siento que mi corazón se quema las madrugadas silenciosas… Ese silencio despierta mi corazón porque es tu ausencia que le habla… Por eso los valles no me detienen, en ellos se esconde el eco de tus silencios… Tus silencios más antiguos… Y no siento temor en ellos.
Al mediodía el sol no me fatiga, no puede quemarme, mi alma te recuerda sonriendo al mediodía… Recuerda el calor de tu presencia, con el que me arropaste depositando en mi alma el dulce sabor del hogar… Tú eres mi hogar… Por eso, donde esté, seré un extranjero. Un mediodía una semilla me contó que no importa la tierra en la que sea sembrada, ella saldrá buscando el calor del sol y apuntará hacia su hogar. Cuando camino por los bosques solitarios veo los árboles… Ellos me recuerdan dónde está mi hogar y entiendo por qué bailan cuando el viento pasa entre ellos… El viento les canta tu canción… La misma que me enseñó aquella ave... “Aun hay esperanza...” canto mientras camino…
Y entiendo que la esperanza es el ángel de todo peregrino… Un día mi ángel abrirá una puerta y cruzaré por ella para encontrarte de nuevo… Esta vez para siempre… Mientras llega el momento seguiré caminando… Seguiré cantando… Escuchando el viento… Mirando la luna… Sintiendo el calor del mediodía… Observando los árboles… Y un día en ti no seré más peregrino… Tendré un nombre… Serás mi regreso y no habrá más partidas…
Anhelo ese día, cuando mi identidad escondida en ti será grabada en mí… Mientras tanto sigo siendo peregrino…
8 comentarios:
Me gusta la figura de "peregrino". Hermosa frase: "cuando mi identidad escondida en ti, será grabada en mí".
"Un día mi ángel abrirá una puerta y cruzaré por ella para encontrarte de nuevo…". Esta parte me ha gustado, la asocio inmediatamente a mi mamita, tal vez no es ese el sentido, bueno es que pienso en ella todos los días. No lo puedo evitar. Me siguen gustando tus escritos Gusmar
Saludos
Claudia
Hola Keila, entiendo que te gusta, es nuestra naturaleza... Por lo menos por ahora.
Hola Claudia, lo bueno de ser buen lector es que puedes tomar lo que quieras de tus lecturas y adaptarla a tus experiencia o leyenda... Y pues si tu ángel podría ser ella, lo importante es que un día la puerta de esperanza será abierta para mostrarno que valió la pena caminar... Saludos y que suerte la mía que te gusten mis escritos...
Hermosas letras, totalmente identificado mi corazon.
"Solo es peregrino quien no tiene caminos… Aquel que partió de un lugar que es su destino…"
Tanta razon tienes Gusmar, ahora mismo mi alma se siente asi, sin caminos, y es por eso, por la esencia peregrina que la habita.
Saludos amigo.
Te entiendo Beatriz, un día dejaremos de serlo... A veces da miedo... dejar de serlo... pero ya veremos...
Hola Gusmar, coincido con Betty en que esa frase describe al peregrino de forma maravillosa:
"Aquel que partió de un lugar que es su destino…"
Ay, que no se me olvide eso, de peregrino a peregrino te lo digo, porque muchos olvidaron su destino porque antes olvidaron de dónde venían, y se enredaron en el desierto, entre zarza, que los hirieron, y se murieron de sed... Pero yo quiero regresar al sitio donde el nombre se grabará en mí, un nombre que ni yo sé, donde dejaré de ser David "el Peregrino", y tendré esa blanca piedrecilla misteriosa, que desvelará un secreto bien guardado...
El camino del peregrino es incierto, pero es mucho más grato cuando encuentra viajeros que le acompañan con la bandera de la esperanza bien extendida. Gracias por estar ahí.
Brother, Saludos, pues de peregrino a peregrino, es un honor compartir caminos... Y así será un día mencionaremos nuestros nobres, los verdaderos... los que aun están escondidos...
Publicar un comentario