martes, 15 de septiembre de 2009

TE EXTRAÑO...

Tú, que vienes de allá, de donde la lluvia llora, antes de caer a tierra, con deseos de besar los mares, lamentando el retraso, impotente ante la soberanía de las nueves que la sujeta.

Que has visto al sol impaciente por mostrar su ego al sur mientras aquí reina la noche, que conoces sus ganas por bañar el espacio con su luz de mediodía, que conoces sus deseos de acelerar sus pasos y que sabes del sentimiento que lo resigna antes del intento, pues sabe que no depende de él. Tú has conocido el calor que genera en el intento de negarse a su destino solitario, que apagaría sus fuerzas por admitir la compañía de ella, que se esconde y juega.

Tú, que has escuchado a la luna por aquel que errante ha borrado las huellas de sus pasos, que sabes donde ella se cuelga y conoces el secreto que la atormenta; tú que sabes el por qué ella atrae la nostalgia de los mortales sedientos, que has escuchado de ella las historias de los enamorados.

Tú, que has visto dónde nacen las estrellas y se encienden deseosas por ser vistas, queriendo ser nombradas, dispuestas a guiar a los navegantes sin senderos. Tú, que son tu sonrisa has tocado mi alma, despertándola de un sueño de doscientos años, y que con tu mirada has encendido mi espíritu.

Sí, tú, que vienes de allá donde está mi reposo. Tú ya debes saber cuánto te extraño.

1 comentario:

Ruth Carlino dijo...

Te has salido con este texto, simplemente maravilloso.

A veces tengo la impresión que nos pasamos la vida extrañando, cosas, seres queridos, divinidades, en fin no sé, paranoias mías.

Besos.