jueves, 10 de septiembre de 2009

COMO UN NIÑO...

Como un niño, así me siento cuando me entrego sin miedo a la suerte de creerte, a la dicha de buscarte, a la esperanza de esperarte. Como un niño, iluso, esperando a que aparezcas por aquí con tus ojos lindos y tu sonrisa de cristal y me sorprendas con una caricia que borre mi llanto, que me devuelva la alegría; esperando que vengas y me enseñes de la vida, de la vida buena y alegre.

Como un niño que cuenta hasta diez para buscarte detrás de los árboles y abrazarte al encontrarte. Han sido tantos días de agonía, días que laten lentos, que caminan ciegos, y tu que no apareces y yo que no te encuentro.

Mil veces he contado hasta diez, mil veces se ha escuchado mi llanto, mil veces has estado ausente. Se me escapó agosto de entre las manos, como un día se me escapó la vida, como se rindieron mis reclamos, como se perdió mi mirada mil veces mientras el sol se ocultó. Y yo que no dejo de pensar en ti, sin tener más nada de ti que este deseo obsesivo de mirarte, de tocarte, de dibujar tu imagen, de contemplar tu sonrisa; nada más que este dolor que habla de ti,

Como un niño, confundido entre la realidad y fantasía, te he inventado mil veces: tu aroma como la lluvia, tu piel como la luna, tu voz como la brisa. He soñado contigo sin recordar tu imagen, sin recordar mis sueños, pero el dolor de cada amanecer me dice que estuviste en mis sueños. Y sin aparecer amenazas mi mundo, burlas mi independencia, ahuyentas mi soledad, callas mi silencio. Y sin encontrarte ofrendo todo, me rindo todo, lo dejo todo.

Como un niño, que siendo pequeño todo le sobra, que siendo frágil todo lo puede, que inocente todo lo sabe, que sin palabras todo lo dice, que sin experiencia todo lo intenta, así sería yo si te entregaras a la suerte de creerme… Y tu que no apareces, y yo que no te encuentro…

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