Eran las dos de la mañana, su hora favorita para asustarme. Nueve meses visitandome, su sombra visible en la oscuridad. Su silencio turbando mi corazón. Su mirada fija en mi alma, infundiendo temor. Su voz susurrando el pasado a mi oido. Su aliento entorpenciendo mis pensamientos. Su influencia vicio mi espiritu. Su presencia todos estos meses paralizó mi voluntad.
Mi temor lo alimentó. Trastornó mi visiòn. Me dejó sin recursos. Su toque nubló mis sentidos.
"No merezco oportunidades", "no hay esperanzas", "soy tan miserable", "no vale la pena un intento", "soy un fracasado"... Eran algunos de los argumentos que incertó en mi sistema de creencias. Argumentos que afectaron negativamente mi juego interno, emborracharon mis actitudes.
Debilidad de carácter, insomio, incertidumbre acerca de mi porvenir, eran los frutos de su opresión. Y anoche, una vez más, apareció reclamando tributo. Así es, me hizo tributario.
Clave mi mirada al suelo, tenía temor de ver su rostro. La verdad, nunca lo ví a la cara. Escuché sus mentiras, su burla me estremeció.
La sangre hervía dentro de mí. Mi alma envenenada se rebeló.
-Estoy cansado de esto-. Pensé. Y él retrocedió dos pasos. Escuché claramente sus pasos. Quité las manos de mi rostro, cadenas calleron.
Saborié por primera vez en nueve meses, y por tan solo dos segundos la libertad. Su aroma lleno mis pulmones y se coló en mi alma, pronto mi corazón recuperó sus latidos, o tal vez yo había dejado de sentirlos. Entonces una voz rompió el silencio que me ensordecía.
-Puedes hacerlo, yo estoy contigo-. Aquella dulce y poderosa voz, yo había olvidado su calor, su timbre me fue familiar y supe que era Él. Tomó mi mano derecha, o tal vez nunca la había soltado, tal vez yo había dejado de sentirla.
-¡Basta ya!-. Gritó mi alma y pronto mi corazón, mi mente y mi espíritu se unió a la protesta.
-¡Basta ya!-.Ahora eran mis labios.
Lo ví minimizarse, y entonces fue cuando estuve conciente de que hacía rato el suelo había soltado mi mirada. Busqué su rostro para verlo, me pareció increíble, en lugar de su rostro un vació, estaba hueco, comprendí que en ese lugar, en ese vació, durante nueve meses estuvo mi rostro. Comprendí que era ahora o nunca.
Me avalancé en su contra y fue desapareciendo, desvaneciendose... Entonces supe su nombre: culpa.
-Culpa no volverás a detenerme, yo no seré tu esclavo, no más-.
Aquella fragancia que percibí por segundos y que motivaron la rebelión de mi ser ante la opresión de aquel fantasma inundo mi habitación y trajo a mi mente un nuevo conocimiento. Me sorprendí diciéndome a mí mismo: No eres culpable, No has fracasado, tus errores No te hacen fracasado, aprende de ellos y sigue adelante, oportunidades esperan por ti, toma decisiones.
Miré por la ventana y un sol asomaba su resplandor y dejaba caer sus primeros rayos, una brisa ligera y delicada acaricio mi rostro. Entendí que un nuevo amanecer había estado esperando por mí. Entonces Ella tocó mi puerta. Me visitó tal y como lo había prometido, entró a mi habitación sonriendo, diciendo estar orgullosa de mí. Y abrió las Escrituras, y me contó una historia, la historia de un padre que creyó a su hijo muerto, un padre que enfrentó al mismo fantasma que anoche vencí. (Prometo en mi próximo blogs compartir la historia del padre contigo).
Si una noche este fantasma antiguo intenta asustarte, si amenaza con inyectar su veneno en tu alma, no caigas en su trampa, recuerda que estas improvisando tu vida, que no tienes un guión sobre tu futuro, que a veces los errores serán inevitables a causa de tu inexperiencia. La vida no es corta, sino que a veces, perdemos mucho tiempo.
6 comentarios:
Buen post Gusmar, y ya le pedí a mi asesora que te agregara a mis contactos. Además te tengo una invitación, porque quisiera que participaras con una frase acerca de las mujeres, tal cual el último post que hice, pero ahora no quiero que sean bajadas del internet, sino de los mismos bloggeros varones que me visitan.
Esperando contar con tu colaboración, la cual me haría sentirme muy honrada, me despido de ti mandándotes saludos.
Si que sabes poner tu alma en lo que escribes Gusmar,bello post.Y sigue abriendo camino en la libertad.
Un gran saludo.
Te entiendo bien. Yo también he oído y sentido al fantasma. Buena frase: La vida es corta... pero perdemos mucho tiempo.
Gracias isa por agregarme, ya deje en tu blogs la frase.
Gracias Brisa, solo escribo lo que vivo y siento. Keila esa frase nació en mi hace poco mas de 12 años, con el primer cuento que escribí.
Hola Gusmar. Gracias por tu comentario en Otro Ángulo. Ya te agregué en el blog. No he alcanzado a leer mucho, pero con lo que leí basta para decirte que ya tienes una nueva lectora. Por cierto, te invito a otro de mis blog: La pata del elefante (www.cdarriba.blogspot.com) donde también escribo. Saludos.
Hola Claudia, es bueno saber que estarás pasando por aquí, espero y sea de provecho para ti. Y claro que voy a visitar tu otro blogs.
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