Inevitablemente caminé, no me culpo, no pude, no debí, no existió la oportunidad de quedarme estacionado… Caminé porque creí en el camino, avancé sin saber lo que quedaba atrás, iluso o ingenuo siempre, tal vez por ignorar que atrás quedabas tú… Tú que hoy invades mis caminos, tú que hoy espantas mi destino…
Y es bueno tenerte aquí, de vuelta, saber que mis pasos son tan cortos, que solo avancé un poco; es bueno porque pienso, siempre iluso, siempre ingenuo, que puede volverse al punto de inicio y modificar la historia propia… Ya vez, no he caminado tanto, o tal vez caminé con ojos cerrados, o han de ser el cansancio y la sed que me hace creer en tonterías.
Pero no me culpo, ni por ser iluso, ni por ser ingenuo, doy gracias por lo poco que de ello me ha quedado, me mantiene vivo en estos mundos de muertos, atentos cuando no hay mas que sombras… Juego con las sombras, como un tonto, juego sin culpas, no me quejo, a veces tienen tu rostro, y otras tus manos. Y me miras, feliz me miras, y yo te deseo mientras me miras… Y me tocas, llena de vida me tocas, y yo deseo sentirte mientras me tocas… Entonces imploro a la oscuridad dentro de mí, es que sin luz no hay sombras, sin sombras no hay evidencia de aquel lugar, y juego a convencerme que no existió y termino creyendo que no existí…
Inevitablemente caminé… No me culpo, pero a veces, rodeado de sombras pregunto… Qué habría pasado si hubiera inventado la oportunidad de quedarme estacionado…
Y es bueno tenerte aquí, de vuelta, saber que mis pasos son tan cortos, que solo avancé un poco; es bueno porque pienso, siempre iluso, siempre ingenuo, que puede volverse al punto de inicio y modificar la historia propia… Ya vez, no he caminado tanto, o tal vez caminé con ojos cerrados, o han de ser el cansancio y la sed que me hace creer en tonterías.
Pero no me culpo, ni por ser iluso, ni por ser ingenuo, doy gracias por lo poco que de ello me ha quedado, me mantiene vivo en estos mundos de muertos, atentos cuando no hay mas que sombras… Juego con las sombras, como un tonto, juego sin culpas, no me quejo, a veces tienen tu rostro, y otras tus manos. Y me miras, feliz me miras, y yo te deseo mientras me miras… Y me tocas, llena de vida me tocas, y yo deseo sentirte mientras me tocas… Entonces imploro a la oscuridad dentro de mí, es que sin luz no hay sombras, sin sombras no hay evidencia de aquel lugar, y juego a convencerme que no existió y termino creyendo que no existí…
Inevitablemente caminé… No me culpo, pero a veces, rodeado de sombras pregunto… Qué habría pasado si hubiera inventado la oportunidad de quedarme estacionado…
1 comentario:
Me senti demasiado identificada con tus palabras.
.. y que hubiese pasado?.... la eterna pregunta sin respuesta.
Como siempre, un gusto pasarme pro estos lados.
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