Solo guarda silencio, no he venido a agobiarte con mi búsqueda de las palabras correctas. No he venido a mover tus sentimientos, ni siquiera a despertar tu lastima, si quieres ni me mires pues no pretendo robar tu atención distrayéndote de tu mundo feliz.
No te preocupes que no haré derroche de mis quejas y no te lamentes que no son necesarios los lamentos, ya he descubierto que en nada ayudan, ni siquiera para aliviar el peso del tiempo que transcurre. He guardado mis manías antes de venir, prometí no recordarte quien fui, encarcelé mis miedos junto con mis pretensiones. Apuñalé el dolor para que no doliera y así no ser traicionado por mis emociones.
No vine con una conversación planeada, después de todo nunca he sido bueno con los esquemas, lo sabes mejor que nadie, y los bosquejos se quedan siempre en mis bolsillos donde hay un millón de cosas que debí entregarte, pero no te aflijas: no he venido a entregártelas. Me he acostumbrado al peso y aun así mantengo mi ritmo ligero al caminar; no he parado de hacerlo, me detengo a veces, no tan a veces, me da miedo no llegar a tiempo aunque todavía no sé a dónde.
No he venido con preguntas tontas, pienso en aquella frase que juntos descubrimos: “el tiempo de las preguntas terminó”, a veces pienso que el de las respuestas también; pero es cierto, mejor tampoco recordemos frases. Mejor quedémonos aquí en este balcón, mirando desde arriba como si nunca vendrá el descenso, y si sonrío es de dolor, pues sinceramente el descenso me tomó siempre por sorpresa y me hizo su presa. No te preocupes, bajaré en un momento y de nuevo caminaré con mi soledad… Por favor, solo respira que yo he venido a observarte, quiero verte respirar para sentirme vivo, para sentir lo que siento cuando te miro, para sentir lo que siento cuando sonrío mientras te miro, tal vez para olvidar el descenso.
He venido para buscarme en ti, para encontrarme, para acercarme a mí. Para recuperar lo que queda de mí y que afortunadamente lo guardé en ti, de lo contrario nada me quedaría ya. He venido a ver la bondad, esa que se esconde en tus ojos, a despertar mis sueños cansados y a encender la ilusión que llora decepcionada.
No te preocupes que no haré derroche de mis quejas y no te lamentes que no son necesarios los lamentos, ya he descubierto que en nada ayudan, ni siquiera para aliviar el peso del tiempo que transcurre. He guardado mis manías antes de venir, prometí no recordarte quien fui, encarcelé mis miedos junto con mis pretensiones. Apuñalé el dolor para que no doliera y así no ser traicionado por mis emociones.
No vine con una conversación planeada, después de todo nunca he sido bueno con los esquemas, lo sabes mejor que nadie, y los bosquejos se quedan siempre en mis bolsillos donde hay un millón de cosas que debí entregarte, pero no te aflijas: no he venido a entregártelas. Me he acostumbrado al peso y aun así mantengo mi ritmo ligero al caminar; no he parado de hacerlo, me detengo a veces, no tan a veces, me da miedo no llegar a tiempo aunque todavía no sé a dónde.
No he venido con preguntas tontas, pienso en aquella frase que juntos descubrimos: “el tiempo de las preguntas terminó”, a veces pienso que el de las respuestas también; pero es cierto, mejor tampoco recordemos frases. Mejor quedémonos aquí en este balcón, mirando desde arriba como si nunca vendrá el descenso, y si sonrío es de dolor, pues sinceramente el descenso me tomó siempre por sorpresa y me hizo su presa. No te preocupes, bajaré en un momento y de nuevo caminaré con mi soledad… Por favor, solo respira que yo he venido a observarte, quiero verte respirar para sentirme vivo, para sentir lo que siento cuando te miro, para sentir lo que siento cuando sonrío mientras te miro, tal vez para olvidar el descenso.
He venido para buscarme en ti, para encontrarme, para acercarme a mí. Para recuperar lo que queda de mí y que afortunadamente lo guardé en ti, de lo contrario nada me quedaría ya. He venido a ver la bondad, esa que se esconde en tus ojos, a despertar mis sueños cansados y a encender la ilusión que llora decepcionada.
14 comentarios:
es necesario el silencio, que nos dejen en paz, es necesario, muy a menudo
Gusmar: te dije que fueras a mi blog que tenía un obsequio par atí, pero se me borró el gadget donde estab tu nombre. Es el premio Dardos, debes pegarlo y nominar a otros 15, para que se lo lleven. Cuando llegues a mi reino, lo verás colgado en la columna de la derecha y traételo por que yo te lo regalo.
En cuanto al tema de hoy, me encantó. Me gusta mucho lo que dices y cómo lo dices.
un beso.
Seguramente recuperarás todo lo que deseas y todo lo que anhelas..
Un beso muy cálido
LEO Y SE ME VIENE UNA SOLA PALABRA A LA MENTE: LLUVIA...
PIENSO Y SE ME VIENEN DOS RECUERDOS: NIÑEZ Y LAGO...
RIO Y TENGO TRES PROPUESTAS: LAS CALLO...
PIENSO Y SOLO UNA COSA ES ETERNA EN MI MENTE: ALLÍ LA SIGO GUARDANDO
ME DESPIDO Y SOLO TE DEJO ALGO EN TU BLOG: UN INIGUALABLE ABRAZO...
THE QUEEN... ESTA VEZ LOS BESOS ME LOS GUARDO PODRÍAN HACERME FALTA SI AMANECE... PODRÍA NECESITARLOS
espero que te reencuentres y no tengas que perderte más... :)
Cierto Santiago, un abrazo.
Hola Seda!!! Ya habìa pasado y me extrañò no ver nada!!! gracias!
Gracias Calida, como siempre tus besos los tomo y los cuelgo en un lugar secreto, como parte de una colecciòn que nadie verà jamàs.Un abrazo.
Gracias Queen, entiendo. Y callar a veces es mejor....Sobre todo en estos`dìas, un abrazo fuerte para ti.
Gracias Febe, espero tambièn que asì sea!
Tú sabes que te entiendo querido amigo.
" me da miedo no llegar a tiempo aunque todavía no sé a dónde"...como si lo hubieras escrito en el ultimo vagón verdad?.
Un abrazo!
Yo sè que es asì, y es bueno, que a veces entiendan... otras no tanto...bueno tu entiendes.Tal vez fue allì donde lo escribì, sucede que a veces me pierdo...Un abrazo.
"para recuperar lo que queda de mi y que afortunadamente lo guardé en ti, de lo contrario nada me quedaria ya" ----> Que bello !!!
Gracias por pasar.
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