A
veces nos vamos perdiendo mientras creemos avanzar, nos obsesionamos con
progresos, aventuras; nos adherimos a un estilo de vida ajustando el transitar
a las analogías que creemos encontrar… Que la vida es una carrera, que es una
batalla, que es un sendero y tantas cosas más… Vamos apegándonos a conceptos:
libertad, independencia, éxitos… Conceptos que nos hacen esclavos y nos
encajonan en una gama de juegos y así, sin darnos cuenta, somos la más tonta
descripción de lo que es la vida...
Al
cabo de un rato, un rato en el transcurrir del tiempo, creemos despertar; y de
nuevo el afán por vivir de otra manera, y seguir rodando, transitando, huyendo
o entregándonos, creyendo que ahora somos libres, pero ¿existe la libertad?
Supongo que existe mientras la añoramos, porque en nuestra memoria hay
recuerdos de aquella vez cuando tal vez sí fuimos libres… Antes de que
existieran los conceptos e incluso las palabras…Y tal vez la libertad nunca más
volverá a ser igual, porque nunca podremos olvidar las palabras, los conceptos,
las analogías, porque nunca podrá la mente detenerse en el afán involuntario de
pensarlo todo…
Él lo
pensó, durante mucho tiempo… Jamás sería libre otra vez, porque eres esclavo de
la sed y al saciarte eres esclavo de la satisfacción de no sentirla más… Se
declaró esclavo, pero en su propio afán decidió que no sería esclavo de la
esclavitud, sino de la independencia. Con arrogancia lo desconoció todo, se
arrojó en contra de todo y en dirección contraria hizo de su andar un concepto.
Se declaró no pertenencia, se alejó de los pueblos, andando por todos los
senderos, negándose el recuerdo. Desafió los cielos y los infiernos, desafió sus
dioses y sus demonios.
Hasta
aquella mañana presumió su independencia, su nomadismo... Nunca antes dolió ser
esclavo o libre, hasta entonces nunca sangró su alma forastera... Al ver sus
ojos, quiso ser su pertenencia, quiso tener el valor de aceptar su cobardía
disfrazada de coraje y rendirse frente a ella... La contempló religión y
salvación, mientras la descubría como sendero y vida... Y entendió que su vida
siempre fue aire esperándola, para ser aliento respirado por ella, esperando
moribundo sin aliento...
Y conoció el infierno, al saber que hasta
entonces su existencia había sido existencia sin ella... Y aunque después de
verla se preguntó cómo podría seguir viviendo sin caminar a su lado no tuvo el
valor… Algunos vicios terminan venciendo el alma…
Aquella
mañana, por un momento, no existieron las dudas. No hubo espacio para las
dudas, porque tampoco existió el espacio; no hubo tiempo para las dudas, porque
aquella mañana ella ocupó el espacio de sus tiempos. No existieron los recuerdos,
no existieron las palabras porque ella
fue su memoria, aquella mañana por un momento supo que la vida no es un
concepto…
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