miércoles, 13 de octubre de 2010

NOCHE...

Yo vi calma en sus ojos, paz verdadera, coraje sincero que no depende de nada, que no es resultado de cálculos y posibilidades, fe que no es ausencia de dudas, ni miedo a dudar, yo vi en sus ojos esa quietud que tienen las olas inmensas, que dan vida a las tempestades y que a pesar de sus ritmos son solo mar danzando… Fui seducido por su calma, vi sus ojos como lienzo sobre el cual se dibuja el futuro, sin manos ni colores, solo se forja como se canta una canción que va naciendo de la alegría desnuda…


Yo sentí vida en su voz, su voz, rocío de la mañana que refresca los campos que van despertando del sueño nocturno custodiado por un ejercito de estrellas que sonriendo se despiden al amanecer…Sentí vida, de esa que está ausente algunas veces, cuya ausencia se siente y se llora porque me duele, dolor es la presencia de la ausencia de vida que me acompaña y que en ocasiones no puedo ignorar, pero sentí la vida cuando me habló, y odié la muerte por un instante, porque si ella es vida la quiero a ella, pues si fuera la muerte despreciaría la vida…


Yo respiré dulzura entre sus brazos, mis manos dibujaron futuro sobre su silueta, y el futuro fue dulce cuando abrazados desafiamos distancia y tiempo… Dulce es la vida que es ella, ella es calma que desorienta, calma que señala otro sendero, sendero que jamás conocí porque es ella, que me lleva a la vida, y la vida con ella es noche feliz, escenario de nuestra alegría que acompañada de mil estrella danza mientras el mar nos canta, mientras el cielo sonríe…

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