Es domingo y estoy trasnochado a causa del trabajo, salí a las cinco de la mañana y son las ocho de la mañana, hace treinta minutos llegué a la casa de mis padres, después de una hora de viaje. Mis hijos y mi esposa pasaron el fin de semana aquí. Al llegar los saludé y luego de un baño entré a mi habitación: aun es mía.
Me acosté para descansar un rato. Efraín, mi hijo mayor, entró corriendo y se me lanzó encima.
- Efraín por favor, ¡quiero descansar!- Le digo irritado.
Me miró y en silencio caminó hacia la puerta para salir de la habitación. Mientras lo miro caminar me siento miserable, hasta siento que voy a llorar: no sé si es el cansancio o las soledades que se me acumularon el fin de semana.
- Efraín- suelta la manilla de la puerta – ven, vamos a jugar.
Se devolvió corriendo y se detuvo frente a mí. Me miró con ternura y me dijo:
- No papi, descansa.Yo te disculpo.
Y corrió hacia fuera. Lo escucho en la sala gritando: “¡Benja, a que no me atrapas!”.
Y ya no tengo sueño, pero sigo sintiéndome miserable, pienso: “¡OH Dios, si yo pudiera ser como él”.
Termino de escribir y estoy pensando salir de la habitación gritando: “¡Los voy a atrapar a los dos!”
17/05/2009
Me acosté para descansar un rato. Efraín, mi hijo mayor, entró corriendo y se me lanzó encima.
- Efraín por favor, ¡quiero descansar!- Le digo irritado.
Me miró y en silencio caminó hacia la puerta para salir de la habitación. Mientras lo miro caminar me siento miserable, hasta siento que voy a llorar: no sé si es el cansancio o las soledades que se me acumularon el fin de semana.
- Efraín- suelta la manilla de la puerta – ven, vamos a jugar.
Se devolvió corriendo y se detuvo frente a mí. Me miró con ternura y me dijo:
- No papi, descansa.Yo te disculpo.
Y corrió hacia fuera. Lo escucho en la sala gritando: “¡Benja, a que no me atrapas!”.
Y ya no tengo sueño, pero sigo sintiéndome miserable, pienso: “¡OH Dios, si yo pudiera ser como él”.
Termino de escribir y estoy pensando salir de la habitación gritando: “¡Los voy a atrapar a los dos!”
17/05/2009
4 comentarios:
muy emocionante este relato que has publicado,trajo el recuerdo de situaciones parecidas con mis hijos.realmente hay momentos en los que nos dejan sin palabras.
muy bueno amigo te dejo un abrazo.
Me ha emocionado tu forma de escribir esta experiencia por la que hemos pasado alguna vez todos los padres. No somos perfectos como El.
No le des más vueltas, se nota que amas a tu hijo, y él lo entiende. Ya te veo corriendo tras él, a pesar del cansancio.
Un abrazo y bendiciones.
TU ERES COMO ÉL... ÉL ES PARTE DE TI... Y ESO DE ÉL QUE TE HACE LLORAR ES LO QUE VES EN ÉL QUE SE PARECE A TI.... BESITOS... THE QUEEN
jejejeje, que buen relato, me encantó, un beso,
Laura
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