Dedicado a Nahum, un día quiero tener tu mirada…
Trabajé hasta las 4:45am y a las 6:00am estaba en el Terminal de Cabimas, con mi maleta esperando un carro “por puesto”, para trasladarme al Consejo de Ciruma donde el pastor Fabio me estaría esperando a las 9am para llevarme a Agua Santa. En Agua Santa visitaría algunos lugares buscando respuestas y al mismo tiempo indagar un poco sobre una historia que estoy escribiendo.
Llegó el carro por puesto y tres pasajeros se embarcaron en los puestos de atrás, yo decidí ir delante, pensaba pagar los dos puestos, a fin de apresurar la salida del vehículo, cuando una joven de unos 26 años de edad llegó y le permití embarcarse primero quedando ella al lado del chofer y yo a su lado junto a la ventanilla. Pasé la mitad del viaje pensando en mi historia, ignorando la notable incomodidad de la chica, mi meditación fue interrumpida por una llamada telefónica. Era mi hermana preguntándome cuánto tiempo tardaría en llegar al pueblo, advirtiéndome que a las 8:15am el Pastor Fabio estaría frente a la casa.
Apenas corté la llamada miré a la chica y con una sonrisa decidí hablarle:
- Se te ha hecho largo el viaje.
Ella sonrió también y respondió:
- Si, bastante largo, ya me estoy volviendo loca.
- Aguanta un poco que en 20 minutos estaremos llegando, sería una lastima internarte en el manicomio del pueblo… No vas muy seguido ¿Cierto?
- En realidad es mi segunda visita, voy a cubrirle una guardia a una amiga.
- ¡Ah! Eres doctora-
- Y tu… ¿Eres psíquico?- Dijo ella con una mirada de asombro y emoción.
Yo reí pues su mirada me hizo más gracia que sus palabras, luego contesté:
- No soy psíquico, solo observo y escucho. El único lugar donde puedes cubrir una guardia un día domingo en el pueblo es en el ambulatorio.
- Tienes razón pero igual pudiste pensar que soy enfermera y no exactamente doctora.
- Supongo que tengo algo de psíquico.
Se quitó la prenda con la que sujetaba su cabello, luego lo acarició como estirándolo para finalmente sujetarlo de nuevo.
“Se siente cómoda conversando, y tal vez quiera seguir conversando”, pensé al ver lo que hizo con su cabello, así que pensando estar en lo correcto pregunté:
- ¿Alguna experiencia digna de ser contada en tu primera visita al pueblo?
- La verdad si. Fue en horas del mediodía, cubría la guardia sin novedad cuando un señor de unos cincuenta años de edad llegó con su hijo de catorce años, tenía dificultades para respirar y llevaba casi cuatro horas con un dolor de cabeza nada normal. Su padre me dijo que hacía poco más de un año a su hijo le diagnosticaron leucemia. Pero en los dos últimos meses no había presentado ningún tipo de complicaciones y ellos habían sido constantes con el tratamiento. El estado del adolescente era grave, ante su gravedad decidí ordenar su traslado con urgencia al Universitario de Maracaibo. Mientras daba las instrucciones al enfermero escuché al adolescente decir: “papi dile a mamá que recuerde que yo estaré bien”. De inmediato volteé hacia ellos y vi en los ojos del adolescente una tranquilidad que te juro me asustó. Su padre le tomó la mano y así lo llevaron adentro de la ambulancia, acompañándole en el viajo su padre y un enfermero. ¿Sabes qué sucedió?
Antes de que ella continuara su relato le respondí:
- No llegó al universitario, justo en el momento en que la ambulancia iba a cruzar el puente sobre el lago el adolescente murió y su padre ordenó a la ambulancia que volviera al pueblo, pero antes de morir, el muchacho con notable esfuerzo y ya casi sin voz dijo nuevamente a su padre: “recuérdale a mamá, papá, recuerdale…”-
Ella me miró, esta vez con serio asombro:
- De verdad, ¿no eres psíquico?
- No lo soy, conozco a Humberto Medina, el padre de Nahum, el adolescente que atendiste. Su abuelo, Guillermo Medina, es amigo de mis padres.
- Pasé muchos días pensando en la mirada de ese muchacho- Interrumpió ella reflexivamente- Me he preguntado cómo alguien puede tener tanta paz presintiendo su muerte y cómo podía él pensar en la tranquilidad de su madre. Porque yo sé que él presentía que iba a morir…
- Lo sabía doctora. Ese mañana, Nahum se levantó con un gran dolor de cabeza, pero le preparó el desayuno a su madre y luego le leyó el capítulo 14 del libro de Job. Al culminar la lectura le dijo a su madre: “Mamá, yo voy a morir, pero estaré mejor, debes estar tranquila, yo estaré bien”. Su medre le suplicó que no repitiera eso y él la abrazó. Luego durante el almuerzo Nahum le repitió lo mismo, y agregó “este dolor de cabeza no se lo deseo a nadie”. Su madre se alarmó y llamó a Humberto, y bueno, ya sabes lo demás.
Ella me miró y me dijo:
- Pues parecía estar verdaderamente seguro de que estaría bien.
- Estaba seguro. Estaba más seguro de su destino que de la misma muerte.
- ¿A qué religión pertenecía? ¿Era católico? ¿Evangélico?
- No doctora, ni lo uno ni lo otro, fíjate no le dio tiempo de ser católico ni evangélico, ni musulmán, ni budista, ni testigo de Jehová… No tenía religión, pero tenía la seguridad de que un Dios bondadoso y amoroso había enviado a su hijo Jesucristo para expiar mediante la muerte la culpa del hombre, creyendo así que después de la muerte su destino era, digamos, el paraíso. Por eso reflejaba esa mirada durante todo el padecimiento de su enfermedad e incluso el día de su muerte, por eso tuvo valor para infundirle ánimo a su madre.
Ella se quedó en silencio unos segundos y luego con gran sinceridad y como decepcionada de su meditación dijo:
- Suena muy sencillo, ¿Cierto? Quiero decir, no puede ser tan fácil.
- Técnicamente doctora, no es tan fácil, ¿no ves que se te hace difícil aceptar tan sencilla verdad? Se llama “Gracia” y ha sido el tema de todos los tiempos y todas las religiones, así que podríamos creer que es cierto, pues no es tan sencillo creerlo.
- Dime, ¿tú crees que sea así?
Esta vez fui yo quien quedó en silencio. Esa pregunta me a sorprendido tantas veces…
- Me conviene creerlo, si lo creo…
- Si convencerme de ello hará que mis ojos brilles como los de aquel muchacho, vale la pena intentar creerlo.
Y yo pensaba: “este retiro sin duda alguna será fructífero, ya comienzo a hallar respuestas”.
El auto se detuvo frente al ambulatorio y bajé del auto para abrirle paso.
- Fue un placer- Me dijo extendiéndome su mano.
- El pacer fue mío- Le dije. Pensé en darle mi nombre para conocer el suyo, pero preferí no hacerlo, para creer que aquella doctora fue solo un ángel anónimo dándome la bienvenida a lo que sería unos días de encuentro conmigo y con Dios.
Trabajé hasta las 4:45am y a las 6:00am estaba en el Terminal de Cabimas, con mi maleta esperando un carro “por puesto”, para trasladarme al Consejo de Ciruma donde el pastor Fabio me estaría esperando a las 9am para llevarme a Agua Santa. En Agua Santa visitaría algunos lugares buscando respuestas y al mismo tiempo indagar un poco sobre una historia que estoy escribiendo.
Llegó el carro por puesto y tres pasajeros se embarcaron en los puestos de atrás, yo decidí ir delante, pensaba pagar los dos puestos, a fin de apresurar la salida del vehículo, cuando una joven de unos 26 años de edad llegó y le permití embarcarse primero quedando ella al lado del chofer y yo a su lado junto a la ventanilla. Pasé la mitad del viaje pensando en mi historia, ignorando la notable incomodidad de la chica, mi meditación fue interrumpida por una llamada telefónica. Era mi hermana preguntándome cuánto tiempo tardaría en llegar al pueblo, advirtiéndome que a las 8:15am el Pastor Fabio estaría frente a la casa.
Apenas corté la llamada miré a la chica y con una sonrisa decidí hablarle:
- Se te ha hecho largo el viaje.
Ella sonrió también y respondió:
- Si, bastante largo, ya me estoy volviendo loca.
- Aguanta un poco que en 20 minutos estaremos llegando, sería una lastima internarte en el manicomio del pueblo… No vas muy seguido ¿Cierto?
- En realidad es mi segunda visita, voy a cubrirle una guardia a una amiga.
- ¡Ah! Eres doctora-
- Y tu… ¿Eres psíquico?- Dijo ella con una mirada de asombro y emoción.
Yo reí pues su mirada me hizo más gracia que sus palabras, luego contesté:
- No soy psíquico, solo observo y escucho. El único lugar donde puedes cubrir una guardia un día domingo en el pueblo es en el ambulatorio.
- Tienes razón pero igual pudiste pensar que soy enfermera y no exactamente doctora.
- Supongo que tengo algo de psíquico.
Se quitó la prenda con la que sujetaba su cabello, luego lo acarició como estirándolo para finalmente sujetarlo de nuevo.
“Se siente cómoda conversando, y tal vez quiera seguir conversando”, pensé al ver lo que hizo con su cabello, así que pensando estar en lo correcto pregunté:
- ¿Alguna experiencia digna de ser contada en tu primera visita al pueblo?
- La verdad si. Fue en horas del mediodía, cubría la guardia sin novedad cuando un señor de unos cincuenta años de edad llegó con su hijo de catorce años, tenía dificultades para respirar y llevaba casi cuatro horas con un dolor de cabeza nada normal. Su padre me dijo que hacía poco más de un año a su hijo le diagnosticaron leucemia. Pero en los dos últimos meses no había presentado ningún tipo de complicaciones y ellos habían sido constantes con el tratamiento. El estado del adolescente era grave, ante su gravedad decidí ordenar su traslado con urgencia al Universitario de Maracaibo. Mientras daba las instrucciones al enfermero escuché al adolescente decir: “papi dile a mamá que recuerde que yo estaré bien”. De inmediato volteé hacia ellos y vi en los ojos del adolescente una tranquilidad que te juro me asustó. Su padre le tomó la mano y así lo llevaron adentro de la ambulancia, acompañándole en el viajo su padre y un enfermero. ¿Sabes qué sucedió?
Antes de que ella continuara su relato le respondí:
- No llegó al universitario, justo en el momento en que la ambulancia iba a cruzar el puente sobre el lago el adolescente murió y su padre ordenó a la ambulancia que volviera al pueblo, pero antes de morir, el muchacho con notable esfuerzo y ya casi sin voz dijo nuevamente a su padre: “recuérdale a mamá, papá, recuerdale…”-
Ella me miró, esta vez con serio asombro:
- De verdad, ¿no eres psíquico?
- No lo soy, conozco a Humberto Medina, el padre de Nahum, el adolescente que atendiste. Su abuelo, Guillermo Medina, es amigo de mis padres.
- Pasé muchos días pensando en la mirada de ese muchacho- Interrumpió ella reflexivamente- Me he preguntado cómo alguien puede tener tanta paz presintiendo su muerte y cómo podía él pensar en la tranquilidad de su madre. Porque yo sé que él presentía que iba a morir…
- Lo sabía doctora. Ese mañana, Nahum se levantó con un gran dolor de cabeza, pero le preparó el desayuno a su madre y luego le leyó el capítulo 14 del libro de Job. Al culminar la lectura le dijo a su madre: “Mamá, yo voy a morir, pero estaré mejor, debes estar tranquila, yo estaré bien”. Su medre le suplicó que no repitiera eso y él la abrazó. Luego durante el almuerzo Nahum le repitió lo mismo, y agregó “este dolor de cabeza no se lo deseo a nadie”. Su madre se alarmó y llamó a Humberto, y bueno, ya sabes lo demás.
Ella me miró y me dijo:
- Pues parecía estar verdaderamente seguro de que estaría bien.
- Estaba seguro. Estaba más seguro de su destino que de la misma muerte.
- ¿A qué religión pertenecía? ¿Era católico? ¿Evangélico?
- No doctora, ni lo uno ni lo otro, fíjate no le dio tiempo de ser católico ni evangélico, ni musulmán, ni budista, ni testigo de Jehová… No tenía religión, pero tenía la seguridad de que un Dios bondadoso y amoroso había enviado a su hijo Jesucristo para expiar mediante la muerte la culpa del hombre, creyendo así que después de la muerte su destino era, digamos, el paraíso. Por eso reflejaba esa mirada durante todo el padecimiento de su enfermedad e incluso el día de su muerte, por eso tuvo valor para infundirle ánimo a su madre.
Ella se quedó en silencio unos segundos y luego con gran sinceridad y como decepcionada de su meditación dijo:
- Suena muy sencillo, ¿Cierto? Quiero decir, no puede ser tan fácil.
- Técnicamente doctora, no es tan fácil, ¿no ves que se te hace difícil aceptar tan sencilla verdad? Se llama “Gracia” y ha sido el tema de todos los tiempos y todas las religiones, así que podríamos creer que es cierto, pues no es tan sencillo creerlo.
- Dime, ¿tú crees que sea así?
Esta vez fui yo quien quedó en silencio. Esa pregunta me a sorprendido tantas veces…
- Me conviene creerlo, si lo creo…
- Si convencerme de ello hará que mis ojos brilles como los de aquel muchacho, vale la pena intentar creerlo.
Y yo pensaba: “este retiro sin duda alguna será fructífero, ya comienzo a hallar respuestas”.
El auto se detuvo frente al ambulatorio y bajé del auto para abrirle paso.
- Fue un placer- Me dijo extendiéndome su mano.
- El pacer fue mío- Le dije. Pensé en darle mi nombre para conocer el suyo, pero preferí no hacerlo, para creer que aquella doctora fue solo un ángel anónimo dándome la bienvenida a lo que sería unos días de encuentro conmigo y con Dios.
20 comentarios:
¡Qué buena manera de empezar para prepararse para venir al encuentro con Dios!
Adelante Gusmar.
Hola Isa, gracias por la visita.
Me alegra que estés de vuelta para compartir tus historias. Saludos.
Tremenda la historia, brother, esa es la verdadera "religión", la de Nahum... Porque prevalecía la fe en su vida, y no otra cosa, esa fe que es el requisito indispensable para agradar a Dios...
Para la familia del muchacho se debió hacer muy difícil, pero partir de este mundo con pre-aviso, debiera al menos darles un poco de fe y esperanza... Ojalá lo consiguiera.
Me alegro de tenerte de vuelta, amigo.
Un abrazo de bienvenida
si existen, hay miles de ángeles por allí... al menos tu encontraste uno, el mío lo perdí hace rato... pero me llevó a lo mismo que a ti.. a Dios... saludos
Realmente es un texto precioso, saludos,
Laura
Muy buen post, por cierto me enteré que fue tu cumpleaños y mis mejores deseos que te la pases bien en compañia de la familia, y que Dios te guarde hasta tú vejez.
Felicidades Bro
Gusmar, puedes comer pastel en mi manantial, y aunque es ya atrasadito, pero ¡feliz cumpleaños!
Que lindo Gusmar. Que grata bienvenida te dió el Señor.
Un abrazo amigo.
Claudia
Hola Claudia L. Pues ahora sí estoy de vuelta, sucede que vine y salí de nuevo con mi familia. Gracias por pasar.
Gracias amigo peregrino por la re-bienvenida, jajajaja. Pues la historia de sus padres es otra gran historia que seguro en estos días te comparto. Saludos.
Que bueno Sr Ánonimo, gracias por pasar.
Hola Laura, gracias por leer, espero te lleves algo, ojala y sea la mirada de Nahum
Varo, gracias por el detalle.
Hola Isa!!!!! Apenas llegué hace 20 min y ya pasé a probar el pastel, gracias.
Hola Claudia, así es, y hay más historia que me llevaron a Él esta semana, ya vienen ,ya vienen.
HOLA!!!
Que felicidad tenerte por aca de nuevo.
Y leyendote...
Como siempre un placer poderlo hacer.
y espero con ansias tus nuevas historias, ésta en lo personal me gustó y me gustaria hacer algo asi.
Creo que un retiro es muy bueno para acomodar ideas.
Besos Gusmar!
Hola Lulu, gracias por pasar, ya te extrañaba, pues sí, fue muy frctífero, aprendí mucho,}, aprendí que me falta demasiado por aprender. Saludos.
leo con expectación todas tus historias, y me deleito en la forma maravillosa en que Dios muestra su amor y su gracias a través de ellas.
sigue adelante, bro.
Anyul, gracias por comentar y leer. Seguiremos brother, mientras podamos así será.
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