viernes, 30 de mayo de 2008

LA MUJER QUE ENCONTRÓ EL AMOR.

Cuando leo la siguiente historia me conmuevo. Hubo un tiempo en que yo cometìa errores a diario, y sin intenciòn de excusarme debo decir que estos fueron productos de mi inexperiencia. Era dificil porque yo estaba rodeado de voces que reclamaban perfección, "santidad" (creo que debemos entender muy bien este concepto para conocer los paràmetros que lo definen); "eres hijo de ministros", "tus padres han servido a esta organizaciòn por tantos años", "esperamos esto de ti", "ya tienes una trayectoria"... ¡Por Dios! yo era solo un adolescente. Y además tan humano como ellos. Mis errores fueron tropiezos para entrar en el círculo de ellos, pero con esto, ellos se situaban al mismo nivel en el que yo estaba, y es que ante Dios solo hay un nivel: el nivel de su gracia. Muy bien, este post quiero dedicarlo a ellos, no están excluídos de mi círculo he aprendido a perdonarlos y apreciar el importante papel que jugaron en mi crecimiento y madurez. Dicho sea de paso, aun conservo tesoros extraaidos de sus enseñanzas.


Aquella mañana sucederían dos milagros, por lo menos así pudo haber sido. Los milagros se producen a diario, es cuestión de entenderlos, de estar alertas, de cononocer nuestras necesidades, de ser honestos. O como diría un maestro que conocí: de ser humildes.


Ella era una mujer como todas con una necesidad en particular. Una necesidad que es común en los seres humanos, sin importar sexo o edades, razas o credos. Es cierto, algunos la reprimen, otros logran cubrirla sin muchos problemas. Esta mujer estaba en la búsqueda. Su error apenas descubierto no desnuda su maldad, por favor no mal interpretemos la historia; si bien es ciertísimo que no es justa (quién puede jactarse de serlo) y si además, es cierto que su error más que un error es un pecado debo aclarar a su favor (o tal vez a favor de todos nosotros) que su error o pecado desnuda la desesperación por cubrir su más grande necesidad: sentirse amada.


A veces pienso que esta mujer fue abandonada por su padre cuando era muy niña y carecía de esos recuerdo lindos de una niñez junto a la figura paterna, tal vez creció viendo a otras niñas pasear con sus padres y compartir con ellos generándose en ella una profunda sed por sentir amor paterno, o quizá fue engañada en su juventud, un hombre al que amó y entregó sus ilusiones la abandona sin muchas explicaciones y luego lo ve lucir frente a ella una nueva pareja. En realidad no sé si fue lo uno o lo otro, pero su sed la llevó a los brazos de un hombre casado. Un hombre que se aprovechó de su necesidad, que no la amó. Y ella apenas lo descubre, pero es tarde.


Una vez más engañada y abandonada, pues él, ese miserable, no hizo nada para protegerla de aquella turba de fariseos, no, siquiera la acompaña al juicio donde dictarían su sentencia, aun sabiendo que aquella mañana ella moriría apedreada por una multitud de personas mejores que ella, personas que al parecer nunca han tenido una necesidad y nunca han cometido un error.


La caminata cesa. Alguien la toma con brutalidad por el brazo izquierdo y violentamente la lanza hacia adelante, ella cae de rodillas en la arena, el polvo que su brusca caida ha levantado hiere sus ojos humedecidos por el temor a morir, y sus manos son lastimadas por el roce de algunas rocas en la arena. Apenas puede observar los pies de su juez.


-¿Qué debemos hacer con ésta? Pregunta uno luego de exponer con desprecio e indignación la falta de aquella mujer. Ella levanta su rostro y observa por última vez el inmenso cielo y entonces al bajar la mirada puede reconocer el rostro de su juez y un rayito de esperanza se cuela entre las densas tinieblas de la desesperación que cubre su corazón. Sin embargo, el único hombre que pudiera brindarle el amor que ella necesita luce indiferente. Intenta suplicar, pero de seguro sus palabras serían usadas en su contra. Una vez más preguntan -¿Qué debemos hacer con ésta?.


Y en ese momento ella escucha a su juez decir una gran estupidez:


-El que esté libre de pecado lance la primera piedra.


Vamos maestros eston son hombres de leyes, son fariseos, son perfectos, viven para cumplir la ley, ¡no repitas eso!


Ella cierra sus ojos sabiendo que ya es inevitable, que no habrán milagros esta mañana. Y los fariseos, desde el menor hasta el mayor de ellos van abandonando la escena.


Y hay quienes dicen que se van porque Jesús les dio un golpe bajo, porque los condenó a ellos antes que a la mujer.


Permiteme decirte, él no los ha condenado con aquella declaración, les extiende una invitación. Reflexionen, les dice, no han adúlterado, pero ¿què los ha traído hasta aquí? No ha sido esta mujer, ni su falta, ustedes están en mi presencia hoy por sus propias faltas, por el orgullo que reina en sus corazones, por la necesidad de saciar el ego, de no sentirce amenazados. No se marchen, solo suelten las piedras, depongan las armas, bajen la guardia, reconozcan sus condiciones, yo los entiendo, hoy puede marcarse un nuevo comienzo en sus vidas.


Si señores, sus declaración no fue una estupidez. Pero ellos no quisieron entender, y se fueron. Lejos de Jesús, lejos del amor, lejos de lo que pudo haber sido el primer milagro aquella mañana.


Pero volvamos a la escena. Si ya no hay acusadores, ni testigos, ni verdugos, ¿puede alguien decirme por qué esta mujer no se ha ido de la escena?


Evidentemente ella espera algo más, y es que ya no eran rumores de calles, no, ya no era una leyenda urbana; sin duda alguna, aquel hombre que acaba de salvar su vida, aquel hombre era el hijo de Dios, es el mesías. Y ella quiere el milagro, el milagro que llenaría el vacío en su corazón causando un cambio en su caracter. Y el milagro suede:


-Mujer la razón por la que ellos no te condenan es porque no están libres de pecado, pero yo, yo que no he pecado, que soy el mesías, yo tampoco te condeno. Vete, sé libre. Olvida esto. Mi amor por tí no me permite condenarte.


Eso es un milagro, eso es una demostración de amor.


Me molesta mucho que se refieran a esta historia como "La Mujer Adúltera", ella dejó de serlo, esa étiqueta fue cambiada por el amor de Jesús, pues su amor cubrió sus faltas. Creo que esta historia debería llamarse "LA Mujer Que Encontró el Amor". Y permíteme concluir con dos preguntas, tal vez sean controversiales y ataquen las "doctrinas" de muchos, pero es necesario hacerla, la historia lo reclama, ¿estas listo?:


1. ¿Has pensado que si aquella mañana ella no hubiera amanecido en los brazos de un hombre casado tampoco habría sido arrastrada a los pies de Cristo?


2. ¿No has notado que la mala intención de aquellos fariseos fue necesaria y positiva para el destino de aquella mujer?


"Los atraje con cuerdas humanas", es una frase mucho más profunda hoy para mí de lo que fue hace 13 años cuando me encontré con ella. Y Fue un profeta el que la dijo. Fue una frase puesta por el mismo Dios en lo labios de un profeta engañado por una esposa adúltera, ¿irónico? no señores, ¡Perfecto!, así es Dios, perfecto. Bendiciones.


10 comentarios:

Anónimo dijo...

Gusmar,que bello escrito.Desde el principio me engancho.Yo tambien fui "hija de", "sobrina de" etc etc,se de lo que hablas, de las espectativas,las exigencias.

Este pasaje tiene un lugar especial en mi corazon.Lo escrito en la arena, las piedras que no pudieron ser arrojadas, la falta de condena y la plenitud del amor de Jesus para con ella, el perdon....todo es una gran leccion.

Gracias por traernos esta hermosa reflexion.Saludos de una chama atada por esas cuerdas del amor de Dios.

GUSMAR SOSA dijo...

Es díficil a vece ser hijo de... imaginate! pero gracias a Dios que nos quita las etiquetas. Y si este es una de las mejores historias jamaás contadas. Bendiciones.

Keila dijo...

El texto de Oseas (cuerdas de amor) siempre ha sido uno de mis favoritos. ¡Qué hermoso es sentirse amada, sobre todo por nuestro Dios!

Karen dijo...

Lo que a mí me gusto es eso de que ante Dios todos estamos al mismo nivel: el nivel de la gracia ¡qué hermoso!

GUSMAR SOSA dijo...

Hola Keila, a mi ese texto me ha atraído desde hace aprox dos años, todo el libro de Oseas, sobre todo cuando Dios declara que nos llevarà al desierto y hablará a nuestro corazón. Gracias por pasar por acà.

GUSMAR SOSA dijo...

Hola Triple, es un placer ver tus comentarios por acà. Es tranquilizante saber que este nivel esta a nuestro alcance.

Claudia L. dijo...

Tremendas preguntas las del final Gusmar, con T mayúscula. A reflexionar se dijo.

La ley nos permite conocer el pecado y el pecado nos lleva a la gracia. Tristemente la ley favorece el orgullo cuando no trascendemos la letra muerta, como en el caso de los fariseos quienes se vieron confrontados por Jesús, la Palabra viva. La ley es hermosa si se la entiende... bueno, el tema es complicado. Bendiciones.

GUSMAR SOSA dijo...

Así es Claudia, sin entendieramos que el pecado no es una etiqueta que nos debe mantener separados, sino más bien que nos lleva al nivel de Dios, de su Gracias, creo que las congregaciones fueran más congruentes con las actitudes cristianas. Saludos.

MonjaGuerrillera dijo...

Ay esto me conmueve mucho. Qué bien se hace llegar la palabra cuando pones "Vete, sé libre. Olvida esto." En vez del "Vete y no peques más" clásico.
Sé libre lleva a "olvida esto", y no vuelvas a caer en lo mismo, si estás consciente de la experiencia dolorosa, la libertad te hará recordar quién te libertó.

Que amor tan severamente dulce y tan dulcemente santo, no hay santidad de piedra que lo reemplace.

GUSMAR SOSA dijo...

Hola Gaby, así es, la santidad no es e piedra, pues proviene del ser más amoroso y comprensible. Ojala podamos entender la esencia desu ser e imitarla o dejar que esta se reproduzca en nosotros