sábado, 18 de abril de 2009

PARA PORTADORES DE APELLIDOS FANTASTICOS Y "VERDADES EXCLUSIVAS", NO DEMOSTRABLES TEOLOGICAMENTE Y CARENTES DE SENTIDO LOGICO...

Hoy vengo de chismoso, resulta que he estado visitando algunos blogs muy interesantes y en uno de ellos escuché el eco de una conversación nocturna entre la Monja Guerrillera y Eliana Gilmartin, y me parece interesante y necesaria para quienes hemos creído en que un cristianismo verdadero es posible en estos tiempos, para quienes creemos necesaria la lucha contra los vicios de diferentes religiones que empañan el alma de algunos. Debo decir que la Monja Guerrillera es una mujer a quien admiro por su entrega en esta lucha, incansable y decisiva, por otro lado Eliana Gilmartin es también una mujer entregada al servicio en pro del cristianismo, interpreto yo que ambas luchan en terrenos distintos pero con una misma meta. Son las dos, entre algunas otras personas, un ejemplo a seguir y personalmente he recibido lecciones importantes a través de sus artículos.

Y si tengo que dedicar este artículo a alguien pues con gusto lo hago a los portadores de apellidos fantásticos que les acreditan de poseedores de verdades exclusivas que aun cuando no pueden ser demostradas teológicamente y carecen de sentido lógico son, según ellos, irrefutables.
Sin más nada que agregar por ahora les susurro la conversación que ellas han sostenido.

Monja: -Algunos perpetuadores de la mediocridad dicen: “Bueno, yo no soy historiador pero escribiré de Historia; que lo bueno lo haga el historiador, yo me ocupo de lo que apenas me preocupé de saber.” Igual pasa con los temas teológicos: “Yo no soy teólogo (en todo caso lo que se ve es que es un mal teólogo) pero hablaré y escribiré de teología, aunque no sepa de lo que hablo y aunque me contradiga de un párrafo a otro.” ¿Hay un ambiente conformista en el ámbito cristiano popular? ¿O es otra clase de fenómeno? ¿Por qué uno no puede decir “yo no soy médico pero abriré un consultorio para atender pacientes” y, sin embargo, puede decir “yo no sé nada y estoy contento por eso, pero en mi blog o en mi libro hablaré de lo que no sé ni quiero saber?

Eliana Gilmartin: -En realidad no creo que haya tanta humildad de parte de los que escriben “de teología” en sus blogs, páginas web, revistas o donde quiera que lo hagan, como para decir “que lo bueno lo haga el teólogo”, o como para darse cuenta de que lo que escriben se contradice de una línea a otra. Yo creo que los tales lo hacen convencidos de su idoneidad para la tarea. Quizás sea por aquello de que en el país de los ciegos el tuerto es rey. Efectivamente, hay un ambiente muy conformista en el cristianismo popular, de donde el que tiene la palabra (pastor, predicador, evangelista, apóstol, maestro o profeta) detenta un poder y una seducción sobre el resto que lo cualifica sin discusión para decir cualquier cosa y ser aceptado, celebrado y seguido por el rebaño (literalmente), que viene a buscar los domingos la comida procesada que no le dé el trabajo de masticar y digerir.

Quizás últimamente haya primado una compartimentación de la realidad entre lo que es “de la carne”, por un lado, y lo que es “del Espíritu”, por el otro, poniendo en el primer compartimiento las facultades intelectuales del individuo, y en el segundo las verdades insufladas por el Espíritu, directamente al corazón, sin pasar por la mente, que todo lo corrompe.

De esta forma, las “verdades espirituales” llegan por vía Espíritu-espíritu, sin participación del intelecto, al que se desprecia por estar corrompido luego de la caída. Este es el pensamiento, el sentir, y hasta la seguridad del cristiano promedio, que descansa en el hecho, no siempre comprobable, que el que tiene la palabra (logos) es el que sabe, por inspiración divina prescindente de las capacidades humanas.

Y ya que hablamos de la palabra, es necesario puntualizar que teología es todo hablar acerca de Dios, sea este hablar bueno, regular o malo. De modo que hace teología el teólogo profesional, el que predica aunque sea laico, el que canta sobre Dios o a Dios, y el que habla sencillamente de Dios sin ninguna pretensión. Como vemos, este es un asunto muy serio que haríamos bien en tomar en consideración cada vez que abrimos la boca o escribimos haciendo teología de la más paupérrima.

¿De verdad en esta iglesia posmoderna, saturada de verdades iluminadas, reveladas mágicamente a quien detenta el poder, no se dice “yo no soy médico, y por tanto no atenderé pacientes? Creo que a ese extremo también hemos llegado por la vía de una pobre actividad teológica de emisores y receptores, y tenemos “ministros” haciendo “sesiones” de sanidad del alma.

Para todos es notorio, como rasgo de época, que el emocionalismo, y el conocimiento intuitivo resultante, se ubican por sobre la racionalidad, en un mundo que ha quebrado su esperanza y su confianza en el progreso humano. La cristiandad no parece escapar a esta premisa, sea por su desconfianza en la razón por vía de la constatación empírica de que el proyecto iluminista ha fracasado, o sea por un pensamiento menos elaborado, simplemente por creer que la mente es de la carne.

Cualquiera puede decir lo que quiera si valida sus palabras con un “Dios me ha dicho”, y en tanto y en cuanto los que amamos la teología no hablemos proféticamente y en pleno ejercicio de nuestro intelecto, seguiremos permitiendo que esto ocurra, inexorablemente.

Monja: -Que el proyecto de todo el iluminismo -del cual me parece a mí más importante la Aufklärung- haya terminado con una crisis mayor a todas las crisis de las edades históricas anteriores ¿significa que haya desconfianza en lo racional? Digamos que lo racional es anterior al racionalismo. ¿Hay un eco tan fuerte de las Crisis de la Razón Pura hasta nuestros días como para meter en la misma bolsa de sospechas a una de las mejores cosas que tenemos los humanos que es el raciocinio? Dicho en formato teológico: ¿Por haber quedado huérfanos del logismo tenemos también que desafiliarnos del Logos?

Eliana Gilmartin: Creo que lo que se perdió no es la confianza en lo racional, sino la confianza en la omnipotencia de la razón, tal como se planteaba en la modernidad. Ese proyecto fracasó. El de las explicaciones omnicomprensivas del mundo (los metarrelatos de Lyotard, el pensamiento fuerte de Vattimo). El hombre moderno creía que con la razón iba a conseguir el progreso, y con el progreso la emancipación, y la historia le arrojó a la cara que por ese camino, lejos de lograr la emancipación, llegaba por otra vía a la esclavización – el hombre al servicio del progreso-. Con esa certeza en la mano llegamos al vacío de sentido y al nihilismo del siglo XX.

Y ya que hablamos de Aufklärung, (en una de las respuestas anteriores yo decía que la teología era cosa de hombres, y hombres europeos. Pensé en ese momento decir “alemanes”, y no lo dije. Lo digo ahora: los alemanes nos llevan varios cuerpos en cuanto al pensamiento, y eso está claro), fijate en la concepción de la religión que tenía Lessing, como ejemplo de la confianza ciega en el proyecto humano.

Ahora bien, la cristiandad no pudo sustraerse a esta corriente de época, que prioriza el sentimiento sobre la razón, y lo vemos a diario, no sólo en la cantidad de iglesias cristianas evangélicas que se mueven “a golpes de sentimentalismo”, sino también en la proliferación de nuevas corrientes religiosas, de una religiosidad popular que apunta directamente a la emoción, haciendo caso omiso de cualquier pensamiento racional (quizás aquí también exista el movimiento pendular que ubica a la razón y al sentimiento directamente como extremos y antagonistas).

Sin embargo, quiero aclarar porque sospecho hacia dónde va tu repregunta, esta es sólo una cara del fenómeno de la cristiandad actual (posmoderna): también ocurre, y cada vez más, una situación encubierta detrás del fracaso de la modernidad que explicábamos. Quizás las razones no sean tan lucidas ni haya que buscar sus fundamentos culturales o filosóficos. Lo cierto es que hay una comodidad en la chatura muy difícil de remover, y tal vez sea mucho más peligrosa hoy en día, porque viene envuelta en papel de “espiritualidad” más elevada.

Dicho esto, contesto: desafiliarnos del logos es y será desconocer al Logos, por más discursos espiritualistas que queramos componer.

Extraído sin permiso de Teología Confidencial.

5 comentarios:

Ruth Carlino dijo...

Yo pienso igual que tú; somos algunos los que tenemos una sed atípica, diferente de la de los demás, y que no se sacia tan facilmente.

Saludos.
Ruth

MonjaGuerrillera dijo...

Gracias "chismoso". estábamos un poco preocupados con Enrique viendo cuántos blogger transpiran la palabra solidaridad y la palabra hermandad, pero cuando toca que "les nazca" sin esfuerzo la solidaridad y la hermandad, hay una estampida que ni el gato queda.

Gracias por considerarnos trabajadoras y docentes y no como anarquistas de la teología (como si la reflexión teológica fuera una sola y tuviera dueño.)

Un abrazo.
Te espero para el próximo proyecto en marcha, donde escribiremos mejor que en TSN para lectores que sepan leer también un poco mejor y sepan ir más "a lo hondo".

MonjaGuerrillera dijo...

Gracias Ruth, la sed atípica es mucho más compartida que la típica, que es solitaria, egoísta y se sacia sola o en comunidad cerrada.

GUSMAR SOSA dijo...

Hola Ruth, cierto, mi sed no la sacian las palabritas magicas que son hasta irracionales, y no "sobrenaturales", y son màs naturales aun pues vienen de las ambiciones y las actitudes o condiciones màs humanas y antiguas... Nuestra sed, y coincido con la monja es muy compartida, solo que pocos tienen o tenemos el coraje de admitirlo sin importar que esto nos despoja de los beneficios del grupo, en esto pienso mucho en estos dìas, y gracias a una frase que me prestò la monja, eso de "yugo grupal". O no me la prestò, màs bien la robè. Saludos Ruth, un gusto saber que andas por aquì echando un ojo y nos mantenemos unidos. un abrazo.

GUSMAR SOSA dijo...

Monja entiendo eso de solidaridad, creo que va de la mano con compromiso, no lo digo para alabarme, no me creo muy comprometido, pienso màs bien que aun sobra mucho de lo que pudiera hacer yo, sin embargo soy solidario contigo porque debo serlo tambièn con una gran cantidad de lectores que andan en busca de la "ruta", y pues que mejor que chismosear algunas platicas que puedan ayudarles. Por otra parte monja gracias por esperarme para el proximo tramo, precisamente estoy tejiendo un post al respecto, ya sabes, muchos tal vez piensan estos "hijos de la gran ruta" o como ya sabes que muchos dicen..., "tal vez ya se cansaron de jugar a los salvadores"...Pues no, no nos hemos cansado, he entendido tu labor y sè que nos reuniràs para el proximo tramo con herramientas aun màs dolorosas para estos que les duele la verdad que quiebra las cadenas y que limita su poder sobre algunos. Un abrazo monja.