Este post quiero dedicarlo a todas aquellas personas que a diario generan un milagro en la vida de otros, incluso de muchos que ni siquiera conocen. Algunas de estas personas que he podido conocer son: Jacsellys, Glendys Mosquera, Joel Lopez, Solange, el Rev. Mario Peraza, el Rev. Pompilio Chirinos, el Pastor Melvin Martínez, Eredis, y otras personas más.
Aquella pregunta hacia eco en su corazón y estimulaba los latidos de su corazón acelerándolos cada vez más. No es precisamente alegría lo que siente, aunque quisiera estar alegre, ahora tiene motivos para estarlo. La multitud aguarda silenciosa, y muchas veces el silencio tortura.
-¿Quien me ha tocado? El maestro insiste en preguntar.
Ella quisiera huir de aquel lugar, pero sus piernas no obedecen. Nunca sintió tanto miedo. De repente cae de rodillas temblando por el temor y finalmente sus lágrimas se dejan ver. Luchando contra el llanto intenta hablar. Quisiera poseer una gran elocuencia para persuadir al maestro y a la multitud de los motivos que la llevaron a tan desesperada acción. Ella solo puede describir el dolor que durante doce años la a acompañado, y culmina su torpe y breve discurso con una confesión:
-Maestro, yo... yo te he tocado.
De inmediato sus ojos se clavan en la arena, permanece de rodillas.
Ella lo sabe, su enfermedad no le permite tocar nada ni a nadie, y la priva también de recibir algún toque. Aquello que ella tocaba automáticamente se hacia inmunda. Debe estar separada de la sociedad. Ella no ha debido tocar al maestro. La multitud murmura pues mucho la conocen, claro no saben su nombre.
-Es la mujer del flujo de sangre-.Comentan a la espera de su condena.
Ella no ha parado de llorar, y el miedo se incremente con cada segundo que pasa, la angustia es más desesperante. Cuando su mundo está ya derrumbándose sucede el milagro, el verdadero milagro de esta historia.
Esta mujer siente que una mano acaricia suave y tiernamente su rostro secando sus lágrimas. No puede creerlo, hace doce años que su rostro no es acariciado, hace doce años que no recibe un abrazo. Aquella caricia comienza a cicatrizar tantas heridas en su alma, se van borrando las imágenes de desprecio e indiferencia que por doce años se repitieron en su cotidianidad. La mano se va separando de su rostro y ella quisiera tomarla y besarla aforrándose a esa bendita mano, pero aun siente temor.
La multitud está confundida. La mujer no se atreve a levantar la mirada. La multitud observa al maestro inclinarse a la altura de la mujer, sus miradas se han encontrado. Las lágrimas no le permiten detallar el rostro del maestro pero puede sentir la ternura que aquella mano a anunciado. Él sonríe con compasión. Entiende el temor de la mujer y la confusión de la multitud. Entonces Jesús pronuncia las palabras exactas que esta mujer necesitaba oír:
-Hija, tu fe te ha salvado, ve en paz.
Ella levanta nuevamente su mirada, y clava sus ojos en los ojos de Jesús, expresándole, a través de una mirada, el más sincero agradecimiento. Lo vio levantarse y darle la espalda para atender otros asuntos. Ella también se levanta y lo observa alejarse. Lleva sus manos al corazón y cierra sus ojos capturando el sabor de lo que acaba de vivir. Él ha acariciado su rostro, Él le ha hablado con dulzura, Él ha perdonado sus pecados. No recibió un reproche, no fue repudiada ni tratada con prejuicio. De hecho Él le ha dicho "hija" y "ve en paz". No recordaría ese día por haber sido sanada de un flujo de sangre, lo recordaría porque conoció a un hombre que le devolvió la paz, que le mostró el amor.
¿Sabes cuántas personas salen a la calle esperando oír una palabra de afecto, o recibir una sonrisa? ¿Cuántas nos tropiezan a diario intentando hacerse notar? Salgamos hoy y regalemos una sonrisa, un abrazo, una caricia. Iniciemos una conversación con un extraño, quien sabe, tal vez hoy tu y yo podamos generar un milagro.
Aquella pregunta hacia eco en su corazón y estimulaba los latidos de su corazón acelerándolos cada vez más. No es precisamente alegría lo que siente, aunque quisiera estar alegre, ahora tiene motivos para estarlo. La multitud aguarda silenciosa, y muchas veces el silencio tortura.
-¿Quien me ha tocado? El maestro insiste en preguntar.
Ella quisiera huir de aquel lugar, pero sus piernas no obedecen. Nunca sintió tanto miedo. De repente cae de rodillas temblando por el temor y finalmente sus lágrimas se dejan ver. Luchando contra el llanto intenta hablar. Quisiera poseer una gran elocuencia para persuadir al maestro y a la multitud de los motivos que la llevaron a tan desesperada acción. Ella solo puede describir el dolor que durante doce años la a acompañado, y culmina su torpe y breve discurso con una confesión:
-Maestro, yo... yo te he tocado.
De inmediato sus ojos se clavan en la arena, permanece de rodillas.
Ella lo sabe, su enfermedad no le permite tocar nada ni a nadie, y la priva también de recibir algún toque. Aquello que ella tocaba automáticamente se hacia inmunda. Debe estar separada de la sociedad. Ella no ha debido tocar al maestro. La multitud murmura pues mucho la conocen, claro no saben su nombre.
-Es la mujer del flujo de sangre-.Comentan a la espera de su condena.
Ella no ha parado de llorar, y el miedo se incremente con cada segundo que pasa, la angustia es más desesperante. Cuando su mundo está ya derrumbándose sucede el milagro, el verdadero milagro de esta historia.
Esta mujer siente que una mano acaricia suave y tiernamente su rostro secando sus lágrimas. No puede creerlo, hace doce años que su rostro no es acariciado, hace doce años que no recibe un abrazo. Aquella caricia comienza a cicatrizar tantas heridas en su alma, se van borrando las imágenes de desprecio e indiferencia que por doce años se repitieron en su cotidianidad. La mano se va separando de su rostro y ella quisiera tomarla y besarla aforrándose a esa bendita mano, pero aun siente temor.
La multitud está confundida. La mujer no se atreve a levantar la mirada. La multitud observa al maestro inclinarse a la altura de la mujer, sus miradas se han encontrado. Las lágrimas no le permiten detallar el rostro del maestro pero puede sentir la ternura que aquella mano a anunciado. Él sonríe con compasión. Entiende el temor de la mujer y la confusión de la multitud. Entonces Jesús pronuncia las palabras exactas que esta mujer necesitaba oír:
-Hija, tu fe te ha salvado, ve en paz.
Ella levanta nuevamente su mirada, y clava sus ojos en los ojos de Jesús, expresándole, a través de una mirada, el más sincero agradecimiento. Lo vio levantarse y darle la espalda para atender otros asuntos. Ella también se levanta y lo observa alejarse. Lleva sus manos al corazón y cierra sus ojos capturando el sabor de lo que acaba de vivir. Él ha acariciado su rostro, Él le ha hablado con dulzura, Él ha perdonado sus pecados. No recibió un reproche, no fue repudiada ni tratada con prejuicio. De hecho Él le ha dicho "hija" y "ve en paz". No recordaría ese día por haber sido sanada de un flujo de sangre, lo recordaría porque conoció a un hombre que le devolvió la paz, que le mostró el amor.
¿Sabes cuántas personas salen a la calle esperando oír una palabra de afecto, o recibir una sonrisa? ¿Cuántas nos tropiezan a diario intentando hacerse notar? Salgamos hoy y regalemos una sonrisa, un abrazo, una caricia. Iniciemos una conversación con un extraño, quien sabe, tal vez hoy tu y yo podamos generar un milagro.
15 comentarios:
Hola Gusmar.
Acabo de leer este bello post y me gusta mucho como le das esos detalles preciosos que a veces un lector de las Sagradas Escrituras no advierte.
Leo que conoces muy bien los motivos del temor de aquélla repudiada.
Felicitaciones y bendiciones desde Ecuador.
Carlos Julio
Gracias brother. Es bueno saber que tengo contacto con un ecuatoriano. Aquí en Venezuela tienes también un lector. Saludos.
Cierto generemos un milagro con una sonrisa y un abrazo. El problema actual en el mundo es la falta de tolerancia que resulta en un hombre sin fe.
Saludos :)
Así mismo es, comparto tu apreciación, creo que podemos comenzar desde nosotros. Bendiciones.
Uy, otro gran post. Gracias por recordarnos todo esto. Regalaré muchas sonrisas el día de hoy.
Muy cierto. Parecen pequeñeces, pero hacen una gran diferencia. Una sonrisa, escuchar atentos, un cariño. Gracias. Saludos.
Quiero generar milagros! una sonrisa desde Peru!
El poder de las cosas sencillas es mas que milagroso,gracias por recordarnoslo.
Muchos saludos amigo.
Seguro Keila que muchos serán sanados por tus sonrisas. Hubo un tiempo en que una sonrisa me salvaba la vida.
Hola Claudia, y nosotros, quienes hemos comprendido un poco el amor de Dios estamos llamados a eso, cierto? a hacer la diferencia.
Gracias Jenny por tu sonrisa desde Peru, Venezuela la recibe con gran aprecio. Por cierto mi país ahora necesita mucho de eso, sonrisas, oraciones...
Hola Brisa, grcias por tus saludos querida amiga, es increible lo que hacen,como lo dices tu, las letras, verdad? estamos tan separados por la distancia, culturas,etc, y sin embargo ellas nos unen y nos hacen amigos!!! Eso es milagro.
Bendiciones a todos. Gracias por pasar por acá.
¡Qué precioso post querido Gusmar! Me has hecho pensar en los detalles que rodeaban esta mujer y hay tantas lecciones para nosotros. Ojalá aprenda a ser una generadora de un milagro que manifieste la grandeza de mi Dios al que amo y sirvo.
Saludos.
Lo peor es que este defecto no solo nos afecta a nosotros, sino también a todos que "todos ofendemos muchas veces al ignorar" y "Si alguno no ofende en palabra, ofende en mirada". No sólo le creó por amor sino que le llamó a amar, a despertar amor y a ser curada. La perseverancia, es la habilidad de sacar adelante un milagro.
Muchas gracias por tu invalorable aporte y comentario.
Atte.
Kurtosis.
Gusmar Gracias muchas Gracias por este Post realmente que buena descripción del hecho es como que si lo estuviera viviendo en carne propia wooo es màs que una descripciòn es como si hubieras estado ahi..gracias realmente por compartirlo y enseñarme algo nuevo hoy..sabes tu vida en si ya es un milagro la vida de cada uno de nosotros la salvaciòn de Dios a nuestras vidas y ver reflejado ese amor ya es de por sì un gran milagro..pero salgamos a compartir ese milagro como tu bien lo dices..Gracias Gusmar y sigue escribiendonos..muchos saludos
Hola Isa, es bueno verte por acà dando vida con tu manantial, y ojala y aprendamos a generar milagros a diario, a veces es dificil porque nos centramos en nuestros propios flujos, pero podemos cambiar nuestro caracter.
Kurtosis, gracias por tu comentario, creo que si nos centramos en el amor que nos a atraìdo mucos defectos propios nos seràn revelados, y la luz del perdòn divino nios ayudarà a caminar por este sendero siendo bendecidos y bendiciendo con nuestros actos y miradas.Saludos brother.
Pafio! que alegria ver tu comentario, bueno no estuve allì, pero muchas veces he estado en Su presencia golpeado por los prejuicios, por la culpa, y sus caricias cicatrizan mis heridas. Cuidate, espero que ya estes bien.
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