miércoles, 28 de mayo de 2008

AQUEL ADIOS NO FUE MI FIN.

Creí haber encontrado mi futuro en ella. Nuestro encuentro fue oportuno, la vida nos arrinconó en el mismo lugar y en el momento preciso. Lo que comenzó como una amistad evolucionó rapidamente hasta formarse en la más especial relación que jamás había tenido.
Ella era perfecta. Exacta. Su sonrisa me elevaba, sus caricias me encantaban. Sacó lo mejor de mí.
Cada día encontramos razones para creer que fuimos creados el uno para el otro, yo realmente lo creí.
Mis metas me llevaban a ella, mis sueños eran por ella... Quizá puedas entenderme, o tal vez no.
No podía imaginar una vida sin tenerla a mi lado. Dios era exageradamente bueno al ponerla en mi sendero. Eramos nuestro destino. La ciudad nuestra cómplice, cada lugar un mutuo recuerdo, cada amistad un tesoro compartido. Construímos un rompecabezas que solo podía ser armado por nuestra unidad. Y cada día, cada mes, cada año nos encaminaba a algo. Sabíamos muy bien a qué.
Nos conocimos muy bien el uno al otro. Literalmente podíamos hablarnos con las miradas. Compartimos promesas, promesas que cumpliríamos, no una o diez, sino todas.
Teníamos nuestras canciones, nuestros recuerdos, nuestros programas radiales, nuestras series televisivas. Casi cinco años transcurridos y apenas era el inicio. Planes sobraban, besos abundaban, citas, proyectos... Sacrificios por amor. Discusiones coleccionadas, de las que aprendimos a reirnos.
Yo me sentí comprendido a su lado, no había nada que ocultar, no existían disimulos. Todo lo que quise estaba en ella. Aprendimos el uno del otro. lo sé porque ella me lo decía, lo sabe porque siempre se lo dije. Su enojo era atractivo, mi enojo se disipaba en sus labios.
No eramos iguales, no había tantas cosas en común. Fuimos tan diferentes que fuimos compatibles. Enfrentamos tormentas, disfrutamos la calma. Reimos por los logros, lloramos por las pérdidas.
Nunca lo sospeché. No hubo indicios. Ni siendo adivino lo esperaría. Pero sucedió.
Una triste y dolorosa tarde, un domingo que no estaba en mi agenda ella me miró, serena y pausada me miró. Y yo no quise entender. No la quise mirar. Pero no pude evitar escucharla. Aquellos dulces labior votaron veneno. Veneno que empaña el futuro. No quería creerlo pero tuve que hacerlo.
Las explicaciones no importaron, importó mi dolor, mi incertidumbre. Y allí estaba yo... Sin futuro, con un montón de recuerdos que no podía soltar y que hieren. Y la noche llegó, una y otra vez llegó. Sinceramente creí que era el fin. ¿Que hacía con las amistades? ¿Las canciones? ¿Los sueños? ¿Los rincones de la ciudad? ¿Cómo armaba ahora el rompecabezas? ¿Qué hacía con mi vida si era suya?
Quizá puedas entenderme, o tal vez no...
Puede que tú estes en esta estación. Hoy no pretendo decirte que no llores, que no sientas dolor, que no recuerdes. Sé que es inevitable. Sé que son respuestas involuntarias ante circunstancias tan complejas. Pero algo sí te diré: No es el fin.
La vida seguirá andando y quieras o no, tu seguirás en ella. No importa si no te mueves, una nueva oportunidad llegará hasta tu puerta y entenderás que muchas veces perder es ganar, que un adios es la posibilidad de una bienvenida, que no podrás vivir en lo inexistente para siempre, que al fin de cuentas aquel no era tu destino.
Creeme un día de estos encontrarás los brazos que te den reposo, o tal vez ellos te encuentren a ti, entonces lo sabrás, yo lo supe, aquel adios no fue mi fin.

7 comentarios:

Varo dijo...

El fin llega cuando uno toma la decisión de darle termino algo.
Dentro de todo es que para eso sirven esta clase de experiencias, el saber donde pisa uno.

Saludos

GUSMAR SOSA dijo...

Así es brother. Uno debe continuar, Dios siempre quiere encaminarnos a bien.

Keila dijo...

Uy, qué profundo, qué doloroso, qué esperanzador. Me gustó mucho.

GUSMAR SOSA dijo...

Hola Keila, a mi me gustò mucho màs tu descripciòn es este comentario.Bendiciones.

Patricia Fiorella dijo...

Que inspirado, pero que buena reflexiòn final, si se puede entender...pero de todo eso aprendemos y sip la vida sigue y un No que ahora puede ser fatal en un futuro puede ser ideal...saludos Gusmar

GUSMAR SOSA dijo...

Hola, Patty,me gustò tu frase, "Un no que puede ser fatal en un futuro puede ser ideal".Bendiciones.

Anónimo dijo...

No se que decir,solo que te entiendo,con MAYUSCULAS.Este post me revolco.