A menudo nos sorprendemos a nosotros mismo recitando oraciones a Dios como esta: "Padre, permíteme ser alguien en tu obra, confiame la tarea de apacentar tu redil, dejame ser líder entre tu pueblo y guiarles a la verdad".Soy joven y en mis años de adolescencia y al inicio de mi juventud pronuncié miles de oraciones como esta al Señor. Recuerdo haber iniciado proyectos, muchos de ellos jamás culminé, recuerdo haber motivado a muchos a enrolarse en el servicio cristiano, a prepararse academicamente para servir al Señor.Algo que aun pienso es importante. Sin embargo, en la actualidad y siendo joven aún, he descubierto que no es tan importante la magnitud del servicio que le presto al Señor, sino la razón que me motiva a hacerlo. No son los grandes resultados los que conmueven a Dios, es cierto que al ojo humano es atractivo y hasta envidiable la labor de uno que reune masas e impacta al pueblo con su elocuencia, pero para Dios es la intención del corazón.Nuestros íconos son aquellos que hemos etiquetados de "grandes adoradores", "excelentes oradores" y es cierto que muchos de ellos realizan una buena labor en pro del cristianismo. Pero cuando escucho a alguien "endiozar" a uno de estos mortales me rio al recordar que en mi adolescencia le decía al Señor "Señor quiero glorificarte", pensando que en su misericordia me permitiera subir a grandes escenarios y ser escuchado por concentraciones de miles.Una madrugada soñé con un gran coliseo en cuyas arenas habías cuerpos enterrados de cristianos previamente torturados y escuché una vos que claramente me dijo "Ellos me han glorificado" . Desperté asombrado, y solo al pasar los días pude entender el mensaje, aquellos creyentes del primer siglo de la era cristiana verdaderamente habían glorificado a Dios al exponer su vida y no temer a la muerte por no negar la fe en Cristo, aquellos cristianos habían glorificado a Dios al cumplir con el propósito por el que fueron creados, ellos no fueron aplaudidos por multitudes, pero sí fueron burlados y apedreados por ellas. Ellos no reclamaron respeto, pero sí recibieron recompensa por la fidelidad a Dios, y esa recompensa no la exhibienron en la tierra. Ellos fueron líderes, ellos lideraron su era, y permitieron con su sacrificio que el cristianismo llegara a la nuestra.Pregunto, ¿si para hoy ser lider significara abrazar la muerte, ser mártires, sacrificar literalmente tu vida... aun le pedirías a Dios que te permitiera serlo?...Entonces ¿Por qué quieres ser líder?
2 comentarios:
Hola!
Concuerdo contigo y comparto tu sentir en cuanto a la motivacion para servir al Señor deberia ser genuina, y no un mero deseo de ser exitoso o conocido.Hoy dia la palabra "lider" es tan comun que se ha terminda desvirtuando,al punto que nadie tiene en cuenta que ni siquiera aparece en la Biblia,es un termino moderno.Tanto en el AT como en NT la palabra que mas se usa es "siervo",ente otras como "colaboradores".Creo que si se comenzara a expandir mas la idea de ser "siervos" en vez de "lideres" algunos de los paladines del "liderazgo" cristiano conteporaneo mostrarian su verdadero rostro.
Un saludo y espero pronto ponerme al dia con todos los post.Sigue escribiendo.
Así es querida amiga, y creo que se hace necesario una campaña de re-orientación. Hay que llevar al pueblo a la senda original trazada por Dios, de esa forma seemos más fructiferos!
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