jueves, 12 de febrero de 2009

ALUCINANDO...

¿Sabes, Beatriz? En estos días he estado viendo de nueva esas películas que siempre me han gustado. Lo hago para distraerme un poco. Hace algunas horas vi “A Beautiful Mind” y me he puesto a pensar una cosa. (Espera un momento, me sirvo una taza de café y te cuento…)

Bien, me estoy imaginando que despierto una mañana en mi habitación y hay un hombre sentado frente a mí, con sus piernas cruzadas, una grabadora en su mano derecha, usa lentes y aspecto de medio siglo. De súbito me altero e intento levantarme pero me doy cuenta de que mis brazos y pies están atados a la cama y me siento muy débil. El hombre frente a mí trata de explicarme lo que entiendo como que estoy en un manicomio, descubro que estoy atado porque en las últimas semanas en estado inconciente he mostrado un comportamiento suicida, que mi debilidad es producto del medicamento con el que me han estado sedando.

¿Puedes imaginarlo? ¡Esa! ¡Tu reacción! Creo que sería la mía. Muy levemente sonreiría, tal vez por cinco segundos, más bien sería una media sonrisa mientras mis ojos recorren el lugar con la velocidad con la que un relámpago resplandece en la noche oscura. Sonreiría por la incomprensión de lo que creo estar viendo y escuchando. Trataría de razonar pensando que es una de esos sueños en los que sabes que estas soñando y quieres despertar pero no puedes. Anoche tuve uno de esos sueños, me levanté de la cama, quería leer pero mis ojos eran inútiles, miré hacia atrás y allí estaba mi cuerpo en la cama, desperté aterrado, Beatriz. ¿Has tenido un sueño así? Me doy cuenta que no estoy soñando (vuelvo a lo que estoy imaginando) y pienso “no puede ser”. Mis ojos muestran mi total desesperación y no puedo controlar mis emociones, lucho contra los amarres ignorando el esfuerzo del médico por hacerme comprender mi estado con sus palabras.

Entre los millones de pensamientos que atraviesan mi mente creo que posiblemente me han secuestrado, ¡o espera!, tal vez alguien me está jugando una broma. Sí, en cualquier momento un grupo de amigos entrará riendo a carcajadas y todo volverá a la normalidad. Me detengo a imaginar en quiénes podrían ser. El medico continúa hablando pero lo estoy ignorando mientras pienso en esto. Es inútil, no tengo amigos que podrían hacerlo, me sorprendo al darme cuenta que en los últimos dos años he estado lejos de las pocas personas que puedo considerar amigos. (La próxima taza de café que tome le agregaré un poco más de azúcar, es que últimamente estoy tomando mucho café y muy fuerte, creo que me altera un poco, o como decimos por acá “me pone eléctrico” y tiene que ver con mi insomnio de estas noches, ¿No te afecta el sueño el café?)

Continuemos. Hago un gran esfuerzo por guardar la compostura, le pido al extraño que me suelte, él le ordena a dos enfermeros (o eso parecen) que suelten los amarres luego de hacerme prometer que no intentaré ningún acto violento y advirtiéndome que de lo contrario los enfermeros procederían a inyectarme un sedante. (Déjame servirme otro cafecito, de todas maneras no tengo sueño, qué más da).

Me siento en una orilla de la cama y me llevo las manos a la cabeza, no siento cabello, pero eso en este momento es lo que menos me importa. El médico me explica que desde mi niñez tiendo a crear alucinaciones que sustituyo por la realidad. Mi primera alucinación, según él, fue una niña a quien llamé Rebeca. Tan pronto el medico menciona el nombre reacciono, “ella es real”, pienso. Y los recuerdos inundan mi mente, era la niña que por las tardes iba a casa, reíamos juntos, a veces ella paseaba en su bicicleta en la placita y yo la veía dar vueltas y vueltas. Mis padres la conocieron, ellos me daban permiso para jugar con ella. El medico se acerca a mí, moviendo su silla, y me obliga a mirarlo a los ojos sospechando mis pensamientos, lo miro perturbado, “Rebeca no es real, tus padres te seguían el juego pensando que era cosa de niños”, me dice con un tono fuerte. “Viviste mudándote, de ciudad en ciudad, a causa del trabajo de tus padres, esto fue aumentando tu necesidad de refugiarte en un mundo estable, pero imaginado”. Continúa diciéndome que a la edad de 20 años las alucinaciones se hicieron más frecuentes y alarmantes, y que en varias oportunidades mis padres quisieron ayudarme, pero yo insistía en cambiar de lugar, y vivir como un solitario. Lo interrumpo y le digo que no es posible, que a mis 20 no estaba solo, que me independicé a los 17, que es cierto que me mudaba de una ciudad a otra y lo hacía solo, pero que a los 20 yo… El médico me interrumpe como si ya hubiere escuchado lo que sigue, ciento de veces. “Nunca estuviste casado”, dice él. Yo quedo en silencio. Miro a mi alrededor y observo, más consciente, no hay ventanas, no hay computador, nada más que una cama sobre la cual estoy sentado, un extraño que dice ser medico sentado en una silla negra con rueditas y dos enfermeros cuyo aspecto les hace parecer fabricados en un gimnasio.

Tengo dos hijos”, pronuncio estas palabras pausadamente y con mucho miedo, él solo me mira con lástima y no son necesarias las palabras. En mi mente dibujo los rostros de mis dos hijos, “tengo dos hijos”, repito en voz baja como si repitiéndolo pudiera ser verdad, “tengo dos hijos”, repito una, dos, tres, diez, veinte veces. Me levanto de la cama, los dos enfermeros se cuadran para sujetarme, pero se detienen por una seña del médico. Camino hacia el rincón de la habitación y de espalda al médico grito: “Tengo dos hijos”. Él se acerca a mí, coloca sus manos sobre mis hombros, yo estoy llorando porque casi estoy convencido que no es cierto, que lo mejor que he creído tener no es realidad, que los nombres Efraín y Benjamín son inventos míos.

Esto es un error, no debo estar aquí, usted se ha equivocado de sujeto”. Le digo al médico con total desesperación… “Tengo números de teléfonos, usted debería llamar”. Busco debajo de la cama para ver si encuentro mi celular… “Puedo darle la dirección de las personas que conozco, por favor búsquelas y usted verá que está equivocado”.

Lo hemos hablado antes, hijo” Me dice. “No son reales esos números, no existen esos nombres, Gusmar, haz un esfuerzo, llevas aquí dos años… Trata de recordar, durante este tiempo has desarrollado un mecanismo de defensa para proteger ese mundo que solo existe en tu mente, bloqueas cualquier recuerdo que te lleve a la realidad…” Entonces una frase cruza mi pensamiento “la pared blanca”. El medico parece leer mi pensamiento y asiente, “la pared blanca” me dice él esta vez. Me explica que así lo ha denominado él, que durante mucho tiempo intenta un juego psicológico en el que en mi mente me dirige a saltar sobre ese muro de recuerdos donde están depositados los más dolorosos, aquellos que me alejaron de la realidad, que causaron mi insatisfacción. Sigo en el rincón, y recuerdo los sueños, “estoy soñando”, pienso. Volteo hacia la cama esperando ver mi cuerpo allí listo para despertar, pero es la maldita realidad, soy un loco.

Pero un momento, miro al medico, le pido que vayamos a su oficina, que me preste su computador y le mostraré que llevo un año publicando mis escritos en un blog, que tengo hasta seguidores, que he hecho verdaderas amistades a través del blog. “Enrique, Keila, Isa…” y sigo mencionando cada uno de los nombres que sencillamente me he inventado. “Beatriz, Ava…” La lista es larga y él espera pacientemente hasta que menciono el último. “Supongo que también quieres que visite sus blogs…” Me dice. Ya mi desesperación es tan fuerte que estoy calmado, y reflexiono, trato, me siento en la cama, miro a los enfermeros, luego cuelgo mi mirada sobre la pared frente a mi, es blanca… Sigo llorando, “mis hijos, son reales”, pienso, y mi mirada se pierde, yo también.

Beatriz, ¿Imaginas que en unos minutos me quede dormido y mañana despierte para descubrir que esto que he imaginado es más bien un recuerdo detrás de la pared? ¿Puedes entender por qué, a veces, prefiero no dormir? Dime Beatriz, ¿ya aprendiste a vencer el insomnio? La noche sigue fría y oscura, creo que haré más café.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

es precioso el texto, gusmar, a mí también mis hijos me mueven y conmueven más que nada

¿sabes lo que te digo? que el día que alguien nos diga que lo que él vive es lo real y no lo que vivimos nosotros, tendremos la cordura y la sabiduría de reconocer su necedad: no hay más realidad que la que cada uno vive, no hay otra medida de la realidad que vivirla, lo demás sobra

mi abrazo

CalidaSirena dijo...

Como disfruto con tus textos, me encantan...
Un beso muy cálido

Le Fay ʚïɞ dijo...

Hermoso de verdad hermoso, los hijos son la realidad q nos jalan a esta Tierra,son como una especie de gravedad a la realidad.....

Anónimo dijo...

Ay Gusmar,me has hecho llorar, lo he tenido que leer varias veces.

-¿Has tenido un sueño así?...

Si,demasiados.

-¿No te afecta el sueño el café?...

No, tu como yo sabes que este tipo de falta de sueño no tiene que ver con el cafe.

-¿Imaginas que en unos minutos me quede dormido y mañana despierte para descubrir que esto que he imaginado es más bien un recuerdo detrás de la pared?...

No tengo que imaginarlo, se lo que sientes.

-¿Puedes entender por qué, a veces, prefiero no dormir?...

Como no entenderte?.

-¿ya aprendiste a vencer el insomnio?...

No, casi seis años y no. Trato de domesticarlo, y sabes lo cansado que resulta.

Gracias por tus palabras, al menos tu puedes escribir, yo ya ni eso.Eres muy especial gemelo.Los dias se complican mas y mas y las noches, bueno...
Un abrazo chamito.

THE QUEEN TAIS dijo...

SI RECORDARA ALGO DE ESTA VIDA DE LA QUE DESEARIA NO TENER MEMORIA........ SERIA A AMI PADRE..... TENGO PREGUNTAS SOBRE ÉL ME ENCANTARIA ESCUCHAR LAS RESPUESTAS QUE ME DARIA UN ANCIANO COMO TU...BESOS.....THE QUEEN

GUSMAR SOSA dijo...

Santiago, muy sabio lo que dices, sea cordura o locura, nuestra realidad es real. Saludos.

GUSMAR SOSA dijo...

Gracias por el beso, ya tengo un cajòn exclusivo para los besos que vienen de ti, es toda una colecciòn.
Me alegra que disfrutes cada lectura.

GUSMAR SOSA dijo...

cierto Siab... Los hijos, son anclas.

GUSMAR SOSA dijo...

Beatriz...
Un abrazo... recuerda... un dìa tendremos alas... Serà cierto?

GUSMAR SOSA dijo...

Queen siempre es bueno tener preguntas, ojala nunca se acaben.

SaBrYz dijo...

hola komo estas aka ojeando tu blog esta muy bueno
te mando un beso
ke estes mas ke bien

SABRY

Yuan dijo...

Hola brother!
Tus escritos me atrapan (como los brazos y pies del loco están atados a la cama).
Ahora ya no sé si este comentario que te escribo es parte de tu sueño, de tu imaginación...
Bueno, pues sigo soñando, pero no me duermo.
Abrazo real o imaginario pa ti!

Isa dijo...

¡Aquí estoy Gusmar! En silencio, junto a ti. Y sí es verdad, algún día volaremos.
Un fuerte abrazo desde México.

GUSMAR SOSA dijo...

Hola Sabryz, vengo de visitar tu sitio, tratè de dejarte un comentario pero no sè porque no lo deja!
Un abrazo, gracias por visitar.

GUSMAR SOSA dijo...

Gracias Yuan, bueno, solo deseo no despertar aun, de hecho, prefiero vivir dormido!
Saludos.

GUSMAR SOSA dijo...

Gracias Isa, la compañìa y el silencio son buenos aliados.
Saludos.

Jenny dijo...

Quisiera entender, quisiera comprender... hay cosas que solo en el cielo tendran respuesta, mientras tanto seguimos andando por fe, aveces debil, por momentos fuerte. Pasando como siempre.. gracias... un abrazo

Regino Mosquera dijo...

Guau!!
Me gustó.
Es un temor de no distinguir la casi imperceptible línea entre la fantasía y la realidad. si es que existe.
Saludos hermano.

estoy_viva dijo...

Que miedo que algun dia deje de ser un sueño y se pueda convertir en realidad...mejor lo dejamos en un post tremendo cargado de emociones.
Con cariño
Mari

GUSMAR SOSA dijo...

Así es Jenni, a veces no queda de otra que plantearse preguntas sin respuestas.

GUSMAR SOSA dijo...

Bien dicho Regino "si es que existe".

GUSMAR SOSA dijo...

Hola Mari, si dejesmoslo en este post, y roguemos en que no insista en perseguirnos!Un abrazo.

kurtosis dijo...

Hola brother. Es mi primera visita a tu blog, Ante todo, muchas gracias por tu mención y por incluirme dentro de tus links. Muchas gracias por visitar mi blog y hacer un comentario.

Toda la información contenida en tu blog es muy interesante.

Atte.
Kurtosis.