sábado, 16 de julio de 2011

APRENDIO Y APRENDI...

Aprendió que el tiempo no transcurre, no se mueve, ni le interesa hacerlo, que existe porque le dimos nombre, y tratamos de limitarlo y medirlo porque somos vanidosos, porque creemos controlarlo todo mientras nuestros propios conceptos nos dominan, somos prisioneros de cárceles construidas con nuestra pretensión de libertad; transcurrimos nosotros, desplazándonos entre rutinas y pretensiones, caducando siempre, intentando perseguir el tiempo con nuestras reglas, pero aprendió que perseguirlo es intentar atrapar la neblina de las montañas y sembrarla como semillas en el corazón de la tierra; somos nosotros mismos quienes nos limitamos, desviando la mirada, intentando aferrarla a cimas que solo son profundidades de abismos infinitos que nos entretienen haciéndonos perder momentos plenos… “Tal vez la expresión natural del tiempo, del verdadero tiempo, somos nosotros, de ser así deberíamos ser uno con él, abrazarlo como una parte más de nuestra existencia, como un carácter de lo que somos, y dejar de perseguirlo o luchar contra él”, yo guardé silencio aquella mañana intentando descubrir en qué punto del horizonte estaban suspendidas las palabras que hacía suyas…

Aprendió que la vida es mucho más que un concepto o un trayecto, que tal vez no lleva a ningún lugar, sino más bien pudiera ser el lugar, que un montón de excusas pudieran estar apuntando a la vida, para que ésta fuera posible, para que vivir fuera posible. Aprendió a reír a carcajadas por tantas tonterías pensadas que lo llevaron a intentar tonterías… “fui un tonto por mucho tiempo, creyendo necesitar encontrar mi destino, sin saber que ya había llegado a mi destino, porque la vida es el destino de los vivos”, así me dijo una noche mientras el cielo oscuro amenazaba con truenos el silencio de la noche, y guardé sus palabras como mías, porque necesitaba hacerlo, entendí que el vacío que despierta algunas noches y produce la sed de mis insomnios es la fatal creencia de un destino que amenaza la habilidad de disfrutar la vida que hemos recibido o conquistado, eso no importa, importa vivirla a diario, fatal creencia que intento asesinar cada día mientras creo entender las palabras suyas… “Es más fácil convencerse de las mentiras que no pueden palparse que asirse de las verdades que chocan contra nosotros…”

Aprendió que las palabras no se las lleva el viento, que puede que se las entreguemos al viento y se pierdan en los horizontes, pero que pronunciadas o escritas en el momento necesario y prudente éstas pueden respirar y vivir, que pueden despertar emociones y que las emociones son el vehículo que lleva a las palabras a otros lugares, que le dan cuerpo y fundamento; aprendió que hay palabras que pueden pronunciarse con una mirada, con una caricia, con una sonrisa, que pueden entenderse si éstos gestos nacen espontáneos, convencido de esto me regaló horas de silencio, y hoy he aprendido a no desesperarme cuando todo lo que me rodea guarda silencio.

Aprendió que la muerte no es enemiga, que no sorprende, a menos que ilusos olvidemos que existe, me dijo que puede ser aliada para los que aun no han sido tocados por ellas, me aseguró que no temía a la muerte, pero aquella mañana, en aquel cuarto de hospital, horas antes de morir, como si la misma muerte hubiera susurrado la hora a su oído, me miró en silencio, y comprendí que hay temores que no desaparecen, solo duermen esperando la hora exacta para atormentarnos…

2 comentarios:

Aire Acondicionado Split Tcl dijo...

Me parecieron realmente muy buenas palabras. Felicitaciones por el blog. Saludos!

GUSMAR SOSA dijo...

Gracias!