jueves, 19 de mayo de 2011

LO CREAS O NO...

Puedes creerlo o no, puedes leerme hoy o ignorar las letras que existen porque existes tú, porque estás lejos de mí, porque estoy sin ti creyendo que sin mi tú estás como la brisa de la mañana confundida entre las ruinas de la oscuridad, buscando los pasajes del tiempo que dejó de ser y las veredas del espacio que se desvanece entre el tiempo que nace…

Puedes creerlo o no, tú decides, yo solo digo que sin ti sigo naciendo cada día para morir al anochecer, y sin mi tus amaneceres son melancolías que suspirar junto a la ventana de los sueños que aun no cumples, que aun no sueñas, pero extrañas porque quieres cumplirlos, porque quieres soñarlos…

Yo intenté no creerlo, intenté ignorar las letras propias que con agonías rodaban entre mis dedos y buscaban destinos para vivir y extinguirse entre tus ojos; intenté burlarme del tiempo y del espacio, disfrazando mi propia existencia, combatiendo contra el deseo de encontrarte, buscando la forma de no buscarte…

Intenté disfrazar también el vacío que espera por ti, suplantando las huellas que no dejaste pero que testificaban tu nombre, borrando las palabras que nunca dijiste pero que yacen suspendidas cerca de mí esperando tus labios para ser pronunciadas, pero fue inútil pues aquí estoy, moviéndome de lugar, pero siempre con la misma inquietud, preguntando en cada vereda por los rastros que tengo de ti, sin haberte tenido, sin haberte encontrado…

Puedes creerlo o no, pero estas letras existen porque existes tú, porque existo yo, y porque nuestro encuentro existe también y se acerca el momento…

lunes, 16 de mayo de 2011

FRENTE A ELLA...

Con lentitud aparente se acerca, avisándose con anuncios falsos, verdaderos, mediocres… Seduciendo con promesas, al rato de eternidad, al rato de descanso… Nombrándose final o comienzo, tal vez final del comienzo, no lo sé, y no sé si quiero saberlo o lo sabré…

Acaricia mi costado, sus caricias encienden mis miedos y mis miedos se reúnen como a la orilla, como junto a la altura de un precipicio, como contemplando rastros de vida que hablan de buenas vidas.

Susurra cantos oscuros mientras sonríe, y sus cantos convocan a los buenos recuerdos y a los malos también, y se funden para ser más que recuerdos, sentido de vida, así los llamo cuando ella se acerca y sus cantos se escuchan, entonces despierto del hechizo que nace del susurro de la corriente que a veces me lleva y me sorprendo cansado de ser llevado a ningún lugar, sin ningún sentido, por nada, por nadie.

Ya no sé si temerle cuando se acerca, ya no sé si llorar las despedidas o lamentarme perdido, perdidos los segundos, minutos, las horas, los días, los amaneceres dormidos, las noches despiertas…

Con rapidez aparente se acerca, disimula y frente a ella no sé quién soy, y tal vez solo soy eso, alguien que frente a ella es inseguro…

viernes, 6 de mayo de 2011

PLEGARIA...

Guardé mis letras en los bolsillos y mis manos até con silencio... Intenté, realmente intenté aislarme de todo, de ti que lo eras todo, de mí que solo fui un reflejo de ti en mí, de tus palabras conmigo… Creí, realmente creí haberte olvidado, haberte arrancado de la sangre que corre en el alma del alma de mis palabras…

Y en silencio pregunté sin buscar respuestas, me detuve en el desierto donde nadie me ve, para esconderme de mí, para huir de lo que no dejaste, de las pruebas de tu existencia que no existió y que ahora quisiera encontrar al despertar… Sí, todo mi empeño me regresa a ti, sí, con ilusión hoy despierto añorando los recuerdos que sin recordar invoco, y a veces creo entender que una vez sonreíste tan cerca de mí, y que mi nombre corrió como un río por tus labios hasta dejarse escuchar tu voz que me atrajo…

No sé qué es lo que ahora extraño, no sé si es que un sueño grabó el sabor de tus labios en los míos y las caricias de tus manos calmando mi alma, pero quiero la calma que emana de ti, que le da sentido a mi ira, que le da lenguaje a mi silencio…

Y tú, con tus manos vaciaste mis bolsillos y con tu silencio desataste mis manos... Alguna vez, tal vez… Hoy quiero que vuelvas aquí, que metas tus manos en mis bolsillos y me entregues al caos de tu mirada, que los gritos de tu silencio me ahoguen mientras sumergido en las aguas de tu dulzura vaya muriendo a la realidad que construí lejos de ti…